Por esas cosas que tiene la vida, el 1% de contribución al equipo aporta alrededor del 10% al peso mínimo del vehículo y resulta vital para su correcto posado en pista...
Hoy toca la presentación del RS17 de Renault y tan sólo hemos podido ver hasta ahora el FW40 de Williams y el C36 de Sauber, pero ya hay quien ha apreciado la sutil elevación de la cruz de los coches —zona sobre el tren delantero donde se funden la parte inicial de la célula de seguridad con el comienzo del morro propiamente dicho—, y se pregunta, con razón, si ello no limitará la visión del piloto, más se entiende.
Con el monoplaza vacío, es normal que la suspensión anterior empuje hacia arriba del volumen delantero ofreciendo una sensación distorsionada, ya que está diseñada y preparada para trabajar correctamente al menos con el peso mínimo, es decir, con el conductor dentro.
En este sentido, no parecen moco de pavo 70 kilogramos, que es lo que viene a suponer por término medio el piloto una vez se ha metido en el cockpit, ni mucho menos su sosición ligeramente adelantada con respecto al centro del monoplaza, ya que la mayor concentración de peso está colocada detrás (depósito, pilas, unidad de potencia, servidumbres del turbo, caja de cambios, transmisión y ruedas, etcétera).
Si los comparamos con los 105 del combustible para toda la prueba, por ejempo, y observamos cómo afecta este sobrepeso a la inclinación, cercanía al suelo y comportamiento del vehículo durante las primeras vueltas, y cómo la cosa mejora conforme se va consumiendo el líquido elemento, se entiende rápidamente que el piloto, importar, los que se dice importar, importa.
Y bien, puesto que la suspensión trabaja sobre el margen que se dibuja entre unas fases máximas de compresión y expansión, lo que estamos viendo en los coches vacíos no es otra cosa que la cruz delantera se eleva porque al vehículo le faltan todavía unos kilos.
En cuanto el piloto se siente en él y sume su peso corporal, el morro bajará un poco, muy poco, pero lo suficiente como para que la célula de seguridad alcance la horizontal en su parte superior, porque es con esta alineación con la que se pasan los crash test y la que asegura que el conductor vea correctamente la pista y lo que sucede en ella.
Os leo.
Y bien, puesto que la suspensión trabaja sobre el margen que se dibuja entre unas fases máximas de compresión y expansión, lo que estamos viendo en los coches vacíos no es otra cosa que la cruz delantera se eleva porque al vehículo le faltan todavía unos kilos.
En cuanto el piloto se siente en él y sume su peso corporal, el morro bajará un poco, muy poco, pero lo suficiente como para que la célula de seguridad alcance la horizontal en su parte superior, porque es con esta alineación con la que se pasan los crash test y la que asegura que el conductor vea correctamente la pista y lo que sucede en ella.
Os leo.
Lo ideal es tene un piloto delgado pero con el culo gordo por aquello de bajar el centro de gravedad... Como Vettel 😁😁
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