Despedida a la española

Resulta pelín grotesco y había que decirlo porque en el fondo no pasa nada, ¿no? Alonso se va y la prensa de este país, que tan servil se ha mostrado con él desde que apareció en el horizonte, no ha tardado un instante en comenzar a pasar facturas al cobro, algunas, incluso desde el anonimato más cobarde.

La cosa tendría su gracia si no fuera porque ahí fuera creen que en España todo el monte es orégano con el de Oviedo gracias a la nutrida cuadra de gilipollas que tenemos. 

Está pasando prácticamente lo mismo que con Seve Ballesteros, o con cualquier otro de nuestros héroes, que una vez decidieron dejarlo fueron convenientemente cubiertos de mierda porque para ingratos ya estamos nosotros: los habitantes de un país pequeño y dócil, en lo deportivo y en algunas otras cosas más, que cree todavía hoy que Inglaterra o Alemania, o Francia, le pasarán la mano por la espalda si hace autocrítica de la buena (sic).

¿Que quién es el Ballesteros ése? Bueno, buscadlo en la Wikipedia, a poder ser en la versión british, y de paso poneros al día con Induráin o Fermín Velez o Jesús Pareja, por citar unos pocos de nuestros olvidados. A Rafa (Nadal) ya le ha caído lo suyo por ponerse a echar una mano a sus vecinos tras las inundaciones en Mallorca, y en sintonía, a Fernando se le está dispensado una despedida a la española en la que cualquier mastuerzo es capaz de vomitar sandeces en público con tal de lograr su minutito de gloria pareciendo equidistante.

Dudo mucho que paguen algo por hacer el idiota de esta manera, pero lo malo, como decía antes, es que los chequistas mexicanos y los pechitistas argentinos han mordido el anzuelo y se han venido arriba, y empiezan a golpear los muros de los tibios porque el patrioterismo sólo entiende de enemigos, mientras, las enciclopedias nacionales se quejan de que no les lee ni el Tato...

Vienen tiempos divertidos. Todo lo que está sucediendo resultaba previsible y si os armáis de un poquito de valor podréis descubrir que el grueso de la que nos viene encima ya ha sido abocetado en este blog de cierto éxito, que diría el bueno de Adriantxu. Si os tocan mucho las avellanitas a partir de ahora os jodéis. Si os miran por encima del hombro os jodéis. Si os desacreditan por ser españoles, también os jodéis...

La prensa española y los juntaletras españoles han realizado un maravilloso trabajo, no se puede negar. Tiene un enorme mérito reducir una de las más grandes figuras que tenemos a poco menos que una coletilla lacrimógena en el Telediario de la cadena que sea. Un motivo para reflexionar sobre la vanidad y la soberbia. Una ocasión más, para demostrar que de Fórmula 1 no tenemos ni puta idea aunque papá nos regalara un kart en 1994 y veinticuatro años después, en vez de medirnos con Andy en la Blancpain continuemos intentando acumular seguidores en Twitter...

Tacón a tierra. Asta de pica bien apoyada, y nos vemos en la otra vida porque de esta línea no pasáis...

Os leo.