viernes, 22 de marzo de 2019

Exaltación «rossa»


Cuenta la leyenda que mezclando en una cazuela la misma cantidad de Michael Schumacher y escudo de La Scuderia se puede obtener inmediatamente el pasaporte de tifoso patanegra. Por suerte, la fórmula magistral contiente otras sustancias, alguna de ellas secreta. De hecho, la divisa sí es esencial, el Kaiser no tanto. Vamos, que como alguien se ponga a experimentar a lo peor le pasa como tratando de sacar adelante una receta de Martín Berasategui cambiando dosis e ingredientes...

En fin, hay quien imagina que los cuatro títulos que acumula Sebatian Vettel le van a servir al alemán para paliar los condicionantes de su día a día en la de Il Cavallino, y va a ser que no.

Partiendo de la base de que el de Heppenheim no es exactamente el heptacampeón del mundo, parece sencillo pensar que cuatro coronas son cuatro coronas y deberían servir para algo, incluso lidiando con Lewis Hamilton, que ya lleva cinco a sus espaldas, pero va a ser que tampoco. No empujan, no cuentan para este escenario salvo que seas un gañanazo de tres al cuarto y trates de paliar la deficiente formulación riéndote del enemigo.

Es recurrente. A falta de Michael ponen a Sebastian a cocer a fuego lento junto al estandarte de la divina, y a falta de otras razones sazonan la mezcla con risas sobre el alonsismo y la alonsada, y revuelven y revuelven, y cuando creen que la tienen en su punto se meten en ella como Obélix cayó en el brebaje de Panoramix, para salir renovados, cantando como Antonio Molina ¡Soy tifoso!

Reconozco que tendría su gracia si no fuera porque, pasando olímpicamente de las cuestiones técnicas que afectan al devenir de la competición, estas buenas gentes se contentan con esperar que el pobre Seb haga milagritos flanderianos como cuando militaba en Red Bull, y también va a ser que no.

Desgraciadamente las cosas han cambiado mucho desde 2013. A tontas y a bobas, el émulo de Schumacher, el Mesías de Maranello —bobadas que le colgaron de la frente sin avisar—, lleva cinco temporadas sin comerse un colín, y ni tan mal si sus dos subcampeonatos conseguidos con la rossa se parecieran en algo a los que logró Alonso vestido del mismo color en 2010 y 2012. Sea como fuere, estos hooligans de pandereta roja de los que llevo rato hablando, son los que más daño están haciendo a Vettel —por suerte, a Ferrari no le afecta—, porque ayudan a que no lo reconozca ni la madre que lo parió, ni mucho menos a que se le entienda.

Sebastian tiene un problema gigantesco en las manos y hasta yo, que ni soy su primer fan ni llego a último, entiendo lo complejo de su situación personal y profesional. Vettel lucha contra sí mismo y ahí poquito se puede hacer.

En realidad lo hace en Ferrari, pero es coyuntural porque podría ser en cualquier otro sitio. En todo caso, lo ha elegido así y hay que aceptarlo. Más presión por centímetro cuadrado, más tontainas rodeándole porque aquí es tifoso hasta el Tato. Desde luego, la rossa es un mal sitio para hundirse, esto es indudable... Y lo mejor de todo es que él lo sabe y no hace falta que nadie se lo recuerde.

Os leo.

10 comentarios:

  1. "¡Ay ay ay ay! ¿Por qué, por qué no puedo empezar una clasificación con toda la batería. ¿Cómo es posible? ¿Cómo? ...Está bien, está bien, no os preocupéis. Pasaré por la recta, esquivaré el tráfico, cargaré la batería y entonces empezaré la vuelta, si es posible"

    Ferrari no siempre tiene la cabeza donde se requiere. Será su italianización la culpable? La testosterona.

    Qué clase de pilotos necesitan? Blandengues a los que decirles qué y cuándo hacerlo? O líderes de escuadrón, que se echen el equipo al hombro?

    Sí, claro. Es más fácil vivir en Redbull, todo algodonao. Porsupuestísimo.

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  2. Son cuatro, cinco llevará cuando termine esta temporada. Ya que sale el tema creo recordar, también, que con sus errores y aciertos, sus registros son superiores a los logrados por Alonso.

    Lucha contra si mismo, sí, pero el casi segundo que separa a Ferrari de Mercedes no ayuda mucho.

    Forza!!!

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    1. Hombre, a ver... ayúdame a pensar.

      Visualiza un campeonato, carrera final, a la que llegan con posibilidades 5 pilotos de tres escuderías.

      Luego otro, que se define a 3, 4 o 5 carreras del final, entre dos primeros pilotos de distintas escuadras, con sus compañeros a tomar por saco.

      Yo veo una importante polarización de puntos. Intuyo dominación tecnológica, y un sistema de jerarquías de puta madre.

      A tí, si fueses piloto. Cuál te gustaría ganar? Cuál te daría más chapa? Ilumínanos con tu sabiduría.

      Luego aparece un don nadie, que dice que tal piloto es capaz de elevar su coche hasta un lugar que no le pertenece. Y que el otro comete errores estúpidos que le han costado el campeonato, y que Ferrari lo tiene que ayudar a encontrarse con su mejor versión.

      Qué sabrá de esto el gilipollas de Ross?

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    2. Y deja de subirle el precio al pan. Que no es un segundo, exagerao! Es el hálito, la respiración ya siente en la nuca. Eso lo tiene malito.

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  3. Buenos días, Chema ;)

    Son tres subcampeonatos, dos con Ferrari
    https://www.statsf1.com/en/sebastian-vettel.aspx

    En cuanto a sus registros:

    Primer año: Alonso 2º; Vettel 3º

    Segundo año: Alonso 4º; Vettel 4º

    Tercer año: Alonso 2º; Vettel 2º

    Cuarto año: Alonso 2º; Vettel 2º

    Yo diría que gana por poquito el asturiano con una Ferrari con la mitad de presupuesto que ahora, pero en fin, es opinable, como todo.

    Abrazote

    Jose

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  4. Míralo de otro modo, José. Teniendo en cuenta, y no es ironía, que Fernando es posiblemente el piloto más completo de la historia de la F1 (no puedo compararlo con los Fangio boys por motivos evidentes), que Vettel tenga esos números compitiendo contra el mejor equipo y coche jamás creado, tiene su mérito. Más o menos poles, victorias y demás, el hecho de haber competido contra Fernando y sumar victorias y derrotas nos dice que es un buen piloto, lo de poner aureolas no me va. Para mí y para la opinión generalizada (no sé si la compartes) es el piloto más rápido con aire limpio o en q3, que es lo mismo. En carrera si no sale 1 o hace una buena salida tiene muchísimas carencias. No creo que fuera el piloto adecuado para Ferrari sino para Mercedes que ha tenido el coche más rápido el sábado desde 2014, como lo fue el RB en 2011 (por citar la simbiosis que ni Hamilton pudo igualar) y para combatir eso o tienes un Fernando o si me apuras un Lewis. Pero los ferraristas tenemos mucha fé en Leclerc y eso nadie nos lo podrá quitar más que la propia escudería. Leclerc es rápido en q3, no sé si tanto como Seb, Hulk o Lewis (puede que sí), los más rápidos en ese campo con diferencia, pero tiene algo que el propio asturiano nos indicó y es que está entre los elegidos. La presión del alemán es tremenda y las críticas que recibe desde España e Inglaterra son vomitivas, pero es el mejor pagado y va en el sueldo. Como tifosso espero que Leclerc aprenda de Seb este año, que lo supere ya que suele empezar algo tímido y es un niño, y el año que viene Alonso vuelva para terminar de pulir al futuro rosso. Y con dos maestros así menudo futuro nos espera.

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    1. Es patético depositar esperanzas en un novato, a la desesperada. Dejemos que Leclerc crezca, a su ritmo y ya veremos.

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  5. José, en Ferrari cuatro temporadas. Creo recordar que las poles, victorias y podios son favorables a Seb.

    Buenas Noches ;)

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    1. Claro que va a tener más. Antes existía más igualdad tecnológica entre escuderías. Los puntos no se crean ni se destruyen, se reparten.

      Sólo Mercedes y Ferrari han competido a partir de 2017. Suma a esto que le hayan atado las manos a Raikonnen. Pero este año será diferente, ya verás... Y quizás su último.

      Le puedes buscar la quinta pata al gato, pero el ferrarista sabe quién de los dos ha servido mejor a la Rossa.

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  6. Menuda putada(perdón por la expresión) darte cuenta que en realidad eres un mindundi que sin un coche un segundo superior al resto vales nada.

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