Comprendo que a veces resulte complicado entender lo que escribo, máxime cuando se piensa que lo hago «para hacer sangre», como prefieren decir algunos, pero el caso es que siempre mantengo una cierta cordura de planteamiento que me permite, en días como hoy, recordar este texto que elaboré para TercerEquipo una semana antes de la celebración del Gran Premio de China de este año, cuya lectura espero que os aclare por qué después de la carrera en Shanghai cargué en Nürbu contra Sebastian y Mattia [No merece ni la molestia]. Ferrari necesitaba a Vettel, ahora no sé si tanto...
Después de lo visto durante la pretemporada en Montmeló resultaba difícil imaginar que, recién iniciada la campaña 2019, Ferrari se iba a encontrar en una situación tan sumamente delicada.
Sobre Sebastian Vettel se está diciendo de todo en estos instantes, pero sin entrar en el fondo de la cuestión, en justicia tengo que decir que banalizar el bache que está atravesando no supone una gran idea, ya que, hoy por hoy, el alemán resulta imprescindible en el devenir de la rossa durante este año.
La Scuderia se organiza en pista desde 2015 con un claro esquema 1-2, un líder y un punto o un jefe y un escudero, como prefiráis. Podríamos enredarnos con este tema pero no creo que sea ni el momento ni el lugar adecuados. Éste era sistema usado con Michael Schumacher y puesto que funcionó a las mil maravillas en los primeros años de los 2.000, después del impass habido entre 2007 y 2014, fue adoptado por Maurizio Arrivabene con vistas a devolver a lo más alto a la de Il Cavallino Rampante.
No era mala idea en inicio. También había desmostrado su validez en Red Bull entre 2009 y 2013, y obviamente, con Sebastian Vettel militando en Maranello resultaba lógico que el de Heppenheim liderara el proyecto con Kimi Raikkonen ejerciendo de segundo natural. Sin embargo, la llegada de Charles Leclerc al equipo oficial ha trastocado los planes y ha puesto en evidencia la frágil solvencia del método. Vettel ha acusado el golpe de manera inopinada y esto nos pone en que como no se encuentre solución a la encrucijada que hay en estos momentos sobre la mesa, toda la temporada puede irse al traste porque, como decía hace unos párrafos: Sebastian es imprescindible.
Contra Brackey puedes luchar de mil formas, pero nunca a la pata coja, y aunque duela leerlo, Vettel es ahora mismo el flanco débil del que estamos hablando.
Atendiendo al Mundial de Constructores, Ferrari supone una perita en dulce para Mercedes AMG porque sus dos pilotos no se apoyan sobre el asfalto. Es decir, los malos momentos o malas actuaciones de Vettel no sirven ni a Leclerc ni a la escuadra, y no hay que irse demasiado lejos para comprobarlo. En la tabla general de Marcas, tanto el monegasco como el alemán han terminado y puntuado en Australia y Bahréin, pero la distancia con su máximo rival es de 39 puntos. Sintetizando: la de Toto Wolff casi dobla en el contador a la italiana y sin haber hecho demasiados esfuerzos.
En Albert Park, Ferrari se mostró incapaz de concretar una estrategia vencedora e impotente a la hora de elegir sus bazas. Leclerc perdía la oportunidad de sumar el punto extra por vuelta rápida en carrera y de haberse llevado el saldo que se embolsó Vettel, cuestión que después de Bahrein habría dibujado otro panorama para el de Montecarlo y su escudería.
Me diréis —con razón, seguramente—, que son tan sólo 3 puntos, pero a mi modo de ver no es tanto el montante como el zurrón donde se han depositado. Para Charles podrían ser definitorios en la lucha por el título de Pilotos (para Il Cavallino también), pero de prolongarse la situación que agobia a Vettel, a éste, el sacrificio de su compañero no le habrá servido de absolutamente nada.
En el Mundial de Conductores la cosa está más peliaguda. Un líder sin un escudero que le proteja y quite opciones a los rivales está literalmente vendido. Lo vimos en el tiempo de convivencia de Fernando Alonso con Felipe Massa y casi produce rubor anotarlo. Pero a lo que vamos, Leclerc, en el caso de que se desmarque y termine siendo la única opción posible para Maranello, no podrá sobrevivir a la armada de la estrella de tres puntas sin un apoyo solvente…
Vettel es imprescindible. No sé cómo lo hará Mattia Binotto, pero el de Lausana tiene que decidir rápido. Ferrari no puede seguir regalando opciones a su máxima enemiga debido a que su esquema se haya quebrado. Hay obligación y urgencia de reaccionar rápido y Sebastian está en el centro de todo. El alemán puede caernos mejor o peor, pero lo que parece indudable es que resulta necesario de cara a las opciones de la rossa en 2019, y que de su contribución va a depender cómo sale Ferrari de todo este lío.
Os leo.
Habrá un pedazo de contrato, cerrado a cal y canto. A todo Maranello le toca tragar, lo que resta de año y el que viene.
ResponderEliminar80 millones, contra los 3 que les sale Leclerc. Menudo parásito.