Robert Kubica y los otros

Lo cortés no quita lo valiente y encantado de dedicar el ratito número 100 de este mes de octubre de 2019 a un hombre al que admiro sobremanera, y no por lo que imagináis, sino porque para volver al ruedo y exponerse a la mala hostia de la prensa británica hay que tenerlos, además de grandes y cuadrados, de cemento armado.

El «tullido» parece que anda en conversaciones con otras escuderías diferentes a Williams para continuar en 2020 bien como piloto probador o como oficial. En Haas no lo quieren ni ver Magnussen y Grosjean porque, dicen ellos, les quitaría un tiempo esencial en entrenamientos —descojonaros conmigo porque esto, en lo tocante a los Hermanos Macana, supone ponerse a orinar y no echar gota—. Intuyo que en la punta de lanza de la norteamericana anida un comprensible pánico escénico a que el polaco demuestre que se puede ir más rápido por la vida si no existe necesidad de andar liándola a cada segundo... pero esto es otra historia, así que dejémoslo en este punto.

Al «tullido» de esta historia también se le relaciona con Alfa Romeo y la coyntura empieza a ser mosqueante, porque es sabido que más allá de Grove no hay nada salvo que te llames Nico y te apellides Rosberg, que entonces la quiniela te da un Campeón del Mundo 2016 en otra escudería, of course!

No hay que ser demasiado inteligente para entrever que hay un problema de dinero en todo este asunto, y también de xenofobia, ya que los british son muy xenófobos incluso cuando no pretenden serlo. Te apellidas Zanardi o Monger y lo tienes todo hecho, eres un «tullido» gracioso y ¡ándale, ándale!, pero te conocen como Kubica y compartes equipo con un tipo de Norfolk en una alineación inglesa y te has buscado un problema, un problema bastante serio, sea dicho de paso, a pesar de que en el conteo general tenga el polaco un punto más que su compañero Russell.

Robert es y no es según quien sea que nos cuenta la historia. Hasta donde llegan mis luces, el de Cracovia no tiene el don de la bilocación y chasquea bastante que, no valiendo para Williams, suene en Haas y Alfa Romeo y en ellas vuelva a ser el probador inteligente que ayudó a Renault a ganar algunos pasos frente a sus rivales (sic). Mejor haríamos, pienso, si aceptamos de una puñetera vez que Williams no merece estar en el Grupo de Estrategia que, oh wait!, está implicado en el diseño del futuro de la Fórmula 1 junto a Liberty Media, porque los calzones económicos le huelen a cagao tanto que cantan más que la Castafiore.

Y esa prensa nuestra, tan dócil ella con quienes le pasan el sobre a fin de mes, que continúa sirviendo de correa de transmisión y elige héroes y caídos según sea de grueso el sobresueldo que la ayuda a llegar al día 30 o 31, que no ve que Kubica sólo hay uno y no puede dar para tanto que no valga para Williams, pero suene a futuro en Haas y Alfa Romeo.

Os leo.