Echando la vista atrás, contando éste llevamos cuatro años en que revivimos una y otra vez la tragedia griega titulada «El último año de Fernando en la Fórmula 1...»
Estoy tan preparado para que suceda, para se vaya mañana mismo, que le tengo preparado un buen rioja y un menú ya lo hablamos sobre la marcha, para que se pase por Gorliz y no pierda ni un instante mirando hacia atrás porque a su edad lo importante siempre queda delante. En todo caso, que es a lo que vamos, entiendo que todavía habré de guardar la bendita botella y hacerme (más aún) mago de los fogones. También tendré que dejar Nürbu y mimetizarme con la niebla del monte Ermua cuando el noroeste amenace con golpear cabrón...
No, no compro que el Nano se vaya al finalizar 2018.
Hay demasiadas señales que dicen que está apretando para que en 2019 haya coche sobre el que montarse y dejar de seguir haciendo lo que las tres últimas campañas y lo que llevamos de esta temporada.
Si algo he aprendido de él, es que es metódico como un cronómetro suizo. Dejó Renault avisando en 2005, pero ganó el título de Pilotos en 2006 y ayudó a la gala a calzarse el de Constructores. Abandonó McLaren a final de 2007 sabiendo dónde iba y las penas del purgatorio que iba a pasar al lado de Flavio. Si le pidió a Montezemolo en 2014 que le librara de las pocas responsabilidades que le quedaban en la rossa, fue, seguramente, porque ya intuía que allí no iba a quedar ni el Tato y, desde luego, porque tenía sueños que cultivar lejos de Maranello...
¿La Indy...? Es pronto. El supercampeonato WEC dura hasta agosto del año que viene y me juego el brazo con que dibujo a que Fernando no se enfoca en la disciplina norteamericana antes de haber saldado sus cuentas con la Fórmula 1 y volver allí más grande de como salió en mayo de 2017.
Tres coronas mundiales F1 suenan bien para un coloso de su tamaño. Un título WEC con dos Le Mans aún suena mejor. El asalto a un Triple Corona como no imaginó Graham Hill ni en sus sueños más húmedos, sería el summum...
Los proyectos no se levantan en un par de horas. Hay que poner los cimientos, dejar secar el hormigón armado, y luego, de la planta baja hacia el tejado, nunca al revés.
Si Martin Brundle fuese un buen periodista habría dejado sus estimaciones de Mónaco al respecto del asturiano para otro momento. Tendrían más valor en Spa, un suponer, si por un casual Fernando besa podio. Entonces, su crónica podría empezar así: «Call me Ishmael... Cuando entrevisté a Alonso después de Montecarlo me atenazó la impresión de que podía abandonar nuestro deporte al final de esta temporada, pero habiendo hablado con él hace una hora escasa tengo la sensación contraria...»
No, no compro que el Nano se vaya al finalizar 2018.
Hay demasiadas señales que dicen que está apretando para que en 2019 haya coche sobre el que montarse y dejar de seguir haciendo lo que las tres últimas campañas y lo que llevamos de esta temporada.
Si algo he aprendido de él, es que es metódico como un cronómetro suizo. Dejó Renault avisando en 2005, pero ganó el título de Pilotos en 2006 y ayudó a la gala a calzarse el de Constructores. Abandonó McLaren a final de 2007 sabiendo dónde iba y las penas del purgatorio que iba a pasar al lado de Flavio. Si le pidió a Montezemolo en 2014 que le librara de las pocas responsabilidades que le quedaban en la rossa, fue, seguramente, porque ya intuía que allí no iba a quedar ni el Tato y, desde luego, porque tenía sueños que cultivar lejos de Maranello...
¿La Indy...? Es pronto. El supercampeonato WEC dura hasta agosto del año que viene y me juego el brazo con que dibujo a que Fernando no se enfoca en la disciplina norteamericana antes de haber saldado sus cuentas con la Fórmula 1 y volver allí más grande de como salió en mayo de 2017.
Tres coronas mundiales F1 suenan bien para un coloso de su tamaño. Un título WEC con dos Le Mans aún suena mejor. El asalto a un Triple Corona como no imaginó Graham Hill ni en sus sueños más húmedos, sería el summum...
Los proyectos no se levantan en un par de horas. Hay que poner los cimientos, dejar secar el hormigón armado, y luego, de la planta baja hacia el tejado, nunca al revés.
Si Martin Brundle fuese un buen periodista habría dejado sus estimaciones de Mónaco al respecto del asturiano para otro momento. Tendrían más valor en Spa, un suponer, si por un casual Fernando besa podio. Entonces, su crónica podría empezar así: «Call me Ishmael... Cuando entrevisté a Alonso después de Montecarlo me atenazó la impresión de que podía abandonar nuestro deporte al final de esta temporada, pero habiendo hablado con él hace una hora escasa tengo la sensación contraria...»
Somos lo que comemos, lo que respiramos, lo que oímos o leemos. Tenemos una prisa que nos supera, pero Fernando está en la flor de la vida y tiene correa suficiente como para sorprendernos embarcándose en el Dakar dentro de tres o cuatro años. Él es uno de esos tipos únicos que no se ven todos los días, que sorprenden siempre, incluso en la derrota. Sólo hace falta elevarse un poco para ver que mi botella de rioja seguirá haciéndose un poco más vieja, y su caldo un poco mejor, cuando definitivamente toque descorcharla.
A las noventa y cinco, os leo.
Ojalá y sea así José aunque ya me hago la idea de ir a velo correr aquí en la Gringolandia.
ResponderEliminarCuando leí a Brundle sentí lo mismo que he sentido desde que ví al bocafloja de Herbert en aquel GP de Australia retirando a Fernando después del choque con Gutierrez... Los ingleses quieren retirarlo y Fernando conoce el juego, incluso mejor que ellos. Es perspicaz el asturiano y no tiene gana de irse por la puerta de atrás, por mucho que esta sea el WEC.
ResponderEliminarHará sinergia con Mclaren, orbitando entre F1 y otras disciplinas en las que quieran aventurarse.
ResponderEliminarPor fin un equipo le da el lugar que se ha ganado. Falta coche aún, pero a ver si el cambio de normativa en unos años iguala las cosas.
Puede tranquilamente ir y venir entre categorías. Porque quién se lo va a impedir?
Y José, sería un feo muy grande que te retirases antes que él... Es o no es ésto un tercio de caballería?
Aun compartiendo muchas de vuestras reflexiones, y conociendo el orgullo de Fernando, yo no veo clara su continuidad, aunque me pese y me vaya a sentir huérfano el día que no esté. No creo que el próximo curso Mclaren vaya a poder luchar por victorias o campeonatos, todavía está lejos, muy lejos de las 3 grandes. La victoria de Mónaco por un motor Renault asmático, en un chasis de Red Bull ha sido la confirmación de que la Papaya está lejos por motor, pero también por chasis.
ResponderEliminarQuizás en 2021 con una nueva reglamentación McLaren pueda tomar la delantera, pero ahora son demasiados años a remolque. Sigo insistiendo en lo que dije en una entrada anterior. Fernando es un activo para McLaren, pero no solo para el equipo de F1, sino para la compañía entendida de forma global, y Brown no deja de hacer declaraciones con las que declara su amor a Fernando; que si nos interesa el WEC, que si un equipo permanente en Indy,... Estos movimientos sólo parecen confirmar que lo quieren cerca, tanto como para ofrecerle un coche competitivo con el que pueda ganar en otros campeonatos, mientras esperan a la nueva reglamentación para tener un F1 ganador que ofrecerle para que su retiro sí sea glorioso.
Lo podremos confirmar si el próximo pepinaco de calle de los de Woking fuese un Alonso Edition.
Salu2!
El marketing tiene ese nosequé. Hemos presenciado durante décadas, ocasiones en las que se ha "jubilado" un gran piloto (Prost dos veces, Michael dos veces), aún muy competitivo, y el mismo año se han quedado en la F1 pilotos al menos mediocres, posiblemente hasta malos.
ResponderEliminarEn el medio hay muchos factores: Seguramente Fernando es mas caro que otro piloto de la montonera, o pone condiciones al contrato que los equipos no siempre están dispuestos a cumplir.
Yo también creo que se queda, al menos un año más. No está viejo aún, sigue siendo extremadamente competitivo, seguramente hay auspiciantes que están dispuestos a pagar por él. Pero el billar tiene a veces salidas inesperadas: La bola que iba hacia allá se desvió y golpeó a la otra cuando no debía. Podría pasar por ejemplo que McL quiera retenerlo pero no tenga tanto presupuesto (recordemos que perdió mucha pasta con la partida de Honda). Podría pasar que de no renovar con McL Fernando quiera ir a un equipo sólido (Ferrari, Mercedes) y no tengan sitio para él, o le impongan condiciones como ser segundón de su primera figura. Podría pasar que no quiera ir a Williams (u otra) ni siquiera como primera figura.