martes, 12 de junio de 2018

La risa floja


Cada vez que alguien cuestiona el horizonte propuesto por Liberty Media a partir de 2021 me pregunto en qué coño está pensando.

Desde luego existen razones a paladas para justificar el actual estamos tan a gustito, pero tampoco se puede negar que hay miedo a espuertas a eso desconocido que va a romper el statu quo que permite a la prensa, fundamentalmente, llevar la batuta en cuanto a exclusivas, estimaciones y venta de humo.

Por la razón que sea, la patrona norteamericana no es tan permeable a los intereses de los gacetilleros y especialistas ingleses como lo era Bernie, quien a la postre usaba este compadreo para iniciar incendios o para arrimar el ascua a su sardina o, incluso, para derribar molestos rivales o devaluar a determinados pilotos.

Lo he dicho muchas veces, y disculpadme que insista, pero es una cuestión tan sencilla como tirar de hemeroteca para comprobar dónde se defendía como beneficiosa la aplicación del DRS o la figura del proveedor único de neumáticos. Por saludar, también se saludó allí antes que en ningún otro sitio, la idea de cambiar el sistema de reparto de puntos para que puntuase hasta el Tato, como sucede ahora. Y se aplaudió la posibilidad de modificarlo de raíz para que tuvieran cabida las jloriosas medallas, y la de Grandes Premios con puntuación doble o el nuevo escenario para la clasificación utilizado en lo inicios de 2016. Por supuesto, la gran bienvenida a la etapa híbrida se dio en Gran Bretaña, eso sí, edulcorándola mediante la mención constante a los turbo y el efecto suelo...

No es un viaje demasiado costoso éste que os propongo. Gracias a que la estabilidad de contenidos en internet es infinitamente mejor que hace unos años, es posible encontrar prácticamente todo esto que os he contado y, desde luego, justificaciones a las trampillas de Red Bull o Mercedes AMG, amén de las loas y cánticos a unos nuevos héroes que por no servir, no han servido para evitar que nuestro deporte se haya estado yendo a la mierda casi sin darnos cuenta, incluso con Halo y restricciones por el bien de la estabilidad económica de los equipos pequeños.

Al plumilla inglés le gusta el pasado más que el presente porque recurriendo a él evita meterse en charcos. En cuanto a la actualidad le gusta lo predecible, mantener siempre la sartén por el mango, y esto era lo que daba Bernie a la prensa británica: seguridad. Y cuando el poder del viejo patrón se resquebrajaba, los british no vieron llegar que Rosberg se largaba o que Fernando no iba de broma con lo de asaltar La Triple Corona. Y así, la silly season se nos ha prolongado hasta la cena y hoy casi todos son bulos y frases compuestas en condicional porque ellos también tienen necesidad de llegar a final de mes.

Lo hemos hablado. Si hoy es posible encontrar referenciadas noticias surgidas en nuestro estercolero patrio, no es por otra razón que porque a ellos les tiembla la tablazón del escenario y hay que seguir viviendo.

No me extiendo, que bastante lo he hecho. La ausencia de periodismo crítico y el exceso de conformismo, condescendencia o miedo, es lo que nos ha traído hasta aquí. Y así es normal que se analice con recelo cualquier iniciativa de Liberty y se dé más voz a los equipos o al proveedor de gomas.

Dónde va a parar poder seguir hablando de lo injusto que resulta que Ferrari defiend su bonus o que Alonso esté haciendo chantaje a McLaren, pobrecita mía, en vez de intentar aclarar por qué resultaba tan sencillo el cambio de Renault a Honda como suministrador de unidades de potencia a Toro Rosso, o por qué a herr doktor Marko le faltaba tiempo para atizar a la gala, hasta quien dice anteayer, y ahora resulte comprensible (sic) que Red Bull se la esté cogiendo con papel de fumar a la hora de elegir motor para 2019.

No es por nada, pero como diría don Miguel Gila: da la sensación de que alguien está jodiendo a otro alguien mientras el avezado periodista mira para otra parte.

Os leo.

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