domingo, 25 de febrero de 2018

The long tomorrow


Mañana empiezan los primeros entrenamientos de pretemporada y las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas: va a hacer frío en Montmeló con posibilidades de que la lluvia haga acto de presencia...

En sentido estricto estas circunstancias no suponen demasiado problema salvo que retrasarán las conclusiones. La primera semana de las dos previstas, suele estar enfocada a comprobar que están acertados todos los parámetros utilizados en fábrica para el diseño del coche (correlación), y si es cierto que con el transcurso de las temporadas se ha afinado mucho en la valoración de las estimaciones y en el uso de datos, no deja de serlo, también, que conviene sondear hasta qué punto se pisa terreno firme, no vaya a ser que un error, por pequeño que sea, dé al traste con todo el trabajo realizado.

Independientemente de que hacer kilómetros supone la prioridad, la complejidad de las modernas unidades de potencia origina que estas primeras jornadas sean bastante más aburridas que las que componen la segunda semana de pruebas, espacio donde se meterá mano a la aerodinámica intentando por todos los medios que el monoplaza ruede con normalidad en tantas cortas y largas, con depósito lleno o con gasolina para un Zippo, a alta velocidad o en velocidad de crucero, etcétera...

Pero también hay que comprender las nuevas gomas Pirelli y ver si se adaptan a los rangos de funcionamiento previstos, y aquí el mal tiempo sí que puede lastrar con más fuerza la recogida de datos y, por supuesto, la desenvoltura de los coches en pista.

Estamos todavía en invierno y la diferencia de temperatura con respecto a las pistas del calendario va a resultar abultada. Las gomas para seco funcionan correctamente entre los 80 grados centígrados y los 105, y a pesar de las alfombrillas térmicas, una vez el vehículo haya salido de garajes, un asfalto excesivamente frío va a comprometer sus prestaciones y por ende, a limitar las del monoplaza que las lleva.

Imagino que durante esta primera semana no se va a notar demasiado por lo que ya he comentado antes. Toca fase de instalación y poner a tono las unidades de potencia y las partes mecánicas, pero como el mal tiempo persista, la aerodinámica sí se va a ver afectada porque para valorarla correctamente es necesario que todas las piezas del puzzle encajen y desde que tenemos proveedor único de ruedas, los compuestos son casi tan importantes como un turbo en buen estado.

Toca esperar cruzando los dedos. Pondremos velas a la Moreneta, pero es totalmente necesario que el sol brille definitivamente en Montmeló.

Os leo.

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