Todavía recuerdo cuando se barajaba que Robert acababa en Ferrari, junto a Alonso. Luego vino el mazazo de Rallye di Andora y todo terminó en fundido en negro...
La última figura de Felipe Massa en Maranello fue bastante controvertida. Evidentemente no era el número uno de La Scuderia, pero como supuesto número dos de Fernando Alonso nunca dio la talla ni convenció, ni, por supuesto, encajó jamás su actitud cuando le avisaron por radio de que el asturiano era más rápido que él en Alemania salvo que tuviera dispensa papal, que a lo mejor la tenía y lo que pasaba era que no lo sabíamos.
Hoy, por fortuna, conocemos algunos datos que aclaran las razones del comportamiento de mi Felipe, ya que Robert Kubica ha confirmado lo que era entonces una mera sospecha: el polaco iba a vestir de rosso en 2012, pero el accidente que por poco lo lleva por delante zanjó aquella historia. Una prometedora historia, sin duda.
Así las cosas, entre el retorno de Massa a comienzos de 2010 —después de casi haber perdido el ojo en Hungría 2009—, nos encontramos con un paulista en Maranello que está cubriendo un hueco hasta finales de la temporada 2011, momento en que se suponía que iba a llegar el de Cracovia. Y ahora encajan mejor las piezas, incluso las de Hockenheim: Felipe iba un poco por libre, corriendo para sí mismo, como ocurriría al final de 2013, cuando la llegada de Kimi era inminente.
Habida cuenta de que Robert no desembarca en la de Il Cavallino Rampante en la fecha prevista, la prórroga del contrato de Massa parece una vía lógica incluso contando con que ya asomaba las orejas un tal Jules Bianchi. Pero se cruza Pirelli y el endurecimiento de gomas a partir de Gran Bretaña de aquel año, y el brasileño firma una segunda parte de campaña en la que consigue 99 de los 122 puntos que cosecha al término de la misma. Alonso apoya su renovación. Parece que 2013 puede ser un buen año...
Os confieso que todo este tiempo me ha traído un poco al mal andar saber qué coño hacía mi Felipe que ni despegaba ni dejaba despegar, pero al corroborar que efectivamente estuvimos a esto así de que Kubica aterrizase en Maranello, esta parte de la historia de Ferrari tiene por fin contexto y por mi parte puede ser cerrada sin que me queden interrogantes por ahí.
Eso sí, maldigo la hora en que Robert tuvo la ocurrencia de participar en el Rallye di Andora. Por él, por supuesto, y también por lo que nos perdimos después.
Os leo.
Hoy, por fortuna, conocemos algunos datos que aclaran las razones del comportamiento de mi Felipe, ya que Robert Kubica ha confirmado lo que era entonces una mera sospecha: el polaco iba a vestir de rosso en 2012, pero el accidente que por poco lo lleva por delante zanjó aquella historia. Una prometedora historia, sin duda.
Así las cosas, entre el retorno de Massa a comienzos de 2010 —después de casi haber perdido el ojo en Hungría 2009—, nos encontramos con un paulista en Maranello que está cubriendo un hueco hasta finales de la temporada 2011, momento en que se suponía que iba a llegar el de Cracovia. Y ahora encajan mejor las piezas, incluso las de Hockenheim: Felipe iba un poco por libre, corriendo para sí mismo, como ocurriría al final de 2013, cuando la llegada de Kimi era inminente.
Habida cuenta de que Robert no desembarca en la de Il Cavallino Rampante en la fecha prevista, la prórroga del contrato de Massa parece una vía lógica incluso contando con que ya asomaba las orejas un tal Jules Bianchi. Pero se cruza Pirelli y el endurecimiento de gomas a partir de Gran Bretaña de aquel año, y el brasileño firma una segunda parte de campaña en la que consigue 99 de los 122 puntos que cosecha al término de la misma. Alonso apoya su renovación. Parece que 2013 puede ser un buen año...
Os confieso que todo este tiempo me ha traído un poco al mal andar saber qué coño hacía mi Felipe que ni despegaba ni dejaba despegar, pero al corroborar que efectivamente estuvimos a esto así de que Kubica aterrizase en Maranello, esta parte de la historia de Ferrari tiene por fin contexto y por mi parte puede ser cerrada sin que me queden interrogantes por ahí.
Eso sí, maldigo la hora en que Robert tuvo la ocurrencia de participar en el Rallye di Andora. Por él, por supuesto, y también por lo que nos perdimos después.
Os leo.
Hay que ver cómo se rasgaban las camisas los igualitarios por aquella época... No fuera que Ferrari tirase de segundo piloto, QUÉ HORROR!
ResponderEliminarEl gesto vacío de Tú Felipe, los ojos colgados en la nada durante la rueda de prensa. Oyendo sin sonrisa pero con gran satisfacción los raaaaassss-raaaass de kilómetros de tela siendo furiosamente destrozada... Y los mierdas británicos haciendo turnos para picar a Alonso, cuya única culpa ha sido desde China 2010, ser el más veloz. A veces, por mucho.
Hoy cualquier pardillo acepta y reconoce sin babear que el percherón alemán es primer piloto. Que es lo justo y lo normal. Es que es el mejor posicionado... Es que es el que mejor califica, el que lo tiene de cara... Por favor! Hipócritas!
Jamás una publicación deportiva necesitó espolear al asturiano, como si fuese un crío que no estudió para el examen. Cosí Non, Seb!
Casi nada, esto es la Chemificación de la Fórmula 1. En lo que se ha convertido nuestro deporte. Es lo que hay.