miércoles, 6 de febrero de 2019

La cuenta de la vieja


Vaya por delante que no tengo nada en contra del sano regalar puntos. De toda la vida de Dios ha estado bien visto dar unos puntitos al rival en el campo o en la pista, básicamente porque a la hora de asumir la derrota siempre hay dónde agarrarse: si hubiésemos amarrado aquel partido que se nos fue de las manos, si hubiésemos apalancado aquella victoria que rozábamos con la yema de los dedos, y así...

Seguramente porque en mis años mozos estaba abonado a morder el polvo un día sí y otro también, deportivamente hablando, se entiende, he vivido todas mis dobladas de rodilla a la irlandesa, como si fuesen triunfos y mereciesen una bonita canción. Me pasaba en la piscina hasta que el cloro me hizo papilla las fosas nasales y tuve que dejarlo, y tiempo después también, que todavía recuerdo con añoranza la cara de extrañeza que se les puso a los de Económicas e Ingenieros que el equipo de fúlbol sala de Bellas Artes sufriera de su parte goleadas mortíferas entre cachondeos y risotadas.

Teníamos bajo los palos al tipo que mejores celajes he visto pintar en mi vida, Vicente. La defensa era un poco débil, para qué vamos a engañarnos, y así encajábamos lo que no estaba escrito en cuanto las hordas enemigas nos superaban. En el centro Manu, grandullón y desgarbado, a los pitillos los llamaba figarros y el muy gañán siempre llevaba el tiro del pantalón casi en las rodillas y nos mataba en la clase de pintura cuando abría su portentoso e insufrible aguarrás comprado en la tienda de Polifemo, el de la Odisea, una maldita arma química convenientemente destilada para uso industrial, ¡la madre que parió a Peneque cómo olía aquello...!

Algo adelantado cubría el ala derecha el bueno de Koldo, nuestro modelo de integración, y eso que os estoy hablando de 1983. Y protegiendo la izquierda quien os está escribiendo, rápido sí, rocoso también, pero a ver, que con 1'63 de estatura tampoco andaba yo para hacer milagros siendo diestro...

Económicas e Ingenieros nos pasaron por encima igual que los holandeses del Ajax de waterpolo hacían con los mantas de la Deportiva Náutica de Portugalete que servíamos de conejos para que entrenaran. ¡Pardiez!, en la puta vida había imaginado que un individuo rubio que me sacaba dos cabezas de estatura me sobrepasara en el agua como el Nimitz a un submarino, sin cambiar de trayectoria, o que el muy cabrón, para no incurrir en falta visible, ciñera sus pies a mis caderas, me impulsara hacia el fondo de la piscina y si te he visto no me acuerdo...

Yo hacía caso a Ángel Santamaría, nuestro entrenador, y trataba de evitar por todos los medios que el 12 no se encontrase cómodo, pero hay cosas que no pueden ser y por mucho empeño que pongas, al final no son.

Y bueno, esto iba de regalar puntos y puesto que sé perfectamente lo que supone envolverlos en papel de colorines con lazo y jamás se me he ocurrido aludir a la superioridad incontestable del rival a la hora de hacer mis cuentas personales, entiendo que los 60 (o alguno más) que ha cedido Sebastian durante 2018 no pueden ser justificación del dominio de Mercedes AMG, ni mucho menos servir de paño tibio al desastre de Ferrari esta temporada pasada. Vettel los ha dejado en la cuneta, no hay otra lectura. Si se hubiese dejado más el poderío del W09 sería la órdiga bendita, pero somos personas inteligentes y sabemos de sobra que la cosa no va así ni haciendo la cuenta de la vieja.

Vettel debía haberlos aprovechado. En realidad era su obligación.

Por diferentes razones no ha sido posible, pero lo que no podemos hacer es darle a Brackley el saldo que ha desperdiciado Maranello y elevarla a canon de excelencia. La alemana se ha beneficiado esta campaña pasada de las cagadas del número 5 de la rossa y el problema está en el titular del 5 de La Scuderia, que regala más que amarra.

¿El de Heppenheim es generoso? Pues sí, para qué vamos a negarlo, pero como éramos los de mi quinta en 1983 cuando regalábamos a Económicas e Ingenieros la posibilidad de marcarnos un 23 a 0 o un 18 a 2, aunque eso ni era un consuelo que diera para canción irlandesa, ni mucho menos hizo grande al oponente sino que marcaba lo bajito que caímos. ¡Que no se repita, Seb! ¡Por tu padre!, que no me vea en la obligación de volver a explicar la diferencia que hay entre regalar puntos y oportunidades y que tu rival sea la encarnación de lo inaccesible, porque entonces, habrá que decir en abierto que tus cagadas son las que han hecho grande a Lewis en 2017 y en 2018.

Os leo.

2 comentarios:

  1. La historia, José, cuenta lo que fue, y no lo que podría haber sido.
    Si mides 1.63 tal vez recuerdes durante aquellos años McL de Senna vs. Prost, en donde alguien salió a decir que el coche del francés era algo mas ligero que el del paulista. Decían las malas lenguas que el chasis medía un par de cm menos. Puede que no sea así, y que simplemente los ingenieros hayan podido acomodar con mayor holgura al diminuto galo que al ídolo verdeamarelho.
    Volviendo, para no irnos tan lejos: Puede que el bueno de Seb haya regalado algún punto aquí y allá. Personalmente le recrimino algo más la primera mitad de la temporada, donde adivino que el Ferrari fue un pelín más que el Mercedes, tal vez a costa de mayor cantidad de reemplazos, lo cual eventualmente podría haberles hecho penalizar luego. La segunda mitad, o bien Ferrari se quedó dormida en los laureles, o bien Mercedes puso toda la carne al asador, y posiblemente (aún si VET no hubiera sido tan dadivoso) habrían alcanzado o superado ese "bajón" de la primera mitad respecto de "la rossa".
    De todos modos es difícil hacer cálculos. Muchas veces, como hablábamos la vez pasada sobre el 2014, un coche va "capado" para no mostrar todo su potencial.
    Volviendo a tu equipo de fútbol: ¿Recriminarías a tu delantero que haya errado un penal si el partido terminó 6-0 en contra? En todo caso, si no lo hubiera errado, habrían perdido igual, pero 6-1... Ahora: ¿Cómo sería la cuenta si al final el hipotético partido terminó 1-0 en contra? Posiblemente, viéndolo desde dentro del campo de juego, te habría quedado muy a la vista que tu oponente venía sobrado, y que si en algún momento tu delantero convertía ese penal, de todos modos les habrían ganado.
    Como puse al inicio: El 2018 ya se escribió y sabemos cómo finalizó. Nunca sabremos lo que "habría pasado si hubiera..." Para quienes venimos hace más de diez años, luego de la épica de Kimi en un año que ya venía casi perdido, deseando que Ferrari finalmente descorche el champagne nuevamente, tal vez este 2019 nos acerque un poco más a las transmisiones. Es que si se pudiera empujar el coche a través de la pantalla, con la mirada, estaríamos como hipnotizados X-men intentando torcer la historia. Ya hemos sufrido aquellos terribles Alonso-Petrov "you depend on your talent", la hegemonía actual Mercedes y la anterior RB.
    Sds.
    Martín

    ResponderEliminar
  2. Vettel es un mierda. El que no lo vea o sepa que se joda. ¿finiquitamos? Y antes que conteste cualquier mierda anti... Hasta un disminuído mental hubiera ganado con los RB que disfrutó. Y aún así casi palma 2 campeonatos contra un coche inferior y un piloto con dos pares. La historia pone a cada uno en su sitio, y a Seb en Ferrari se le ven las costuras. Todos sabemos(todos digo con 2 dedos de frente) los 2 últimos años a quién hubiera ido a parar el mundial con esos dos Ferraris.

    ResponderEliminar