Ahora que parece ser que Williams repesca a Massa y que sobre asiento dejado vacío por Rosberg en Mercedes AMG nadie sabe ni contesta, a lo mejor alguien reconsidera lo que supone ser un piloto con experiencia en una escudería puntera. ¿Será el set-up, será el brillo de la carrocería? Sin lugar a dudas, será que la experiencia supone un grado, como ha sucedido siempre.
Mi abuela sintetizaba todo esto advirtiendo que más sabe el diablo por viejo que por diablo, pero en fin, a Kimi se le está juzgando por lo hecho en 2016 sin querer atender, o habiendo olvidado, que ejerce de segundo piloto desde que retornó a Ferrari en 2014, y esto, pienso, es un dato que que debería contar tanto como los puntos conseguidos o el rendimiento mostrado, ya que en términos absolutos, la responsabilidad de echarse La Scuderia a la espalda le ha correspondido a Sebastian.
La verdad es que no alcanzo a comprender cómo nos mostramos tan reacios a entender que existen alineaciones en la parrilla basadas en un claro esquema 1-2, y desde luego, que la rossa es una de las que lo usa.
El tetracampeón del mundo llegó a Maranello en 2015 con estatus de primer piloto. Por rango, títulos y posición en su anterior equipo (Red Bull), Vettel iba a tener prioridad sobre Raikkonen, y el finlandés iba a continuar desempeñando el cometido para el que había sido contratado el año anterior, ni más ni menos.
Siempre podemos debatir sobre si fue correcto o no el modelo de fortalecimiento del equipo previsto por Montezemolo y Domenicali a partir de la salida de mi Felipe —el F14-T se le atragantó a Kimi desde prácticamente el minuto 1—, lo que honestamente me parece fuera de toda discusión es que Fernando Alonso era entonces el piloto número 1 y Iceman venía como número 2.
Dicho lo cual, y por no enredarnos, que es tempranito: Kimi, como segundo piloto de Ferrari, acaba de firmar una campaña bastante buena incluso contemplando los incidentes que sin comerlo ni beberlo le han impedido llegar más arriba.
Olvidados los problemas de adaptación al SF15-T mientras éste evolucionaba la temporada pasada, sobre el SF16-H de 2016, un vehículo en el que se ha sentido bastante cómodo, Raikkonen se ha mostrado mucho más sólido y confiado, lo que a la postre le permitido sumar 186 puntos, quedando a tan sólo 26 de su compañero —en 2015 la distancia fue de 128—. Hay más, si en la pasada sesión Ferrari apenas tuvo contestación como segunda escudería y durante ésta ha irrumpido con fuerza Red Bull para disputar tanto la posición como los puntos en cada carrera, lo cierto es que Kimi ha sabido buscarse las alubias para obtener una ganancia de 36 puntos con respecto a 2015.
Obviamente quien más ha sufrido esta situación ha sido Sebastian. El RB12 en manos de Ricciardo y Verstappen no ha sido precisamente una perita en dulce con la que lidiar, lo que nos pone en que la rossa ha fallado por arriba, aunque, como escribía el otro día, lo de Marchionne sigue sin tener nombre y la presión impuesta al equipo, desgraciadamente, ha afectado a Vettel en un grado difícil de valorar pero nefasto en todo caso.
Y es aquí donde quería llegar, porque si el techo no ha cumplido las expectativas, el suelo de La Scuderia, marcado en este caso por el segundo piloto de una escuadra que a lo máximo que podía aspirar era a terminar segunda en el Mundial de Constructores, se ha elevado en comparación con 2015 y se ha defendido en 2016 por un Kimi Raikkonen que no merece que lo tilden de sobrevalorado ni de lastre ni de acabado.
Insinuaba al comienzo de esta entrada que las cosas que están sucediendo a nuestro alrededor deberían hacernos recapacitar sobre el auténtico valor que tiene la experiencia en Fórmula 1. Kimi sigue corriendo para Ferrari en 2017, y creo que no soy el único que se alegra de que la de Il Cavallino siga contando con él.
Os leo.
La verdad es que no alcanzo a comprender cómo nos mostramos tan reacios a entender que existen alineaciones en la parrilla basadas en un claro esquema 1-2, y desde luego, que la rossa es una de las que lo usa.
El tetracampeón del mundo llegó a Maranello en 2015 con estatus de primer piloto. Por rango, títulos y posición en su anterior equipo (Red Bull), Vettel iba a tener prioridad sobre Raikkonen, y el finlandés iba a continuar desempeñando el cometido para el que había sido contratado el año anterior, ni más ni menos.
Siempre podemos debatir sobre si fue correcto o no el modelo de fortalecimiento del equipo previsto por Montezemolo y Domenicali a partir de la salida de mi Felipe —el F14-T se le atragantó a Kimi desde prácticamente el minuto 1—, lo que honestamente me parece fuera de toda discusión es que Fernando Alonso era entonces el piloto número 1 y Iceman venía como número 2.
Dicho lo cual, y por no enredarnos, que es tempranito: Kimi, como segundo piloto de Ferrari, acaba de firmar una campaña bastante buena incluso contemplando los incidentes que sin comerlo ni beberlo le han impedido llegar más arriba.
Olvidados los problemas de adaptación al SF15-T mientras éste evolucionaba la temporada pasada, sobre el SF16-H de 2016, un vehículo en el que se ha sentido bastante cómodo, Raikkonen se ha mostrado mucho más sólido y confiado, lo que a la postre le permitido sumar 186 puntos, quedando a tan sólo 26 de su compañero —en 2015 la distancia fue de 128—. Hay más, si en la pasada sesión Ferrari apenas tuvo contestación como segunda escudería y durante ésta ha irrumpido con fuerza Red Bull para disputar tanto la posición como los puntos en cada carrera, lo cierto es que Kimi ha sabido buscarse las alubias para obtener una ganancia de 36 puntos con respecto a 2015.
Obviamente quien más ha sufrido esta situación ha sido Sebastian. El RB12 en manos de Ricciardo y Verstappen no ha sido precisamente una perita en dulce con la que lidiar, lo que nos pone en que la rossa ha fallado por arriba, aunque, como escribía el otro día, lo de Marchionne sigue sin tener nombre y la presión impuesta al equipo, desgraciadamente, ha afectado a Vettel en un grado difícil de valorar pero nefasto en todo caso.
Y es aquí donde quería llegar, porque si el techo no ha cumplido las expectativas, el suelo de La Scuderia, marcado en este caso por el segundo piloto de una escuadra que a lo máximo que podía aspirar era a terminar segunda en el Mundial de Constructores, se ha elevado en comparación con 2015 y se ha defendido en 2016 por un Kimi Raikkonen que no merece que lo tilden de sobrevalorado ni de lastre ni de acabado.
Insinuaba al comienzo de esta entrada que las cosas que están sucediendo a nuestro alrededor deberían hacernos recapacitar sobre el auténtico valor que tiene la experiencia en Fórmula 1. Kimi sigue corriendo para Ferrari en 2017, y creo que no soy el único que se alegra de que la de Il Cavallino siga contando con él.
Os leo.
Bueno ¡Qué decir! Kimmi ha sido, como bien describes, un genio el año de su campeonato (dicho sea de paso no lo habría ganado jamás sin el permiso de McL), y luego no se ha entendido bien con el coche. El diagnóstico mas fino es complicado: Hay quienes echan las tintas al diseño de la suspensión delantera, otros a que Ferrari lo quería fuera para que llegara Fernando, y algunas teorías más (unas mas "conspirativas" que otras). Es cierto que se comportó como todo un "gentleman" y ayudó a Felipe en más de una ocasión.
ResponderEliminarEl esquema "primer piloto-segundo piloto" de alguna escudería es más que evidente ¿Podemos dudar de si McL está priorizando a Fernando sobre Jenson? Una pista bastante sólida es el salario del piloto: Si a mismo coche hay uno de los dos que cobra el doble o más que el otro, obviamente el equipo espera más de él y probablemente esté dispuesto a favorecerlo en carrera. MB es una incógnita, pues Lewis es mas caro que Nico y, sin embargo, las teorías conspirativas hablan de favorecer al segundo ¿Tal vez para limitar los caprichos de Lewis?
Con el material disponible Kimi ha firmado una campaña muy buena. Sin duda la pull rod delantera fue un calvario para el finlandés.
ResponderEliminarJosé, pareces no tener dudas acerca de la contratación de RAI para la segunda butaca, y eso me desconcierta...
ResponderEliminarKimi venía de firmar una muy buena campaña con Lotus 2012-2013 (la de Allison, junto con quien ascendería a Ferrari al año siguiente). No voy a internarme en aguas profundas, pero se dijo que el finlandés vendría inicialmente a reemplazar al mismísimo Alonso. Por eso de que la Rossa está por encima de sus hombres.
RAI no consiguió adaptarse a ese coche, el F14T (fiat! XD) y fracasó estrepitosamente en 2014. Yo pensaría que la segunda butaca, más que asignársela Ferrari, se la propinó su compañero al doblarlo y triplicarlo en puntos.
Vamos, que si la intención a mediano o largo plazo era hacerse con los servicios de VET, magnífica estrategia. Lo que lamentablemente nunca sabremos, es qué hubiera conseguido Alonso con las dos configuraciones que le siguieron, obra de Allison. Sabemos que en la montonera, el de Asturias se defiende mucho mejor que el ex-RedBull.