Me gustan más los óvalos que los circuitos ruteros en la IndyCar (NTT IndyCar Series), y en buena medida esperaba con ganas la carrera en Austin por aquello de comparar sensaciones entre la Fórmula 1 y la disciplina norteamericana y, la verdad, todo se me ha quedado muy desangelado en el COTA, aunque la prueba, en líneas generales, me ha parecido más entretenida que la de St. Petersburg de hace un par de semanas.
Imagino que en esta apreciación ha tenido mucho que ver con que la realización televisiva ha usado los sistemas de captación de imágenes previstos para la Fórmula 1, que la meteorología se ha mostrado gris y que la afluencia de público tampoco ha sido la pera. En todo caso, que es a lo que vamos, me temo que al Circuit Of The Americas todavía le faltan algunos hervores para que sea del gusto del aficionado a la IndyCar, mayormente porque a nadie le satisface que la competición, sea cual sea, quede deslucida por condicionantes externos.
Este año me he propuesto seguir el calendario completo y de momento no tengo razones para decir que no me esté divirtiendo, pero bueno, viendo lo indigesto que se me ha insinuado el escenario y que, sin embargo, la carrera ha ofrecido todos los ingredientes habituales, a los que se ha sumado esta vez la gran victoria de Colton Herta, sea dicho de paso, me apetecía echar el ratito escribiendo sobre la importancia que tiene la retransmisión para el éxito de un espectáculo de motorsport.
Silverstone me sigue pareciendo que ofrece la mejor realización. La Fórmula 1 allí parece diferente a otros sitios, y en el caso del WEC, también. No abusa de los planos elevados ni demasiado amplios, los da en momentos puntuales, acota la acción en pista, sigue a los coches, ofrece planos cortos a pie de pista, etcétera. Valencia Street Circuit estaba en sus antípodas, tanto que daba la sensación de que lo había mirado un tuerto. Los Grandes Premios de Europa celebrados en la capital levantina parecían más de scalextric que de otra cosa...
Lo cierto es que hemos hablado mucho de estas peculiaridades en Nürbu. ¿Puede una retransmisión matar una carrera? Desde luego diría que sí, y en Austin no hemos llegado al asesinato pero ahí le ha rondado. Y es que la IndyCar tiene su idiosincrasia y no respetarla podría ser considerado crimen.
Total, por acabar. El COTA me parece un gran circuito, sin duda de los mejores que ha parido Tilke en los últimos tiempos —sigo extrañando Buddh, qué queréis que os diga—, y si ha permitido la carrera de Austin haya sido entretenida pero sin capacidad de trasladarlo al televidente o al usuario de internet (mi caso), considero que ha sido porque la retransmisión del evento ha sido demasiado neutra, por decirlo en suave, algo que ha mitigado la sensación de velocidad tan característica en otras carreras de la Indy, precisamente porque allí se atiende a estas cosas y en Austin, por lo que se ve, les ha pillado un poco con el pie cambiado.
Os leo.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario