Ya no hay suficientes «Je suis» con que colmar tanto vacío y esta noche amarga, sin ganas apenas de nada, recuerdo lo que escribí hace apenas unas horas sobre eso de que las derrotas acostumbran a ser argumento en toda victoria.
Barcelona ha sido golpeada por el demonio de la incertidumbre esta tarde, y en Gorliz, cuando los gatos arrullan a la luna, pienso en los miedos que tuve y jamás confesé, en lo que supone imaginar que te puede ocurrir a ti o suceder a uno de los tuyos, en la gente que entrará en las próximas horas en Nürbu esperando encontrar un milagro que la saque del aturdimiento. Algo a lo que aferrarse, algo que niegue la crudeza psicópata del mundo. Algo, en definitiva, que ayude a conciliar el sueño...
Newey puede esperar, Enzo también, lo que no admite demora es la necesidad que sentimos todos de que amanezca de nuevo en Montjüic.
Cuando estrevisté a Merlos os confesamos juntos que la entrevista había sido contestada durante el trayecto hasta Montmeló [#VKT 04 (Josep Lluis Merlos)]. Os hablé entonces de matices, de semáforos y cedas el paso, pero os cuento ahora que a Josep Lluis le cambia el tono de voz cuando responde a mi pregunta sobre una de las dos montañas de Barcelona.
Por desgracia sé lo que se siente cuando el estallido de una bomba a 100 metros de distancia te despierta porque ha removido tu cama y te lanzas a la habitación del crío para comprobar que aún no ha llegado a casa. Sé, también, lo que es enfrentar los ojos de un loco que se cree en posesión de la verdad o tener que cambiar de trayecto del domicilio al trabajo ya que en la tómbola te ha tocado ejercer de presa fácil porque las difíciles llevan guardaespaldas y tú no.
Pedralbes, Les Corts, la Rabassada, Tibidabo, el parque de Montjüic, un
rosario de luciérnagas que hoy necesitan más que nunca, que como
chiquillos soplemos sobre ellas imaginando que lucen más y más
fuerte.
Hay que alumbrar Montjüic antes de que mañana el sol bañe sus calles de luz. Jackie está listo. Barcelona necesita despertar de la pesadilla vivida hoy. Nada será igual, seguramente, pero para eso estamos vosotros, Iron y yo, para aullar a la noche y seguir pidiendo imposibles, porque si perdemos la esperanza lo habremos perdido todo.
Os quiero, y os leo.
Estimado José, faltan apenas nueve minutos para que den las dice de la noche, momento en el que pensaba desearte un feliz cumpleaños, ya ves, en lugar de eso estamos llorando juntos por culpa de unos mal nacidos que solo pretender extender el terror, en ésta ocasión cerca, muy cerca nuestro.
ResponderEliminarDe cualquier modo, felicidades por tu entrada y por tu cumpleaños, aunque sea con el corazón encogido.
Un abrazo amigo.
Realmente no se bien que decir. Estoy en shock.
ResponderEliminarFelicitats Jose.
Deprimido por los acontecimientos, pero esperanzado porque la vida sigue y la gente buena cumple años. Felicidades
ResponderEliminarMis condolencias a todos los afectados, fuerza a todos!!!
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