Cuando en noviembre pasado hablaba con Antonio Llinares sobre el futuro de McLaren tras la salida de Dennis, le propuse una serie de escenarios posibles en base a la información que obraba en mi poder, de los cuales, tengo que admitir que no se ha cumplido ninguno.
Antonio llevaba razón, no hace falta decirlo, aunque, la verdad, sigo durmiendo a pierna suelta tras comprobar, una vez más, que en nuestro mundillo no se salvan ni las fuentes fiables, ya que todo va tan y tan rápido, que hay espacio, incluso, para que a Ron le hayan puesto unos zapatos de cemento y lo hayan tirado al río Chicago o al lago Michigan, que tanto da el lugar elegido.
Puede parecer una exageración lo que digo, pero llegar al punto de cambiar la denominación de los vehículos de Woking eliminando el tradicional P4, puede significar la solución a un problema legal con la propiedad de la denominación completa —es MP4 desde 1981, antes era M a secas—, o, también, que la cúpula ha decidido estrenar nueva época con nueva denominación, como anunciaba ayer en Twitter.
En todo caso, llamar MCL32 al vehículo de 2017, nominalmente supone la última patada en los cataplines que le ha metido Mansour Ojjeh a su antiguo colega del alma, aunque para muchos aficionados de la británica, la cosa ha quedado en una felonía que sólo puede ser resarcida debidamente decorando el coche de naranja.
Para mí lo importante de todo este embrollo es que el MCL32 chute de verdad, qué queréis que os diga.
Dennis sí o Dennis no, naranja sí o naranja no, McLaren lleva demasiado tiempo sin comerse un colín en la de constructores. El último título en marcas data de 1998, lo que nos pone en que a poco que se decuide, la de Woking se casca un Maranello en toda regla porque va para 19 años que sus vitrinas no se renuevan.
Aquí, donde otros ven un futuro lleno de nubarrones confieso que observo más luces que sombras.
He vivido muy tranquilo desde que supimos en 2015 que 2017 era el objetivo para McLaren y para Honda. Hay tiempo todavía para comprobar cómo vamos de timming. Recién acabamos de comenzar febrero y los primeros entrenamientos en Montmeló son a finales, y sinceramente, me parece irrelevante, por ahora, que esta etapa la esté liderando Zak Brown bajo el paraguas de Ojjeh y los bareiníes del Mumtalakat Holding, así como el apellido del trasto.
De forma que si para llegar a este momento ha hecho falta no dejar rastro de Ron Dennis ni en la denominación del monoplaza, no me voy a poner cicatero y lo voy a dar por bueno. Al fin y al cabo, los que me gustan son Stoffel y Fernando. Pero que chute, ¡por favor, que chute...!
Os leo.
Antonio llevaba razón, no hace falta decirlo, aunque, la verdad, sigo durmiendo a pierna suelta tras comprobar, una vez más, que en nuestro mundillo no se salvan ni las fuentes fiables, ya que todo va tan y tan rápido, que hay espacio, incluso, para que a Ron le hayan puesto unos zapatos de cemento y lo hayan tirado al río Chicago o al lago Michigan, que tanto da el lugar elegido.
Puede parecer una exageración lo que digo, pero llegar al punto de cambiar la denominación de los vehículos de Woking eliminando el tradicional P4, puede significar la solución a un problema legal con la propiedad de la denominación completa —es MP4 desde 1981, antes era M a secas—, o, también, que la cúpula ha decidido estrenar nueva época con nueva denominación, como anunciaba ayer en Twitter.
En todo caso, llamar MCL32 al vehículo de 2017, nominalmente supone la última patada en los cataplines que le ha metido Mansour Ojjeh a su antiguo colega del alma, aunque para muchos aficionados de la británica, la cosa ha quedado en una felonía que sólo puede ser resarcida debidamente decorando el coche de naranja.
Para mí lo importante de todo este embrollo es que el MCL32 chute de verdad, qué queréis que os diga.
Dennis sí o Dennis no, naranja sí o naranja no, McLaren lleva demasiado tiempo sin comerse un colín en la de constructores. El último título en marcas data de 1998, lo que nos pone en que a poco que se decuide, la de Woking se casca un Maranello en toda regla porque va para 19 años que sus vitrinas no se renuevan.
Aquí, donde otros ven un futuro lleno de nubarrones confieso que observo más luces que sombras.
He vivido muy tranquilo desde que supimos en 2015 que 2017 era el objetivo para McLaren y para Honda. Hay tiempo todavía para comprobar cómo vamos de timming. Recién acabamos de comenzar febrero y los primeros entrenamientos en Montmeló son a finales, y sinceramente, me parece irrelevante, por ahora, que esta etapa la esté liderando Zak Brown bajo el paraguas de Ojjeh y los bareiníes del Mumtalakat Holding, así como el apellido del trasto.
De forma que si para llegar a este momento ha hecho falta no dejar rastro de Ron Dennis ni en la denominación del monoplaza, no me voy a poner cicatero y lo voy a dar por bueno. Al fin y al cabo, los que me gustan son Stoffel y Fernando. Pero que chute, ¡por favor, que chute...!
Os leo.
Me da que nos espera otro año largo de sinsabores.
ResponderEliminarKing Crimson
Complicado parece que McLaren pueda aspirar a podios. Los problemas y cambios internos no ayudan. Al ritmo que van necesitarán un par de temporadas mas, al menos, para luchar por títulos.
ResponderEliminarMuy de acuerdo con el artículo. Creo que el proyecto de Honda en la F1 ha ido más lento de lo que McLaren hubiera deseado. Y aún así estimo que todavía van lentos. Si para ayudar a crecer tenía que caer el ínclito Ron, pues bienvenido sea.
ResponderEliminarSin embargo, no creo que en 2017 estén en condiciones de luchar por un podio en un escenario normal; a no ser que haya lluvias, incidentes, etc... Y me temo que el momento para McLaren (de llegar) sería sobre el 2020.
Con la salida del Sr. Dennis me surgió una duda. Si Ron era reacio a permitir que Honda motorizara otra escudería, ¿ahora sería posible? ¿Quizás podrían motorizar a Sauber, Haas? Creo que vendría bien tener la experiencia extra de 2 monoplazas más a la hora de desarrollar el motor.
Un saludo.
Mmm. No tengo pálpitos sobre cómo irá el McLaren en 2017, pero a poco que mejoren las cosas, puede darnos algunas alegrías. En 2017, con un coche bastante mediocre Alonso hizo algunas buenas carreras y por lo menos pudo divertirse.
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