La mayor velocidad estimada conseguida en el circuito de La Sarthe se obtuvo cuando la recta de Les Hunaudieres estaba trazada casi con regla y tiralíneas y Mulsanne ya era Mulsanne, no como hoy, cuando existen en la primera dos chicanes que impiden cualquier milagro.
Quedaros con esta cifra: 407,16 kilómetros por hora, que podrían ser 403 o 405 en números redondos, que ya decía al comienzo que la de Wikipedia es estimada. Estimada locura, estimado rayo, estimado Roger, ¿en qué coño estabas pensando...?
En todo caso, ir a más de 400 kilómetros por hora en carrera supone circular a casi al doble de velocidad que necesita un Boeing 747 para despegar, o superar con creces lo conseguido por el Mistery de Henry Segrave cuando fue el primer vehículo que rompía las 200 millas por hora en Daytona Beach. Uno de esos hechos, en definitiva, que carecen de sentido hasta que los comparamos con lo logrado por Juancho Montoya en Monza 2005, por ejemplo. A 372,6 lo clavó el colombiano, el tío más rápido que ha visto la F1.
Roger Dorchy jugaba con cierta ventaja en 1988. No tenía conciencia del hito que estaba grabando a fuego en los anales del automovilismo. Les Hunaudieres era otra recta y su Peugeot P88 no tenía otra cosa que hacer que ir lo más rápido posible donde la pista le era más afín. Le pidieron que apretara y apretó. Así las cosas, llegó a Mulsanne straight como alma que lleva el diablo y antes de comenzar a frenar para abordar una de las curvas más cabronas que existen, lo hizo. Sin saberlo, sin tener conciencia de lo que había alcanzado, pero lo hizo, que a fin y a cuentas es lo que queda.
El P88 dorsal número 51 no terminó la carrera, pero a quién le importa eso... Quedaros con la cifra: 407,16 kilómetros por hora, que se estimó con la boca chica que fueron 405 porque en 1988 también había que promocionar un coche de calle.
Os leo.
Roger Dorchy jugaba con cierta ventaja en 1988. No tenía conciencia del hito que estaba grabando a fuego en los anales del automovilismo. Les Hunaudieres era otra recta y su Peugeot P88 no tenía otra cosa que hacer que ir lo más rápido posible donde la pista le era más afín. Le pidieron que apretara y apretó. Así las cosas, llegó a Mulsanne straight como alma que lleva el diablo y antes de comenzar a frenar para abordar una de las curvas más cabronas que existen, lo hizo. Sin saberlo, sin tener conciencia de lo que había alcanzado, pero lo hizo, que a fin y a cuentas es lo que queda.
El P88 dorsal número 51 no terminó la carrera, pero a quién le importa eso... Quedaros con la cifra: 407,16 kilómetros por hora, que se estimó con la boca chica que fueron 405 porque en 1988 también había que promocionar un coche de calle.
Os leo.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
ResponderEliminarQué entrada!
Recuerdo haber leído la noticia en su momento, gracias por traerla de nuevo a mi memoria.;)
Se me hace un nudo en la garganta con solo pensar en lo que debe ser andar a semejante velocidad. Cojones de acero los que tenía el señor Dorchy.
ResponderEliminarSaludos,