Bastaría elevarse un poco sobre la servidumbre diaria para comprender que la vida no es tan mala ni tan buena como la pintan, y que a la postre, hay sitio para todos.
Mis amigos mexicanos recién acaban de descubrir que la vieja Europa se ha vuelto racista de la noche a la mañana porque no sé qué magazine no ha sabido reconocer las virtudes de Checo Pérez durante 2017... Les falta afinar un pasito más y gritar que en lo que a motorsport se refiere, el viejo continente sigue siendo el mismo lacayo de siempre: un ente absolutamente servil al ideario anglosajón. Ahí sí. En este punto preciso cogería mi Winchester de bolitas y me sumaría a la revolución sin pensármelo dos veces.
Me dejo de bromas, que me conozco. Con lo sencillo que resultaría que los británicos obraran como los franceses y se hicieran con todo lo que pillan en el camino a base de pasaportes honoríficos y premios, los hijos de la Pérfida Albión siempre han preferido sustantivar artificialmente sus propias miserias en vez de buscar atajos políticamente correctos allende sus fronteras.
No sé, se me ocurre que siempre habría vestido mejor un Juancho Montoya recibiendo la Orden del Imperio Británico de manos de la Queen Isabel II por sus servicios a la benemérita McLaren, que el tío fofo, gordo y descuidado que nos retrataron los medios del régimen tras la salida del colombiano de Woking —quien dice Juan Pablo dice cualquiera de los parias que sirven o han servido de telón de fondo a las hazañas alemanas o inglesas que son del gusto de los isleños, tan dados ellos a mirarse el puto ombligo.
Ni siquiera Nico Rosberg pudo superar el corte, y eso que es alemán.
Para los british sólo hay Fórmula 1 si ésta atiende a las necesidades british. El resto sobra, literalmente, y molesta lo que no está escrito si viene del sur de Europa o de Sudamérica.
Pastor Maldonado, por ejemplo, sería un dios incomprendido si hubiese nacido en Nottingham en vez de en Maracay. Esteban Gutiérrez, de no ser mexicano, sería un tipo al que su equipo lo puteó vilmente. Bruno Senna o Rubens Barrichello, serían dos fenómenos que no fueron explotados adecuadamente y seguramente formarían parte del elenco de Sky Sports...
La vieja Europa no es otra cosa que el reflejo de lo que las biblias de nuestro deporte presuponen que debe ser lo normal. Checo no entra en el canon 2017 como en 2007 Fernando interpretaba el malo de la película. ¡No más, guey!
Y en esto que surge un talento natural como Lewis y la mayoría de nosotros nos llevamos las manos a las cachas de la pistola. ¿Le adoramos, le odiamos...? Hamilton, en palabras de Adrian Newey, ha ganado en 2017 el Mundial más duro de los que ha competido, y eso que Vettel se lo ha brindado en bandeja... Bueno, en realidad hay mucha más gente que piensa parecido y otro que lo hacen distinto, aunque la opinión mayoritaria de los especialistas anglosajones haya sido total y manifiestamente contraria, llegando incluso a elevar al de Tewin a categoría de leyenda como si hubiese ganado la Guerra de Troya.
No es cuestión de ponernos a discutir, pero ya lo dejó dicho Ayrton Senna: Todos los años hay un Campeón, pero no siempre hay un Gran Campeón. Y a lo peor es eso, que no nos entra en la cabeza que si los que viven la Fórmula 1 desde dentro muchas veces no se ponen de acuerdo, nosotros también tenemos perfecto derecho a no adoptar una opinión mayoritaria que excluya a las demás.
Es evidente que la prensa británica no sabe hacer otra cosa y en este sentido, tal vez los bobos seamos nosotros por no buscar otros manatiales donde abrevar o por no saber aceptar que su visión no va a misa. Checo no es el problema. Jolyon tampoco. El problema está en quien los evalúa y en quienes después hacen caso del veredicto a pie juntillas. Pero esto es así ahora y en 2007, no sé si nos entendemos.
Os leo
Me dejo de bromas, que me conozco. Con lo sencillo que resultaría que los británicos obraran como los franceses y se hicieran con todo lo que pillan en el camino a base de pasaportes honoríficos y premios, los hijos de la Pérfida Albión siempre han preferido sustantivar artificialmente sus propias miserias en vez de buscar atajos políticamente correctos allende sus fronteras.
No sé, se me ocurre que siempre habría vestido mejor un Juancho Montoya recibiendo la Orden del Imperio Británico de manos de la Queen Isabel II por sus servicios a la benemérita McLaren, que el tío fofo, gordo y descuidado que nos retrataron los medios del régimen tras la salida del colombiano de Woking —quien dice Juan Pablo dice cualquiera de los parias que sirven o han servido de telón de fondo a las hazañas alemanas o inglesas que son del gusto de los isleños, tan dados ellos a mirarse el puto ombligo.
Ni siquiera Nico Rosberg pudo superar el corte, y eso que es alemán.
Para los british sólo hay Fórmula 1 si ésta atiende a las necesidades british. El resto sobra, literalmente, y molesta lo que no está escrito si viene del sur de Europa o de Sudamérica.
Pastor Maldonado, por ejemplo, sería un dios incomprendido si hubiese nacido en Nottingham en vez de en Maracay. Esteban Gutiérrez, de no ser mexicano, sería un tipo al que su equipo lo puteó vilmente. Bruno Senna o Rubens Barrichello, serían dos fenómenos que no fueron explotados adecuadamente y seguramente formarían parte del elenco de Sky Sports...
La vieja Europa no es otra cosa que el reflejo de lo que las biblias de nuestro deporte presuponen que debe ser lo normal. Checo no entra en el canon 2017 como en 2007 Fernando interpretaba el malo de la película. ¡No más, guey!
Y en esto que surge un talento natural como Lewis y la mayoría de nosotros nos llevamos las manos a las cachas de la pistola. ¿Le adoramos, le odiamos...? Hamilton, en palabras de Adrian Newey, ha ganado en 2017 el Mundial más duro de los que ha competido, y eso que Vettel se lo ha brindado en bandeja... Bueno, en realidad hay mucha más gente que piensa parecido y otro que lo hacen distinto, aunque la opinión mayoritaria de los especialistas anglosajones haya sido total y manifiestamente contraria, llegando incluso a elevar al de Tewin a categoría de leyenda como si hubiese ganado la Guerra de Troya.
No es cuestión de ponernos a discutir, pero ya lo dejó dicho Ayrton Senna: Todos los años hay un Campeón, pero no siempre hay un Gran Campeón. Y a lo peor es eso, que no nos entra en la cabeza que si los que viven la Fórmula 1 desde dentro muchas veces no se ponen de acuerdo, nosotros también tenemos perfecto derecho a no adoptar una opinión mayoritaria que excluya a las demás.
Es evidente que la prensa británica no sabe hacer otra cosa y en este sentido, tal vez los bobos seamos nosotros por no buscar otros manatiales donde abrevar o por no saber aceptar que su visión no va a misa. Checo no es el problema. Jolyon tampoco. El problema está en quien los evalúa y en quienes después hacen caso del veredicto a pie juntillas. Pero esto es así ahora y en 2007, no sé si nos entendemos.
Os leo
Totalmente de acuerdo con tus palabras, me encanta leerte.
ResponderEliminarSaludos desde Caracas.
Yerline Herrera.
La cuestión es: ¿por qué algo tan evidente sólo podemos leerlo en sitios como este?
ResponderEliminarSaludos y Feliz Navidad, Josetxu!