Por suerte para todos, Red Bull hace tiempo que no puede ser considerada una escudería nueva en la parrilla. Pero a pesar de que quedan lejos aquellos excesos juveniles cuando la austriaca marcaba tiempos prometedores en pretemporada para desinflarse, sin remisión, una vez comenzaba el campeonato, hay cosas que no han cambiado ni siquiera con la acumulación de cuatro títulos mundiales en Marcas y Pilotos: la permanente búsqueda del foco y el ejercicio constante de la mercadotecnia.
Virtud o flaqueza, lo cierto es que para los medios de comunicación Milton Keynes supone siempre una perita en dulce de la que extraer jugosos titulares, y en este sentido, la prensa, aliada de la de Mateschitz y generosa a la hora de servirle de voceras, ha impuesto la sensación de que Red Bull es firme candidata a coronarse de nuevo en 2017, cuando los pocos datos que obran en nuestros poder indican que la citada candidatura pende de muchos alfileres.
Lo he dicho en este blog hasta cansarme: la distancia de Mercedes AMG con sus rivales ha sido abrumadora, y Red Bull no ha hecho otra cosa que mostrarse como la mejor del resto, al menos en 2014 y 2016, años en que la austriaca se alza con el subcampeonato.
Echando la vista atrás, Brackley ha endosado a Milton Keynes en la era híbrida, 296 puntos en 2014, 516 en 2015 (RBR termina cuarta), y 297 en 2016. Se mire como se mire no parece moco de pavo, y mucho menos si comparamos estas cifras con las resultantes como diferencia entre los segundos y terceros clasificados durante las citadas temporadas. Así, Red Bull logra meter a Ferrari en 2014 tan solo 85 puntos. Ferrari pone a Williams en 2015 a una distancia de 171. Y Red Bull vuelve a meter a Ferrari, en 2016, únicamente 70...
No tengo ninguna intención de enfriarle a nadie los ánimos, vaya por delante, pero considero que antes de ser firme candidato a la presidencia hay que abandonar antes la candidatura a vicepresidente, que es donde estamos, porque no hay razones para pensar que Mercedes se ha quedado quieta ante la nueva normativa, ni que Ferrari no tenga intención de amargar la fiesta a la austriaca ahora que surge en el horizonte una maravillosa oportunidad de hacer tabla rasa con el pasado.
2016 ha resultado un buen año para Red Bull, pero descartando de la ecuación la deslumbrante aparición de Max Verstappen en sus filas, nos encontramos con un chasis rematadamente bueno y una aerodinámica excelente made in Newey, que junto al magnífico trabajo realizado por Renault en su unidad de potencia, ha dado lugar a un cacharro que, así y todo, se ha mostrado incapaz de inquietar seriamente a los W07 de Brackley.
2017, sin embargo, supone un radical punto y aparte que inclina la balanza en favor de la aerodinámica por intentar meter mano a la entente anglo-germana, que no se nos olvide este dato.
Es cierto que Adrian Newey ha intervenido en la definición del reglamento y que Viry-Chatillon ha progresado su unidad híbrida, pero todo esto hay que encajarlo, considerando, además, que los demás rivales no se han quedado quietos. La pareja oficial de pilotos es la más afinada que hay actualmente en la parrilla, y, por si fuese poco, está bien engranada. Tanto Verstappen como Ricciardo son perfectamente capaces de asaltar el título, pero para ello, el RB13 no tiene que mostrar ninguna fisura.
Quiero decir con todo esto que más allá de los focos que iluminan Milton Keynes desde la prensa, internet y los medios audiovisuales, queda mucho trabajo por hacer y mucha tela que cortar antes de confirmar que la candidatura de Red Bull es firme.
2016 ha resultado un buen año para Red Bull, pero descartando de la ecuación la deslumbrante aparición de Max Verstappen en sus filas, nos encontramos con un chasis rematadamente bueno y una aerodinámica excelente made in Newey, que junto al magnífico trabajo realizado por Renault en su unidad de potencia, ha dado lugar a un cacharro que, así y todo, se ha mostrado incapaz de inquietar seriamente a los W07 de Brackley.
2017, sin embargo, supone un radical punto y aparte que inclina la balanza en favor de la aerodinámica por intentar meter mano a la entente anglo-germana, que no se nos olvide este dato.
Es cierto que Adrian Newey ha intervenido en la definición del reglamento y que Viry-Chatillon ha progresado su unidad híbrida, pero todo esto hay que encajarlo, considerando, además, que los demás rivales no se han quedado quietos. La pareja oficial de pilotos es la más afinada que hay actualmente en la parrilla, y, por si fuese poco, está bien engranada. Tanto Verstappen como Ricciardo son perfectamente capaces de asaltar el título, pero para ello, el RB13 no tiene que mostrar ninguna fisura.
Quiero decir con todo esto que más allá de los focos que iluminan Milton Keynes desde la prensa, internet y los medios audiovisuales, queda mucho trabajo por hacer y mucha tela que cortar antes de confirmar que la candidatura de Red Bull es firme.
Os leo.
Con vuestro permiso voy a decir una obviedad que para muchos va a resultar quizás insultante. Red Bull solo podrá ganarle a Mercedes si nombra públicamente un piloto número 1 y un piloto número 2.
ResponderEliminarEstaba repasando por Twiter el palmarés de Ham con la intención de confirmar una de las afirmaciones que dije aquí, y es que siempre tuvo un coche ganador en McLaren.
Lo he estado viendo, y nunca ha ganado menos de 3 carreras por año, nunca ha subido menos de 5 veces al podio. Puedo entender que en el 2011 no pudiera con Vet, era imparable, pero por ej en el 2010 obtuvo 3 victorias y But 2, que sumadas las cinco en el mismo casillero más alguna que otra posición en carrera, posiblemente le hubieran otorgado el mundial. Todos recordamos aquellos años en los que Ham un dia rompia, otro se salía y el tercero salía a correr con la rabieta aun porque But le había ganado en la calificación.
Parece que Red Bull no ha aprendido de aquellos años y quiere dejar que sus pilotos compitan en la pista. Bien, recordad lo que pasó en McLaren esos años de But en Maclaren, cada punto que conseguía por encima de Ham, se lo robaba a este.
Este deporte es muy cruel
Saludos