McLaren y la carrera

Con vuestro permiso vamos a seguir intentando hablar de Fórmula 1 en vez de tratar de ganar adeptos revolviendo la porquería en cuanto a declaraciones, respuestas y controversias artificiales —y calidad de la afición, que no falte—, en lo que viene siendo una actitud promovida, le pese a quien le pese, por una visión bastante pueril y futbolera de nuestro deporte que haría palidecer de envidia a Pedrerol, Roncero y compañía.

Así que vamos al lío porque McLaren tiene un problema que es de sobra conocido: acaba de empezar con Renault y a ésta todavía le faltan algunas cosillas para estar al 100%, y ello nos pone en que la británica tampoco lo está por mucho que nos empeñemos en que esté. Es de perogrullo, lo he dicho bastantes veces y seguramente me tocará repetirlo en breve, pero asimilamos este sencillo concepto o lo vamos a pasar francamente mal hasta el verano.

Así las cosas, puesto que Woking no puede optar (de momento) a consagrarse en cada Gran Premio, tiene la obligación de elegir si pone los huevos en la cesta de los sábados o lo hace en la de los domingos, y lo lógico y razonable es que sacrifique la clasificación en favor del comportamiento en carrera, de forma que este enfoque será el que más pistas nos dé sobre las evoluciones de los MCL33 durante el fin de semana.

Dicho esto, la de Boullier no anda ahora mismo ni buscando la mayor velocidad punta ni las prestaciones puras [Mclaren no está para poles], ni siquiera medirse con Mercedes AMG, Ferrari o Red Bull; busca pulir el conjunto, encontrar la consistencia tanto en recta como en terreno virado, consumos razonables y adaptarse lo mejor que pueda al comportamiento de las gomas sobre el asfalto de Shanghai. Está preparando la prueba de pasado mañana, y con lo conseguido durante las tres sesiones de entrenamientos, o lo no encontrado, con los datos recogidos a lo largo de los kilómetros recorridos y viendo dónde están situados los rivales inmediatos, planificará la clasificación y la mejor estrategia para el Gran Premio.

Comprendo perfectamente que no sea el mejor escenario, pero es lo que hay en este instante. Bahrein y China van demasiado juntas en el calendario como para pensar en pócimas mágicas. Se intentarán corregir los problemas de hace unos días y dar algún pasito más adelante, porque repito: la carrera es lo importante ahora para Woking, y a la postre, lo que la permite salvar los fines de semana. 

Si continúa puntuando será un completo éxito, y desde luego, tanto mayor si lo hace más arriba que en Melbourne o en Sakhir. Yo me doy con un canto en los dientes, ya aviso. Pero ya si eso, aparcamos las euforias y valoramos qué tal ha ido el conjunto y las previsiones este próximo lunes.

Os leo.