Curiosidades

Nací el 18 de agosto de un ya lejano 1959, en la vizcaína Portugalete, y todos los 18 de agosto celebro mi cumpleaños, como no podía ser menos, pero en los libros del juzgado de la Noble Villa jamás encontraréis mi nombre relacionado con esa fecha... Mi padre se equivocó y me inscribió como nacido el 17.

Mi cuñado Jacinto nació a día tal que un 31 de diciembre de no sé qué año, la verdad, pero sus padres, previsores ellos, pensando en regalarle a su crío unos meses extra cuando fuese llamado a hacer la mili, lo apuntaron como nacido en la siguiente jornada, 1 de enero, y ésa es la fecha oficial que celebramos cuando estamos reunidos. Por tener, como en el chascarrillo, además de un amigo negro y muchos amigos homosexuales y lesbianas —no va de broma, no—, tengo también uno heterosexual, felizmente casado y con hijos, que nació en año bisiesto, un 29 de febrero de 1960, vamos, y Ramón cumple años con la misma regularidad que yo, sin depender de las frivolidades del calendario...

Traigo a colación todo este cúmulo de anécdotas porque con el asunto de que Fernando celebra sus 300 Grandes Premios sobran precisamente las curiosidades y falta toque de suelo.

Y es que la realidad es la que es, no la que yo quiero que sea, como me recriminaba un contribuyente a los comentarios en una entrada cercana en el tiempo [Canadá]. Y la realidad es que Rubens Barrichello celebraba sus 257 Grandes Premios en Turquía 2008, y sus 300 al cabo de 43 carreras, en Bélgica 2010.

También fue realidad que Michael Schumacher celebrase sus 20 años en competición en el Spa-Francorchamps de 2011, a pesar de las controversias que originó la efeméride. Y por supuesto, también lo fue que Fernando Alonso disfrutara del agasajo que le dispensó la tropa de la parrilla por sus 250 carreras en Rusia 2015...

La realidad tiene poco que ver, o nada, con las anotaciones a pie de página o al margen. Obviamente hay cabida para otro tipo de lecturas, que no dejarán nunca de ser acotaciones, anécdotas o curiosidades, que enriquecen el hecho porque lo nutren de contenido.

Así las cosas, que sólo le sean reconocidos 258 Grandes Premios al de Oviedo cuando él y los suyos celebran 300, nos debería animar a los aficionados a explorar qué pasó para que falten dos carreras para que las cifras encajen, o a qué se ha debido el olvido o la sustantivación, pero jamás para que nos tiremos los trastos a la cabeza negando con estadísticas y datos de juzgado lo que se hace evidente ante nuestros ojos.

No podemos ni debemos rehuír la realidad. Hay tanta gente involucrada en este tipo de celebraciones que parece bastante absurdo negarlas porque tal o cual línea estadística afirme lo contrario. Ni siquiera contando con el placem del Abuelo Cebolleta que no sale de Wikipedia ni así lo maten, pero dice que vio a Pedro Picapiedra y Pablo Mármol circular sobre la pista del rocódromo de Piedradura. 

Cabe acotar estos festejos, explicarlos, enriquecerlos, sí, pero negarlos no; fundamentalmente porque están ahí y han dejado rastro fotográfico y escrito, y maquetas conmemorativas, y mercadotecnia. Y si en Sochi 2015 Alonso celebraba sus 250 Grandes Premios y McLaren encargaba un vídeo conmemorativo a Lobato y su gente, 50 carreras después supone un fijo en la quiniela que el Nano acumula 300 carreras en Fórmula 1 aunque como curiosidad la ortodoxia sólo le reconozca 258, siempre como curiosidad.

Y eso, que os leo.