Las probabilidades de que en Austria volvamos a rompernos los piños son elevadísimas, para qué ocultarlo. La Fórmula 1 no anda todo lo bien que desearíamos y por mucho que haya un evidente empeño por hacer ver que lo negro es blanco, las cosas son como son: negras si son negras y blancas si son blancas, amén.
En este sentido, entiendo perfectamente a los que insisten una y otra vez en negar la realidad. Se liga poco admitiendo en público que eres entendido en un deporte como el nuestro, y se ligaría menos aún si la gente supiera lo insoportable que resulta a veces. Para los que intentan prosperar aquí, profesionalmente, se entiende, pasa tres cuartos de lo mismo pero con peores consecuencias: ¿qué vas a vender?, ¿que eres experto en una modalidad de automovilismo que es recurrentemente prescrita por los médicos de familia como sustitutivo de la doxilamina...?
Pero tampoco nos pongamos en lo peor. Buena parte de las temporadas consisten en esperar ésa carrera. En el primer tercio de la temporada ésa carrera fue el Gran Premio China, y antes que lleguemos al ecuador de esta sesión, a lo mejor ésa otra carrera es el Gran Premio de Austria, o el de Gran Bretaña.
Lo cierto es que desconocemos por completo qué sucederá este próximo fin de semana y nos queda una bonita porción de calendario por delante. Los listos de la clase se han abonado a lo peor porque en la Fórmula 1 vende lo mismo que en el mundo real: las noticias dramáticas, los sustos, las agonías perversamente planificadas. Lo bueno no vende, admitámoslo. El optimismo no tiene compradores y la alegría puntual sólo sirve para retroceder un par de pasos y volver a las andadas suministrando dosis de tristeza en vena...
Yo os recomendaría que leyéseis siempre Nürbu pero estaría arrimando el ascua a mi sardina, y como comprenderéis, no es plan. Además, juego con ventaja: a mí no me importa que la Fórmula 1 sea así. Más allá de la política, el dinero, los intereses y los equipos, creo en esa hora y media de cada domingo en la que los pilotos son los protagonistas y el guión puede saltar hecho pedazos.
Os leo.
Pero tampoco nos pongamos en lo peor. Buena parte de las temporadas consisten en esperar ésa carrera. En el primer tercio de la temporada ésa carrera fue el Gran Premio China, y antes que lleguemos al ecuador de esta sesión, a lo mejor ésa otra carrera es el Gran Premio de Austria, o el de Gran Bretaña.
Lo cierto es que desconocemos por completo qué sucederá este próximo fin de semana y nos queda una bonita porción de calendario por delante. Los listos de la clase se han abonado a lo peor porque en la Fórmula 1 vende lo mismo que en el mundo real: las noticias dramáticas, los sustos, las agonías perversamente planificadas. Lo bueno no vende, admitámoslo. El optimismo no tiene compradores y la alegría puntual sólo sirve para retroceder un par de pasos y volver a las andadas suministrando dosis de tristeza en vena...
Yo os recomendaría que leyéseis siempre Nürbu pero estaría arrimando el ascua a mi sardina, y como comprenderéis, no es plan. Además, juego con ventaja: a mí no me importa que la Fórmula 1 sea así. Más allá de la política, el dinero, los intereses y los equipos, creo en esa hora y media de cada domingo en la que los pilotos son los protagonistas y el guión puede saltar hecho pedazos.
Os leo.
Jose, ¿cuál es la razón de que Carlos Barazal no publique nada en su blog desde finales de marzo con motivo del Gran Premio de Australia?
ResponderEliminarBuenos días, Miguel ;)
ResponderEliminarSinceramente lo desconozco. Menos mal que seguimos escuchándole en GPCast ;)
Abrazote
Jose
Gracias, Jose; me quedo más tranquilo. Y aprovecho para felicitarte por tu última entrada en Momento GP https://www.momentogp.com/pillar-a-red-bull-midori-kurve-022/
ResponderEliminarMágica, igual también, pero en verdad te ha quedado de cine, o como decimos por aquí: "niquelá".
Tienes razón en eso de esperar "esa carrera". Reconozco que la F1 no es emocionante en general por tantas razones que tú expones de manera magistral una y otra vez. Pero cuando llega "esa carrera", en la que no se cumple el guión, en la que pasan cosas que no estaban previstas... entonces este deporte se engrandece y yo lo disfruto al máximo. Pues eso, a esperar "esa carrera"...
ResponderEliminar