Con el interés puesto en Indianápolis, escribir sobre Toro Rosso a lo peor suena a guasa, pero más cachondeo supone leer o escuchar hablar sobre Kvyat y Albon como si estuvieran peleando por el campeonato (algo, no mucho, la verdad), después de que el propio Franz Tost y herr doktor Marko nos avisaran el año pasado de que durante 2019, la de Faenza iba a hacer de conejillo de Indias de Red Bull.
Penúltima. 6 puntos... Se mire como se mire, bastante para un laboratorio móvil tras cinco pruebas disputadas.
Toro Rosso no juega a nada, le está haciendo una pretemporada extra a la de Milton Keynes, y a partir de aquí sí podemos hablar y ponernos serios si nos apetece, porque como desconocemos cuál es el programa de trabajo específico de la italiana, todo lo que digamos sobre ella, también lo que se diga ahí fuera, va a ser un tentar la acera con bastón de ciego.
Eso sí, la de Tost va a seguir dando leña lo que haga falta. Tiene dinero detrás y el campo abonado para continuar probando lo que luego irá destinado a Red Bull. A diferencia de Williams [Aún falta lo peor], para ella todo el monte es orégano y cuando los rivales inmediatos comiencen a acusar las polillas y las telarañas en sus respectivas cajas de caudales, ascenderá inevitablemente en la tabla de constructores por simple lógica.
El STR14 parece un cacharro noble pero tarde o temprano le tocará empezar a penalizar puestos en parrilla. James Key, su padre y su madre, se ha ido a McLaren, y esta circunstancia se acabará notando más pronto que tarde, pero no importará ni tanto así porque 2019 ya había sido dado por perdido desde mediados de 2018. Daniil y Alexander destacarán lo que les permita la máquina que conducen, y se hundirán en el abismo (para nosotros) cuando la prensa y los especialistas insistan en que compiten por algo, cuando la realidad, y la lógica, nos remarquen machaconamente que este tipo de iniciativas de equipo B deberían haber sido erradicadas de la parrilla hace tiempo, mayormente por monstruosas y por suponer un pitorreo hacia el personal.
Y eso, que os leo.
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