A estas alturas ya nos hemos ido poniendo las pilas en cuanto a las 500 Millas de Indianápolis se refiere —a ver, ¡qué remedio!—, y quien más quien menos tiene claro que a los equipos no se les llama escuderías, que no hay DRS y el Pace Car hace lo mismo que el Safety Car aunque no se le llama igual; que la salida es lanzada y existen repostajes a pesar de que los mecánicos de la Indy no se disfrazan de soldados imperiales ni anda Arrivabene obligándoles a hacer Tai-chi para calentar.
Caution, Drafting, spotters, Bumpdrafting, Brickyard... El curso acelerado de inglés que nos estamos metiendo entre pecho y espalda es de órdago a la grande, así y todo, el elitismo lucha desaforadamente por mantener su estatus y aquí cabe hacer algunas recomendaciones básicas para que no se os note ante los cuñaos que venís de la Fórmula 1, mucho menos que formáis parte de esa cosa fea que se denomina alonsismo.
Sí, son unos desagradecidos de caca pero lo que toca es disfrutar con Fernando en la Indy y aprender algo de las 500 Millas por si os convence y os quedáis cuando no ande el Nano por allí, y en este sentido, la ocasión la pintan calva porque nunca vais a encontrar tanta información sobre esta bendita carrera, aglutinada en tan poco tiempo y tan a mano, como la que está aflorando ahora. Así que aprovechadla.
Dicho lo cual, me siento en la obligación de recordaros que nadie os enseñó a ligar pero así y todo aprendisteis —porque eso se aprende a las bravas, ¡no jodáis!—. Bueno, si por desgracia os tuvieron que enseñar es porque o sois vascos o porque algún desgraciado decidió arruinaros la existencia. No obstante, os recomiendo que si fue así lo intentéis por vosotros mismos tengáis la edad que tengáis, porque la experiencia de hacerlo a pelo vale lo que no está escrito y no la olvidaréis nunca...
No me enredo. Indy tiene claves como cualquier carrera y si el otro día os pedía que aparcaseis la Fórmula 1 por un momento, o dos, toca advertiros hoy que hay que hacer algunos sacrificios más, porque como os sorprendáis por cosas que se dan allí por sabidas y conocidas delataréis vuestro origen humilde y tendréis que vivir toda la vida con ello.
A ver, las 500 Millas son una carrera larga y eso nos pone en que el consumo de combustible y gomas tiene una importancia extraordinaria. No son las 24 Horas de Le Mans, son sólo 804 kilómetros, pero como os decía en la anterior entrada [Indy 500 (Cosas que no debes saber)], se recorren a toda pastilla y a degüello, lo que hace crucial ahorrar interrupciones para cargar combustible y cambiar ruedas porque ahí es donde más tiempo se pierde.
Lo normal son seis parones salvo que los incidentes de carrera y los consiguientes periodos de caution permitan alguno más, lo que hace que haya uno cada 33 vueltas —más o menos y por regla general—, ya que la prueba discurre sobre 200 giros al óvalo de Indianápolis. Bueno, pues de estos seis intervalos el más importante es el último aunque haya que invertir los cinco anteriores en prepararlo adecuadamente.
Obviamente, si manifestáis o se os escapa en público que disfrutáis con lo que ocurre durante estas 170 vueltas previas (llamemos a este periodo así), daréis el cante y os mirarán de reojo y mandarán a fregar los platos o a entretener a los sobrinos. No debéis hacerlo bajo ninguna circunstancia si queréis llegar enteros al instante en que incluso los entendidillos se desatan y olvidan sus rancias raíces. Ahí sí, ahí gritad y saltad todo lo que os dé la gana... está permitido.
Otro día os cuento cómo disfrutar de los cinco preludios al stint final sin que se note, hoy se trata de que comprendáis que es la primera vez que vais a coger a vuestra pareja por la cintura mientras suena la música en el guateque, y que por nada del mundo debe notar que tiemblas mientras ambos os dejáis llevar por la música y esquiváis miraros a la cara.
Os leo.
Caution, Drafting, spotters, Bumpdrafting, Brickyard... El curso acelerado de inglés que nos estamos metiendo entre pecho y espalda es de órdago a la grande, así y todo, el elitismo lucha desaforadamente por mantener su estatus y aquí cabe hacer algunas recomendaciones básicas para que no se os note ante los cuñaos que venís de la Fórmula 1, mucho menos que formáis parte de esa cosa fea que se denomina alonsismo.
Sí, son unos desagradecidos de caca pero lo que toca es disfrutar con Fernando en la Indy y aprender algo de las 500 Millas por si os convence y os quedáis cuando no ande el Nano por allí, y en este sentido, la ocasión la pintan calva porque nunca vais a encontrar tanta información sobre esta bendita carrera, aglutinada en tan poco tiempo y tan a mano, como la que está aflorando ahora. Así que aprovechadla.
Dicho lo cual, me siento en la obligación de recordaros que nadie os enseñó a ligar pero así y todo aprendisteis —porque eso se aprende a las bravas, ¡no jodáis!—. Bueno, si por desgracia os tuvieron que enseñar es porque o sois vascos o porque algún desgraciado decidió arruinaros la existencia. No obstante, os recomiendo que si fue así lo intentéis por vosotros mismos tengáis la edad que tengáis, porque la experiencia de hacerlo a pelo vale lo que no está escrito y no la olvidaréis nunca...
No me enredo. Indy tiene claves como cualquier carrera y si el otro día os pedía que aparcaseis la Fórmula 1 por un momento, o dos, toca advertiros hoy que hay que hacer algunos sacrificios más, porque como os sorprendáis por cosas que se dan allí por sabidas y conocidas delataréis vuestro origen humilde y tendréis que vivir toda la vida con ello.
A ver, las 500 Millas son una carrera larga y eso nos pone en que el consumo de combustible y gomas tiene una importancia extraordinaria. No son las 24 Horas de Le Mans, son sólo 804 kilómetros, pero como os decía en la anterior entrada [Indy 500 (Cosas que no debes saber)], se recorren a toda pastilla y a degüello, lo que hace crucial ahorrar interrupciones para cargar combustible y cambiar ruedas porque ahí es donde más tiempo se pierde.
Lo normal son seis parones salvo que los incidentes de carrera y los consiguientes periodos de caution permitan alguno más, lo que hace que haya uno cada 33 vueltas —más o menos y por regla general—, ya que la prueba discurre sobre 200 giros al óvalo de Indianápolis. Bueno, pues de estos seis intervalos el más importante es el último aunque haya que invertir los cinco anteriores en prepararlo adecuadamente.
Obviamente, si manifestáis o se os escapa en público que disfrutáis con lo que ocurre durante estas 170 vueltas previas (llamemos a este periodo así), daréis el cante y os mirarán de reojo y mandarán a fregar los platos o a entretener a los sobrinos. No debéis hacerlo bajo ninguna circunstancia si queréis llegar enteros al instante en que incluso los entendidillos se desatan y olvidan sus rancias raíces. Ahí sí, ahí gritad y saltad todo lo que os dé la gana... está permitido.
Otro día os cuento cómo disfrutar de los cinco preludios al stint final sin que se note, hoy se trata de que comprendáis que es la primera vez que vais a coger a vuestra pareja por la cintura mientras suena la música en el guateque, y que por nada del mundo debe notar que tiemblas mientras ambos os dejáis llevar por la música y esquiváis miraros a la cara.
Os leo.
Es una carrera muy estratégica y mas impredecible que la F1. Esas 170 vueltas de la "basura" son sumamente importantes para definir las opciones en los últimos giros, donde se definen los pilotos con opciones a victoria.
ResponderEliminarLos que tuvimos la oportunidad de disfrutar de Kimi el manco durante su periplo en las Sprint o Truck series realmente disfrutamos mucho, aunque creo que hay que destacar que es una prueba que, como bien dijo Rubens, hay que prepararse para gestionar lo inesperado. Seguro los consejos del loco Juancho serán muy útiles para Fernando.
Aquí, uno de tantos que se ha sumado al cursillo acelerado de IndiCar. Lo que me resulta curioso es cómo llegan varios coches uno tras otro al final de la prueba.
ResponderEliminarSerá que el que va a rebufo tiene alguna ventaja en cuanto a consumo de combustible? O que enfrentar la punta en solitario penaliza el aspecto aerodinámico y por eso se pegan tanto uno a otro? Gracias José!
Me ha dicho la whiskypedia que, más de media docena de debutantes (aquellos que nunca habían girado en las 500) han podido mojar a la primera. El ex «Meinar» en 2016, JP Montoya en 2000 y luego repitió en 2015...
ResponderEliminarVeremos un asturiano triunfar? Más quisiera yo que les robase la cartera a los locales...
Buenas!
ResponderEliminarLiadillo que anda uno, pero no me olvido de mis buenos amigos y del único sitio independiente y políticamente incorrecto del mundo de la F1, gracias Josetxu.
Que queréis que os diga, añoro esa F1 de los 80 donde Piquet, Mansell, Prost y Senna ganaban carreras, los más conocidos, pero también lo hacían otros menos conocidos, como Tambay, Arnoux y Alboretto. Ahora es todo tan previsible y tan estrecho el embudo que sólo tienes que apostar al plata o al rojo.
Y en estas, ha venido Alonso a recordarnos que existe vida más allá, lo cual ha puesto de los nervios a más de uno que se cree que el motor es la F1 enlatada que nos venden y que de momento Liberty no ha cambiado en nada.
Que les den a los cuñaos y a los entendidillos, un soplo de aire fresco ha llegado, independientemente del resultado que se vea en la prueba de marras, las 500 millas de Indianápolis.
Un saludo!
El año pasado ví, por primera vez completa, las 500 millas y me alegró sobremanera que ganara un Rossi al que en F1 apenas habían dejado correr, pagando, un par de carreras al final de la temporada. Sustituyendo a Merhi, si no me equivoco. Cierto que tiene momentos emocionantes, y que es espeluznante ver a los monoplazas pegados unos a otros a 300 kilómetros por hora en los peraltes. Sorprende también, acostumbrados al despliegue que se gasta en la F1 en los pit stop, cómo sólo cuatro hombres hacen todo el trabajo de cambio de neumáticos.
ResponderEliminarLa semana pasada ví la carrera de la Indy en Long Island, creo que era, y me pareció un truño. Los circuitos no ovales son pésimos, más parecidos a los de la Formula-e que a los circuitos de la F1. No sé si la Indy se corre también en el COTA, pero mejoraría mucho si empiezan a correr en circuitos auténticos.
En cualquier caso, yo estaré pegado a la pantalla el día que Alonso debute en Indianápolis.
Eres un crack, Jose. Me parto de risa con el paralelismo entre ligar y no parecer novato en la Indy XD.
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