La aparición del nuevo morro en el MCL33 ha levantado todo tipo de expectativas que, por desgracia, sólo se verán confirmadas o refutadas mañana, durante la clasificación. Lo comentábamos ayer noche [McLaren... Ola k ase?], y quizás convenga seguir insistiendo en que todavía queda mucho trabajo por delante recordando un texto que publicaba a finales de marzo pasado en mi espacio en MotorPoint. No se ganó Zamora en una hora...
Habida cuenta de la extrema complejidad de las unidades de potencia actuales y que McLaren ha cambiado recientemente de proveedor de las mismas, resultaría un poco iluso exigir a la escudería de Woking que además de desterrar los fantasmas del pasado, cuando convivía con Honda, sus primeros pasos con Renault empiecen clasificando en lo más alto.
Habida cuenta de la extrema complejidad de las unidades de potencia actuales y que McLaren ha cambiado recientemente de proveedor de las mismas, resultaría un poco iluso exigir a la escudería de Woking que además de desterrar los fantasmas del pasado, cuando convivía con Honda, sus primeros pasos con Renault empiecen clasificando en lo más alto.
Obviamente podría darse el caso. La Fórmula 1 siempre está abierta a este tipo de carambolas, más si cabe si como anuncian los pronósticos meteorológicos para mañana sábado, la clasificación para el Gran Premio de Australia acaba resultando pasada por agua. En todo caso, no sería lo razonable, que es a lo que vamos.
Y no sería lógico porque debemos tener siempre presente que McLaren comienza en 2018 una nueva etapa y que lo hace prácticamente partiendo de cero.
Los anteriores han sido años duros, muy duros. Incluso olvidando por un momento los tres años con Honda, no podemos dejar de recordar que los problemas gordos para la británica aparecen a finales de la temporada 2012, cuando la fragilidad de los V8 de Mercedes-Benz impide a Lewis Hamilton luchar por el campeonato con Sebastian Vettel y Fernando Alonso.
2013 no fue mejor, y otro tanto sucedió en 2014, última campaña de relación de Woking con el fabricante de Stuttgart aunque ya inmersos ambos en la etapa híbrida…
Todo este rosario de tropiezos e inconvenientes suman la friolera de cinco años de calvario, tiempo durante el cual, a decir de algunos especialistas McLaren ha ido perdiendo poco a poco la mentalidad necesaria para enfrentarse a un Mundial con garantías, como se ha podido apreciar recientemente en Barcelona cuando los mecánicos de la casa cometían errores más propios de párvulos que de integrantes de una escuadra puntera.
No es preocupante, al menos no me lo parece. En el paddock no se puede dar nada por perdido ya que de la misma manera que se enfría la temperatura ganadora se puede volver a calentar, incluso de manera más rápida y fácil a poco que las cosas empiecen a pintar bien en pista y se vaya recuperando la confianza.
Lo que no se puede hacer es pedir peras a un olmo, y en este sentido, dudo mucho que McLaren haya decidido dar en el clavo la primera vez que toma el martillo en la mano.
La temporada ha tenido que ser planificada por los cuadros de Woking contando con que tanto ella como Renault acaban de encontrarse, y que esto no supone precisamente una cuestión menor.
Hay que ajustar todos los parámetros que afectan a un monoplaza de carreras. Partiendo del MCL32 del año pasado, el MCL33 tiene una buena base en cuanto a mecánica, chasis y aerodinámica, pero la unidad de potencia para 2018 es totalmente nueva y arroja suficientes diferencias con respecto a la usada hace unos meses (curvas de rendimiento, entrega de par, etcétera), como para que se haga necesario integrar el factor tiempo en la ecuación antes de pensar, siquiera, que la implementación del propulsor en el vehículo no muestre todavía algunas fisuras.
En este orden de cosas, doy por seguro que McLaren no aspira a enseñar sus credenciales en clasificación porque sencillamente es demasiado pronto para que ocurra.
Tendrán que pasar algunas carreras, acumular cientos de kilómetros y recoger infinidad de datos mientras tanto, antes de que el MCL33 que conducen Stoffel Vandoorne y Fernando Alonso se acerque o colme las previsiones para este año.
Queda mucho trabajo por delante. Si hay suerte podría ser que McLaren nos diese una alegría sin haber llegado al Gran Premio de España, pero como decía al principio, lo razonable es pensar ahora que no está para poles sino para terminar las pruebas puntuando.
Lo que más cabrea es que Alonso no necesitaría ni poles . Con que pudiese salir desde la tercera linea todas las carreras acabaría levantándoles el mundial al del dedo y al otro de los collares .
ResponderEliminarLe leo maestro
Ya se que ésto no va aquí, pero me resulta del todo intolerable como Pirelli, con su elección de neumáticos puede inclinar la balanza del campeonato en un sentido o en otro. Los neumáticos los deberían elegir los equipos. Es como ir a un buffet libre y de entre todos los platos, venga el chef y te diga que solo puedes elegir entre macarrones y puré de calabacín; el chuletón de Ávila está en las bandejas pero solo es para admirar.
ResponderEliminarPues no le ha ido nada mal al chaval, que dirían los de Estopa, oyes. Una P8 a tan solo una décima del Haas de Magnussen está muy bien, sobre todo pensando que luego en carrera el nano suele ir a más. Aunque es una pena que no pudiera mejorar el tiempo de la Q2 con los blandos para salir mañana con ellos.
ResponderEliminarEn fin, si el vikingo pirao no se lo lleva por delante en las tres primeras curvas puede que tenga una buena carrera, a ver...