Quiero ser el primero en felicitar a los que han olvidado recordar el tristemente célebre crashgate ahora que no acercamos al Gran Premio de Singapur. El foco de la Fórmula 1 está puesto actualmente en eso que ocurre ahora sí y ahora no en el seno de Woking y, la verdad, la cosa estaba bastante fácil, pero así y todo se agradece.
Ayer caí en la cuenta. Conocíamos que Pat Symonds ha sido llamado por Ross Brawn a formar parte del equipo que definirá las líneas maestras de nuestro deporte a partir de 2021, y no leí ningún recordatorio de que fue encausado y condenado junto a Flavio Briatore por aquel feo asunto, aunque a la postre, la justicia civil acabó dándoles la razón: el juicio FIA fue una pantomima, una caza de brujas al estilo Max Mosley.
La sentencia favorable no quita que los hechos ocurrieran realmente. El propio Pat, en un gesto que le honra, admitió que consideraron la ocurrencia de Piquet Junior porque Renault las estaba pasando canutas y el equipo precisaba de un empujoncito. Sin embargo, lo curioso del caso es que Alonso ni fue encausado ni acusado, ni por supuesto recibió sanción alguna, pero ha corrido con los gastos desde 2009 hasta la fecha como si fuese un pérfido matabuelas, y no hay artículo sobre su figura que no mencione el dichoso tópico.
Este matiz es chocante de narices. Con Flavio sucede tres cuartos de lo mismo, de forma que podemos concluir que de los protagonistas: un brasileño, un italiano y un británico, sólo a este último se le ha perdonado lo que ocurrió, y para colmo, a un español que pasaba por allí le ha tocado hacer de protagonista sin serlo, porque, repito: la FIA sólo llamó a Fernando para que declarara como testigo...
Si estáis percibiendo cierto tufillo nauseabundo ya os aviso que efectivamente lo hay. Aquella carrera debía haber sido tachada del calendario por simple salud deportiva. Nos han repetido hasta la saciedad que el crashgate ha sido una de las cosas más sucias que ha visto nuestro deporte, así que razón de más para que se quitase de en medio, aunque aquello significase que un brasileño se acabaría coronando Campeón del Mundo y un británico repetiría subcampeonato.
Mi Felipe habría triunfado en su salsa, es decir, en una temporada para el olvido que si sigue significando algo en el acervo aficionado se debe a que casi es sinónimo de corrupción de la buena. Lewis habría quedado segundo, a 5 puntos del de La Scuderia, pero a cambio habríamos salvado el sacrosanto Fair Play, total, en 2009 un motor Mercedes-Benz sobre un coche inglés con piloto de las islas, estaba a punto de cerrar la herida abierta por las meridionales Ferrari y Renault durante la década inicial de este siglo, eso sí, con apoyo explícito del bueno del Presidente de la FIA, londinense él, of course!
Se acepta que la Fórmula 1 es quintaesencialmente británica, y mirando estos sucesos que estoy relatando desde la sana perspectiva que da el paso del tiempo, a fe mía que no queda otra que plegarse a las evidencias, agradeciendo, de paso, que Nelsinho no se inmolara de mentirijillas en balde, sino para mostrarnos en Singapur 2008 lo sucias que andaban las enaguas de la competición entonces y lo poco que hemos cambiado.
Ayer caí en la cuenta. Conocíamos que Pat Symonds ha sido llamado por Ross Brawn a formar parte del equipo que definirá las líneas maestras de nuestro deporte a partir de 2021, y no leí ningún recordatorio de que fue encausado y condenado junto a Flavio Briatore por aquel feo asunto, aunque a la postre, la justicia civil acabó dándoles la razón: el juicio FIA fue una pantomima, una caza de brujas al estilo Max Mosley.
La sentencia favorable no quita que los hechos ocurrieran realmente. El propio Pat, en un gesto que le honra, admitió que consideraron la ocurrencia de Piquet Junior porque Renault las estaba pasando canutas y el equipo precisaba de un empujoncito. Sin embargo, lo curioso del caso es que Alonso ni fue encausado ni acusado, ni por supuesto recibió sanción alguna, pero ha corrido con los gastos desde 2009 hasta la fecha como si fuese un pérfido matabuelas, y no hay artículo sobre su figura que no mencione el dichoso tópico.
Este matiz es chocante de narices. Con Flavio sucede tres cuartos de lo mismo, de forma que podemos concluir que de los protagonistas: un brasileño, un italiano y un británico, sólo a este último se le ha perdonado lo que ocurrió, y para colmo, a un español que pasaba por allí le ha tocado hacer de protagonista sin serlo, porque, repito: la FIA sólo llamó a Fernando para que declarara como testigo...
Si estáis percibiendo cierto tufillo nauseabundo ya os aviso que efectivamente lo hay. Aquella carrera debía haber sido tachada del calendario por simple salud deportiva. Nos han repetido hasta la saciedad que el crashgate ha sido una de las cosas más sucias que ha visto nuestro deporte, así que razón de más para que se quitase de en medio, aunque aquello significase que un brasileño se acabaría coronando Campeón del Mundo y un británico repetiría subcampeonato.
Mi Felipe habría triunfado en su salsa, es decir, en una temporada para el olvido que si sigue significando algo en el acervo aficionado se debe a que casi es sinónimo de corrupción de la buena. Lewis habría quedado segundo, a 5 puntos del de La Scuderia, pero a cambio habríamos salvado el sacrosanto Fair Play, total, en 2009 un motor Mercedes-Benz sobre un coche inglés con piloto de las islas, estaba a punto de cerrar la herida abierta por las meridionales Ferrari y Renault durante la década inicial de este siglo, eso sí, con apoyo explícito del bueno del Presidente de la FIA, londinense él, of course!
Se acepta que la Fórmula 1 es quintaesencialmente británica, y mirando estos sucesos que estoy relatando desde la sana perspectiva que da el paso del tiempo, a fe mía que no queda otra que plegarse a las evidencias, agradeciendo, de paso, que Nelsinho no se inmolara de mentirijillas en balde, sino para mostrarnos en Singapur 2008 lo sucias que andaban las enaguas de la competición entonces y lo poco que hemos cambiado.
God Save The Queen!
Os leo.
Ya apareció el amigo Minardi asegurando que lo de McLaren y Renault ya está hecho. Que Zack y Ciryl firmaron porque se aburrían esperando a que comenzara la carrera en Monza.
ResponderEliminarMinardi suele traer información contaminada, así que no sé si sí o si no.
Todo parece indicar que sí. Mal que me pese, em McLaren se va a convertir en un Red Bull de la vida (que es mejor que lo de ahora). Veo poca ambición en Zack, y eso me inquieta.
ResponderEliminar¿Qué quieres Enrique? ¿Qué se fabriquen ellos el motor? Como si McLaren fuera una fábrica de coches deportivos en la que se fabrican motores...
ResponderEliminar¿Esta no fue la carrera en la que Felipe Massa arranco el tubo de repostaje de la gasolina?
ResponderEliminarNigel Stepney ya le fue a comentar al Jefe Máximo todo esto... y él ya está tomando decisiones al respecto. Ni se imaginan qué tiene planeado el caballero.
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