Una generación sin duelos

Desde que hace un par de años o tres —a lo peor son cuatro, en el fondo qué más da—, leí a alguien en redes sociales afirmar que Gilles Villeneuve estaba sobrevalorado porque sus números no eran para tanto, comprendí que mi tiempo estaba llegando a su fin...

Hoy, por ejemplo, pretendía recordar el duelo entre Nigel Mansell y Ayrton Senna en el Hermanos Rodríguez (1991), y para documentarme rápido he visionado algunos vídeos de Youtube, de esos que te reconienda la propia plataforma porque son los más vistos o los más solicitados, y me he llevado un chasco del demonio porque no aparece el que mantuvieron Pedro de la Rosa y Michael Schumacher en Hungría 2006, y fundamentalmente porque no queda registro de ningún duelo de verdad más allá de esa fecha.

No hablo de rifirrafes ni de duelillos puntuales, sino de peleas con preparación, persecución, asalto y resistencia, y solución, por supuesto. Duelos que duraban algo más de 10 segundos. Luchas sin cuartel que tenían lugar en un espacio dilatado de tiempo durante el cuál, los pilotos que mantenían las espadas en alto se sacudían de lo lindo.

Obviamente había más «igualdad» antes que ahora, lo que favorecía los pulsos entre dos conductores con idéntica máquina o diferente en el caso de rivales de equipos contrincantes, y entrecomillo el término «igualdad» porque en nuestro deporte resulta un poco leyenda urbana, aunque entonces, lo que no tenía el monoplaza podía ponerlo quien lo conducía, de forma que se daban situaciones en las que sí era posible ver paridad sobre la pista.

Que yo recuerde, hay muchos duelos que merecerían el calificativo de gloriosos pero no tienen cabida en Youtube ni son requeridos por el personal ni llegan a lo alto del ranking, es decir: carecen de oportunidades para ser conocidos por la chavalería. Sin necesidad de ponernos espesos, las últimas vueltas al circuito de Osterreichring durante el Gran Premio de Austria 1982 no tienen nada que envidiar a la lucha de The Lion contra Ayrton Senna en Mónaco 1992. De hecho, Keke Rosberg quedó detrás de Elio de Angelis en Spielberg a tan sólo 5 centésimas de segundo. 

La Fórmula 1 moderna no había nacido, pero Von Brauchitsch y Caracciola se las tuvieron extremadamente tiesas durante buena parte del Gran Premio de Mónaco 1937, otro ejemplo [Manfred y Rudi, 1937]. Y bueno, mientras hacemos tiempo para que se dispute el Gran Premio de México de este año, me ha dado por pensar en que Nigel Mansell, el propio Alain Prost, Piquet, Montoya, De la Rosa, por supuesto Fernando (por él y por Michael), podrán contar a sus nietos cómo mataban dragones, pero desgraciadamente no sé con qué tipo de aventuras harán Lewis o Sebastian que concilien el sueño los herederos de sus respectivos linajes...

Os leo.