A pesar de que tenemos líderes en la tabla de pilotos y marcas y hemos asistido a una serie de batallas en pista, lo cierto es que estamos viviendo una prolongación de 2016 que tiene su explicación en que dos fabricantes —y sus respectivas escuderías oficiales—, apostaron por encarar la nueva normativa desde un ángulo mucho más reservón que los otros dos que quedan, a quienes, por cierto, no les quedaba otra que arriesgar porque acumulaban demasiado retraso.
No vamos a ponernos a discutir ahora sobre la importancia que ha tenido en el dibujo de este panorama la aplicación de la estúpida norma de tokens desde 2014 a 2016, ni cómo, en la práctica, ésta ha servido como garantía para Mercedes-Benz mientras los demás hacían lo que podían, y no lo vamos a hacer porque todo este asunto está a punto de terminar. Concretamente lo hará este próximo domingo día 30 de abril.
La liberalización de desarrollo permitida en 2017 ha supuesto el primer paso hacia una armonización de prestaciones que estará vigente a partir de la campaña 2018. En ese instante, todas las unidades de potencia presentes en la parrilla se moverán en un margen que no puede ser inferior ni mayor a un 3%. Es decir, si la UP de Stuttgart se sitúa dentro de unos meses en 1.000 cv, por poner una cifra, la peor de sus rivales no podrá ofrecer menos de 970 cv la temporada que viene.
Es verdad que partir de estos mimbres podría componer mil y una teorías que explicarían por qué le pesan tanto esos 5 kilogramos al W08, por qué Brackley tiene tanta prisa, por qué Ferrari se ha echado encima de la anglo-germana, por qué herr doktor Helmut Marko todavía no ha sacado su látigo a pasear, por qué McLaren ha hablado con Mercedes-Benz, o incluso por qué Honda se ha mostrado tan remisa a darnos alegrías en este inicio de sesión... Pero hoy no toca.
Lo importante ahora es que entendamos que este domingo se cierra el plazo para que Mercedes-Benz, Renault, Ferrari y Honda, pongan en manos de la FIA la documentación necesaria para valorar si se cumple con el objetivo del 3% o no, y si hiciera falta, ver cómo se articula el periodo de negociación que facilite la armonización de prestaciones en 2018, como ya se hizo en 2004 y 2006, por ejemplo.
Ésta, ni más ni menos, es la razón por la que hoy ha transcendido que la FIA se reunirá para ver cómo ayudar a Honda —ha faltado decir: siempre y cuando la japonesa necesite ayuda, que a lo mejor no la necesita...
Y es que la reunión, como vengo diciendo, forma parte del protocolo de actuaciones que empieza este próximo 1 de mayo encaminado a valorar si hay o no 3% de diferencia entre los motoristas. En este sentido, cabe recordar que Stuttgart es la que peor lo tiene porque la manera más sencilla de resolver el asunto, en el hipotético caso de que existiese una mayor distancia que el tanto por ciento marcado, sería capar su unidad de potencia.
Lógicamente, la alemana no desea este escenario.
Os leo.
No vamos a ponernos a discutir ahora sobre la importancia que ha tenido en el dibujo de este panorama la aplicación de la estúpida norma de tokens desde 2014 a 2016, ni cómo, en la práctica, ésta ha servido como garantía para Mercedes-Benz mientras los demás hacían lo que podían, y no lo vamos a hacer porque todo este asunto está a punto de terminar. Concretamente lo hará este próximo domingo día 30 de abril.
La liberalización de desarrollo permitida en 2017 ha supuesto el primer paso hacia una armonización de prestaciones que estará vigente a partir de la campaña 2018. En ese instante, todas las unidades de potencia presentes en la parrilla se moverán en un margen que no puede ser inferior ni mayor a un 3%. Es decir, si la UP de Stuttgart se sitúa dentro de unos meses en 1.000 cv, por poner una cifra, la peor de sus rivales no podrá ofrecer menos de 970 cv la temporada que viene.
Es verdad que partir de estos mimbres podría componer mil y una teorías que explicarían por qué le pesan tanto esos 5 kilogramos al W08, por qué Brackley tiene tanta prisa, por qué Ferrari se ha echado encima de la anglo-germana, por qué herr doktor Helmut Marko todavía no ha sacado su látigo a pasear, por qué McLaren ha hablado con Mercedes-Benz, o incluso por qué Honda se ha mostrado tan remisa a darnos alegrías en este inicio de sesión... Pero hoy no toca.
Lo importante ahora es que entendamos que este domingo se cierra el plazo para que Mercedes-Benz, Renault, Ferrari y Honda, pongan en manos de la FIA la documentación necesaria para valorar si se cumple con el objetivo del 3% o no, y si hiciera falta, ver cómo se articula el periodo de negociación que facilite la armonización de prestaciones en 2018, como ya se hizo en 2004 y 2006, por ejemplo.
Ésta, ni más ni menos, es la razón por la que hoy ha transcendido que la FIA se reunirá para ver cómo ayudar a Honda —ha faltado decir: siempre y cuando la japonesa necesite ayuda, que a lo mejor no la necesita...
Y es que la reunión, como vengo diciendo, forma parte del protocolo de actuaciones que empieza este próximo 1 de mayo encaminado a valorar si hay o no 3% de diferencia entre los motoristas. En este sentido, cabe recordar que Stuttgart es la que peor lo tiene porque la manera más sencilla de resolver el asunto, en el hipotético caso de que existiese una mayor distancia que el tanto por ciento marcado, sería capar su unidad de potencia.
Lógicamente, la alemana no desea este escenario.
Os leo.
esto me suena a que durante estas carreras, mercedes (se supone que es la que más caballos tiene) no ha ido al 100% de caballos, dejando alguno en Alemania.
ResponderEliminarcuando pase la homologación, los traen de vuelta y que le midan el 3% con los caballos de esas 3 primeras carreras ¿no?
lo mismo puede estar haciendo honda (que se supone que es la que menos caballos tiene) para así parecer que tiene menos de los que tiene y si tienen que capar a los de arriba pues eso que ganan
Ferrari y Renault como se supone que están en medio pues.... a lo suyo