Va de escuderos

No suelo repetir visita a un mismo escenario. Es más, en la medida de mis posibilidades evito hablar de los mismos asuntos, o parecidos, en el mismo día o a lo sumo en dos, más que por mí, por respeto a vosotros. En la variedad está el gusto, ya sabéis...

El caso es que gracias a Pirelli y salvando la arrancada, el Gran Premio de Mónaco se prevé una bonita procesión de cochecitos de colores en la que con una estrategia a una parada poco o nada se va a poder hacer, la verdad, así que el meollo de la cuestión se va a dirimir en un rato, durante la clasificación, y, obviamente, esto me lleva a hablar de La Scuderia (de nuevo) en menos de 24 horas.

Sobre Lewis y Sebastian a una vuelta muy poquito cabe decir. Los dos son pilotos extremadamente rápidos y con una dilatada experiencia en la ratonera de Mónaco, de forma que podemos asumir que lo harán bien salvo percance o accidente. ¿Va ser sólo cosa de coches...? No lo creo, en El Principado las manos cuentan casi como un puñado de caballos extra.

Otro asunto son sus respectivos escoltas, porque tanto Mercedes AMG como Ferrari tienen que colocar a sus segundos pilotos de la mejor manera posible, ya que ellos van a tener la llave de las estrategias del oponente.

En Mónaco resulta muy complicado adelantar cuando las máquinas que están luchando por posición son similares en prestaciones. En este sentido, tanto Bottas como Raikkonen van a resultar imprescindibles mañana, por cuanto de su trabajo dependerá la comodidad de sus jefes de escuadra en un escenario que, como decíamos antes, no ofrece demasiados márgenes para la creatividad debido a que el suministrador único de gomas no está por la labor de ofrecer un producto a la altura de las exigencias de la máxima categoría.

En fin, esto pone la fase clasificatoria en la diana de la planificación de la carrera, que es a lo que íbamos, y aquí, con todos mis respetos hacia Valtteri, veo con mejores opciones a Kimi.

La pelota está en el tejado de Ferrari y hoy, más que nunca, tienen que dar con la tecla en su monoplaza número 7. Porque si todo va bien, Iceman puede darnos un precioso inicio de tarde.

Os leo.