miércoles, 19 de septiembre de 2018

¿Es Leclerc la solución?


Si nos quedase algo de sentido del humor —con unas gotas bastaría—, ante una pregunta como la que da título a esta entrada habría que contestar con otra: ¿para qué problema?

Hemos hablado de este mismo asunto otras veces: la elevación de Charles a Ferrari para 2019 tiene pinta de ser una operación cosmética porque resolver no resuelve nada, más allá, claro está, de cumplir con los deseos de Sergio Machionne, lo que en sentido estricto ni era un problema ni lo parece en la actualidad.

A ver, colocando todas las cartas sobre la mesa no se puede negar que la pareja oficial de pilotos desde 2015 haya funcionado razonablemente bien.

Kimi ha apoyado a Sebastian y siempre que ha sido menester, el finlandés ha sido sacrificado en favor del alemán. Un dos supuestamente más potente, caso del monegasco, no cambiaría para nada el panorama porque se presupone que apoyará al tetracampeón del mundo y es de imaginar que, en casos estrictamente necesarios, también será sacrificado cuando la ocasión lo requiera.

Está por ver que así se ganen más puntos para el Mundial de Constructores ya que el mayor escollo lo encontramos en Maurizio Arrivabene y en su concepción del universo de las carreras. Así las cosas, podemos decir que básicamente Charles va a hacer de Iceman, por si alguien no se había dado cuenta todavía, lo que nos pone en que durante 2019 tanto nos daría que en La Scuderia militase uno u otro, ya que el enfoque del equipo me temo que seguirá siendo Vettel, al menos hasta que concluya contrato. Evidentemente aquí no se percibe ningún problema a la vista, con lo cual, también podemos decir que Leclerc no supone ninguna solución para la temporada que viene.

En el caso de 2018 todavía resulta más sencillo, ya que nuestro protagonista conduce para Sauber y los que están lidiando con el campeonato en curso son el de Heppenheim y el de Espoo... Y sí, hay problemas, numerosos y de calado, pero desgraciadamente, el de Montecarlo no tiene a mano solucionarlos.

Así que, como decía al inicio, ¿es Leclerc la solución? sólo se podría contestar adecuadamente sabiendo antes ¿para qué problema? Eso y unas gotitas de sentido del humor, que no falten.

Os leo.

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