sábado, 11 de mayo de 2019

Cada loco con su tema


Disculpen ustedes que no me levante, que diría Groucho Marx. La semana que me he metido entre pecho y espalda ha sido de órdago y la que viene tampoco es que pinte mucho mejor, pero como decía mi abuela: al mal tiempo buena cara...

En fin, se nos ha echado encima un buen finde de carreras y habrá que aprovecharlo. Por un lado tenemos el Gran Premio de España, con la sensación agridulce de que tal vez sea el último que disfrutemos, y por otro el Grand Prix of Indianapolis, quinta cita del calendario NTT IndyCar Series que se desarrollará esta tarde en la cuerda del trazado interior del Indianapolis Motor Speedway, viejo conocido de la afición a la Fórmula 1 porque en su versión anterior a 2014 se celebraron los Grandes Premios de los Estados Unidos desde 2000 a 2007, y porque fue allí donde tuvo lugar la felonía contra Michelin en 2005, gracias a la cual, FIA y FOM, es decir: Max Mosley y Bernie Ecclestone, se desembarazaron definitivamente del fabricante francés para acabar aplicando la figura de proveedor único dos años después.

Con vuestro permiso dejo para otro momento el relato reflexivo de este triste suceso porque hoy no viene demasiado a cuento y, mayormente, por evitar que me llame hipócrita (sic) algún vengador que andaba entonces con chupete y sonajero...

Sea como fuere, el circuito en cuestión se conoce como IMS Road Course (Indianapolis Motor Speedway Road Course), el rutero, y tras las rondas clasificatoras serán Felix Rosenqvist y Scott Dixon quienes partan respectivamente desde las primeras posiciones de parrilla, ambos sobre Ganassi Honda. La meteorología se prevé que tome protagonismo durante la carrera de hoy. La clasificación de ayer se vio penalizada por las temperaturas fresquitas tanto ambientales como de asfalto, y a pesar de que no participa Fernando Alonso, para dentro de unas horas hay previsión de lluvia. ¿Quién iba a decirlo...?

Os leo.

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