Os confieso que pagaría lo que no tengo por ver a Toto en el papel de Mattia Binotto, por ejemplo. No, no os enfadéis tan pronto conmigo ni me llaméis anormal: Niki y él llegan a ser territorio Mercedes AMG cuando los cimientos, incluso el Pirelligate, los ha puesto Ross Brawn, que luego se va a pescar truchas para volver como CEO de Liberty Media.
Wolff, como Hamilton, jamas ha jugado a la contra en la etapa más reciente de nuestro deporte. En fútbol lo desestimaríamos inmediatamente, un tipo que sólo sabe salir desde la pole y rematar la faena de otro entrenador, poquito juego puede dar a su equipo. Pero bueno, Toto es mucho Toto y va por la vida como si hubiese conquistado las Termópilas al mismísimo Leónidas, que no está mal, entendámonos, aunque queda demasiado machote poligonero que luego hace anuncios para Old Spice.
Normal que el hombre ande de susto en susto, sufriendo una pesadilla tras otra. ¡Que viene Ferrari!, ¡que La Scuderia puede aguarnos la fiesta! ¡Que esta vez puede y ésta siguiente la escribimos en condicional...! ¡Uy, qué agobio! ¡Esto es un sinvivir, por Dios!
Aterrizad, capulletes. Toto vale lo que Lewis. Ninguno de los dos las ha pasado realmente putas y posturean muy por encima de sus posibiliades. Bueno, sí, el británico tuvo que habérselas con Nico Rosberg y acabó doblando la rodilla ante Britney, pero al austriaco todavía no le han visitado las fábulas y demonios que tocan de noche la cama de Binotto. Eso que gana y eso que pierde, también, porque los colosos son hijos del cincel que araña el mármol con precisión quirúrgica, y of course!, de las otras herramientas, las que responden a la improvisación cuando no queda vuelta atrás y toca arrear adelante, así el infierno nos acabe devorando las tripas.
La peña se me pone tensa si menciono al séptimo de chavalería, a la chavalería ligera o a la chavalería montada del Canadá, pero es que les tienen comido el tarro tipos que no han demostrado nada salvo saber desenvolverse bien con vientos buenos, y dicen, y suspiran, y se mueren por asfixia en unos vasos medio llenos que un Frank Williams o un Ron Dennis habrían sorbido de una tacada por evitarse engorros posteriores y totalmente innecesarios.
Toto es gigante en la nada, como su primer piloto. A ambos les falta demostrar que participan en la Fórmula 1 para ganar aunque vengan mal dadas. Queda a mano de los pichaflojas y mantenidos, de los modernos creadores de contenidos, demostrar que estamos aquí por algo. Pero si os soy sincero: cada vez tengo menos esperanza...
No es cansancio, entendedlo bien, es aburrimiento.
Que Toto y vosotros seáis muy felices. Me quedo con Akku y el mordisco que me metió ayer en salva sea la parte. Él es un gandúl alsaciano de buen pedigree, de catorce meses y cuarenta y tres kilos de peso, que me conoció y adoptó cuando tenía cuatro y le importaba una mierda quién era ese amigo de Fernando, su boss, que le recibía cada mañana al grito de ¡Corazón. Pero que puto bonito que eres, mariquilla...!
Pillaros un perro, un gato o cualquier mascota, pero en la existencia que os queda no os dejéis adoptar por un Toto Wolff de los muchos que existen por centímetro cuadrado. No conocen la vida, sólo el éxito... Van a saber ellos interpretar a Binotto ante las adversidades.
Os quiero. Os leo.
La peña se me pone tensa si menciono al séptimo de chavalería, a la chavalería ligera o a la chavalería montada del Canadá, pero es que les tienen comido el tarro tipos que no han demostrado nada salvo saber desenvolverse bien con vientos buenos, y dicen, y suspiran, y se mueren por asfixia en unos vasos medio llenos que un Frank Williams o un Ron Dennis habrían sorbido de una tacada por evitarse engorros posteriores y totalmente innecesarios.
Toto es gigante en la nada, como su primer piloto. A ambos les falta demostrar que participan en la Fórmula 1 para ganar aunque vengan mal dadas. Queda a mano de los pichaflojas y mantenidos, de los modernos creadores de contenidos, demostrar que estamos aquí por algo. Pero si os soy sincero: cada vez tengo menos esperanza...
No es cansancio, entendedlo bien, es aburrimiento.
Que Toto y vosotros seáis muy felices. Me quedo con Akku y el mordisco que me metió ayer en salva sea la parte. Él es un gandúl alsaciano de buen pedigree, de catorce meses y cuarenta y tres kilos de peso, que me conoció y adoptó cuando tenía cuatro y le importaba una mierda quién era ese amigo de Fernando, su boss, que le recibía cada mañana al grito de ¡Corazón. Pero que puto bonito que eres, mariquilla...!
Pillaros un perro, un gato o cualquier mascota, pero en la existencia que os queda no os dejéis adoptar por un Toto Wolff de los muchos que existen por centímetro cuadrado. No conocen la vida, sólo el éxito... Van a saber ellos interpretar a Binotto ante las adversidades.
Os quiero. Os leo.
Pues voy a discrepar contigo. Es verdad que Toto recibio una maquina muy bien engrasada, pero ha hecho una cosa muy importante: no la ha jodido.
ResponderEliminarDespues de muchos años sufriendo en muchas empresas, algunas que inspiraron a Kafka sus libros, he visto muchas veces como hay jefes que reciben algo que va como la seda y lo dejan hecho el reino del caos. Tambien he visto jefes q despues de unos años de exitos, se les empieza a subir la genialidad a la cabeza y empiezan a encadenar extravagancias pensando que son los elegidos del destino.
Toto no ha hecho nada de eso (todavia). Para mi, es suficiente.
Están para pasar por la caja, y llevarse lo suyo. Han desarrollado grandes máquinas, un equipo solvente y de respuesta rápida ante la adversidad.
ResponderEliminarLes han quitado el Fric. Presiones y Camber express, fuera quema de aceite. A compartir secretos de ingeniería, como los buenos hermanos... A todo han sobrevivido. Son como RedBull, pero sin personalismos. Alemanes, infalibles.
Con esta boca de tonto que llevo, digo que el paradigma de turbo y compresor separados no tiene rival. Es el diseño con mayores posibilidades. Quizás sea la facilidad con la que administran la disipación del calor. Sólo Honda se ha aventurado por ese camino.
Han invertido tres o cuatro millonadas allí, y están cosechando. Hamilton va a rebufo, cimentando el próximo mito británico. Tienen el permiso para ganar, y no hay más. No se los puede culpar.
Gracias.
ResponderEliminarGracias a los Hados por putear al hombre que tenía fuego en su corazón.
Gracias a éste por 2012... y más acá.
Y gracias a ti.
Muy buenos días ;)
ResponderEliminarJosemi ;) Pues también tengo que darte la razón en esto, aunque en el fondo, insistimos en los mismo los dos: Toto es un gestor, muy bueno, pero no tiene alma de racer y eso se le nota en cuanto se le acerca alguien a toserle un poco. Prefiere embridar a los rivales sin mancharse las manos, y eso es lo que menos me gusta de él. El reglamento 2019, por ejemplo, generaba muchas dudas pero salió adelante con los votos de Mercedes AMG y Force India (Racing Point), ya que en esencia atacaba los fundamentos de los coches con rake pronunciado. Él no se adapta, prefiere que se adapten los demás… y así nos va :P
Anónimo ;) Sí le les puede culpar. Impusieron unos propulsores más pesados, voluminoso y caros que los anteriores, en los que llevaban trabajando desde 2007. Y viendo que económicamente los equipos pequeños no encontraban viabilidad y dejaban deudas, impulsaron la hoja de ruta propuesta por la FIA para limitar las unidades de potencia usadas por temporada, con lo que se ha estirado el marco de amortización y ahora hay que esperar a 2021 :P
Jaime ;) Gracias a vosotros!!
Abrazo grande ;)
Jose