Es por comentar...

Hay como una necesidad de apremio en el ambiente que nos está llevando a sustantivar cualquier acontecimiento, menor a poder ser, con tal de dormir tranquilos mecidos por la nana ésa que nos susurra que el reglamento 2017 se ha hecho notar desde los primeros metros de su andadura, y el último chispazo de alegría que ha saltado a la palestra ha sido el número de adelantamientos por centímetro cuadrado que pudimos ver en Shanghai sin que el bendito DRS anduviera por medio.

Ya explique´ en la medida de mis limitadas posibilidades cómo el DRS iba a resultar bastante inútil con la nueva normativa [Stall!], lo que nos sitúa ante un escenario en el cuál, el número de adelantamientos es el que es y no cabe incorporar en la ecuación al bendito cachivache salvo en casos puntuales, muy puntuales. Vamos, que el DRS es puritita anécdota y me temo mucho que va a seguir siéndolo porque como decía Toni Cuquerella durante la retransmisión del Gran Premio de China: en la posición que está ahora, resulta contraproducente usarlo porque reduce drásticamente la carga aerodinámica...

La cita no es literal, pero tampoco importa demasiado porque no creo que vuelva a hablar del Drag Reduction System hasta el final del texto.

En fin, a lo que vamos. Sí que hubo muchos adelantamientos puros en la prueba asiática pero merece la pena que veamos el cuadro al completo evitando dejarnos engañar por el tamaño, textura o grosor de las pinceladas que lo componen, el detalle, que dicen, ya que hay causas suficientes como para explicar el fenómeno.

Estamos al inicio de la temporada y conviene recordar que cohabitan en pista dos dinámicas que compiten desde planteamientos opuestos. 

Por un lado tenemos a Mercedes-Benz y a Ferrari, fabricantes que han apostado por evolucionar las unidades de potencia usadas en campañas anteriores. Lógicamente disponen de mayor fiabilidad y de un rango de rendimiento más elevado que Renault y Honda, motoristas que han preferido partir de cero, o de casi cero, con nuevos planteamientos que han sido puestos en marcha este año, precisamente, y que al menos hasta este próximo verano, darán más de un quebradero de cabeza a sus usuarios porque ni funcionan a tope ni las tienen todas consigo en cuanto a fiabilidad.

Bien, Stuttgart y Maranello suministran a cinco equipos en total, grupo al que podríamos catalogar como cazadores: Mercedes AMG, Williams, Force India, Ferrari y Haas; y Viry-Châtillon y Sakura proveen a cuatro equipos que podríamos llamar presas: Red Bull, Renault, Toro Rosso y McLaren. Luego nos queda Sauber, que de momento hace de cazadorcillo porque lleva una UP Ferrari del año pasado pero que ingresará pronto en el elenco de las presas fáciles si no lo ha hecho ya.

Obviamente, hay cazadores muy aventajados porque, además, son la niña bonita del fabricante (Brackley y Maranello), y una presa que se comporta como un cazador porque también es la niña mimada del suyo (Milton Keynes), lo que configura un espacio escénico en el que seis vehículos de un total de veinte, adelantarán todo lo que se les ponga por delante y las veces que haga falta, sumando y sumando adelantamientos para gozo de un público muy necesitado de alegrías. 

Otros siete u ocho (ya van trece o catorce de veinte) que adelantarán dónde y cómo han adelantado siempre: en esa tierra fértil que conocemos como montonera. Tres o cuatro más que litigarán con uñas y dientes por cada centímetro cuadrado de asfalto, y los dos o tres que faltan para que encajen las cuentas, que son esos de siempre a los que adelanta todo pichichi si no se han dado un piñazo o han roto antes...

Creo que el transcurso de la sesión arreglará un poquito las cosas igualando aquí y allá las posibilidades de cada zona de la parrilla, pero en esencia, esto es lo que hay con implicación del DRS o sin ella.

No es por molestar, que conste, sólo es por comentar...

Os leo.