Corrían los luminosos años setenta del siglo pasado y la herencia del Mayo del 68 francés parecía disfrutar de una excelentísima salud tanto en Francia como en lo más occidental y moderno de la vieja Europa. La mujer era protagonista indiscutible de la ola de inconformismo y ruptura de cadenas...
Su presencia en la universidad, en la cultura y el pensamiento, en la industria o en la política, la libertad sexual, la minifalda, el bikini, el feminismo, suponían incipientes conquistas, sus conquistas, pero también eran exponentes de un mundo que, por desgracia, hoy no reconoce ni la madre que lo parió. Y a esa época nos vamos a ir esta noche, concretamente a los años 1976 y 1977, para echar el ratito hablando sobre el equipo Team Esso Aseptogyl en Le Mans.
¿El invento suena a medicamento? Pues sí, suena a eso porque era un dentífrico, y que no nos extrañe tanto, la marca de preservativos Durex patrocinaba por las mismas fechas al equipo Surtees en Fórmula 1 y nadie se rasgaba las vestiduras.
Pero a lo que vamos, el dentista Robert Neyret (Bob para los amigos) había sido piloto de rallies y todavía mantenía el prurito cuando tuvo la iniciativa de montar un equipo compuesto exclusivamente por mujeres al que llamaría Écurie Aseptogyl, como su marca de pasta de dientes.
La idea se materializó en 1971 con el apoyo de Alpine y gozó de más éxito mediático que deportivo, entre otras cosas porque Neyret nunca ocultó de qué iba su historia, y debido, también, a que inmediatamente surgieron voces moñas que alertaron sobre la posibilidad de que a las componentes del equipo se las eligiera por sus formas o belleza antes que por su calidad al volante, algo que molestó en determinados ambientes automovilísticos porque antes, como ahora, se daba por fehaciente y seguro que a los mozalbetes se les escogía como conductores sólo por sus incuestionables facultades para la conducción deportiva, ¡hombre ya!
El caso es que Neyret no ocultaba sus intenciones pero tampoco se le puede negar un arrojo y una tenacidad fuera de dudas. Usaba a las chicas para promocionar su producto, y si la cosa hubiera durado uno o dos años incluso se le podrían recriminar sus actos, pero el tío tenía claro que ellas necesitaban un escaparate desde donde mostrar sus dotes como pilotos y él se empeño en ofrecérselo a lo largo de más de un lustro.
Pasando por alto que lo que hacía el bueno de nuestro dentista no es muy diferente a lo que han hecho siempre los equipos y patrocinadores con sus chiquillos: explotarlos con fines publicitarios y comerciales, Bob entendió que el siguiente paso eran las 24 Horas de Le Mans, y aprovechando que se habían recibido en la sede del equipo dos unidades de Lancia Stratos, encontró el compadreo de Esso —ya colaboraba en rallies y había participado en La Sarthe, en 1975, con un equipo femenino, precisamente—, y dispuso que uno de ellos se preparase para disputar la mítica prueba de La Sarthe, inscribiendo en la edición de 1976 a Lella Lombardi y Christine Dacremont en la categoría GTP (Grand Tourisme Prototype).
Ambas terminaron en la vigésima posición, a 84 vueltas del Porsche vencedor de Jacky Ickx y Gus van Lennep.
El Stratos de batalla más larga que el convencional, propulsado por un motor Ferrari Dino 2.4L Turbo V6, se comportó francamente bien, y Neyret decidió que en 1977 se podía intentar de nuevo. Dicho y hecho. La pareja elegida para el evento fueron Marianne Hoepfner y otra vez Christine Dacremont —dejo a vuestra imaginación señalar a cuál de las dos se relacionaba sentimentalmente con el dentista—, pero problemas mecánicos las impidieron superar la vuelta 17.
En lo nuestro hay historias bonitas, entrañables, y luego están éstas que os estoy contando. Hay suficiente información en este texto como para que tiréis de cualquier hilo y encontréis un tesoro. Neyret y sus chicas, o mejor dicho: una aventura femenina en Le Mans, que merece la pena porque sus protagonistas la hicieron creíble.
El Stratos de batalla más larga que el convencional, propulsado por un motor Ferrari Dino 2.4L Turbo V6, se comportó francamente bien, y Neyret decidió que en 1977 se podía intentar de nuevo. Dicho y hecho. La pareja elegida para el evento fueron Marianne Hoepfner y otra vez Christine Dacremont —dejo a vuestra imaginación señalar a cuál de las dos se relacionaba sentimentalmente con el dentista—, pero problemas mecánicos las impidieron superar la vuelta 17.
En lo nuestro hay historias bonitas, entrañables, y luego están éstas que os estoy contando. Hay suficiente información en este texto como para que tiréis de cualquier hilo y encontréis un tesoro. Neyret y sus chicas, o mejor dicho: una aventura femenina en Le Mans, que merece la pena porque sus protagonistas la hicieron creíble.
Os leo.
Bob Neyret, además de pasar a la historia por este "equipo de jamonas" o de discriminación positiva, solo si eran monas, pasó a la historia por sus espectaculares protos de rallyes sobre base Citroën DS, alguno de los cuales prefiguró el SM.
ResponderEliminarEsta aventura estaba bendecida por Lancia, marca que precisamente en estos días ha sido "desaparecida" de FCA por el inefable D. Sergio. La semana pasada cesó la producción del Ypsilon en Italia. Si hay un Dios del automovilismo espero que le haga purgar sus pecados no tardando, porque pocas marcas había con palmarés en disciplinas tan diversas como la F1, rallyes o Resistencia.
Por cierto, no sé por qué pero me he acordado de la Jordá con esta entrada.
Salu2!