El piloto del día

Hoy se ha hecho por fin justicia, Charlie Whiting ha sido declarado Piloto del Día, no de manera oficial, hasta ahí no llegamos todavía, sino a través del malestar generado entre los aficionados por su sucio proceder en México.

Me apena por Vettel, hoy más víctima que verdugo. Oficialmente ha sido el Driver Of The Day, pero su fabulosa carrera en el Hermanos Rodríguez se ha empañado en los metros finales porque Sebastian siempre vence a Sebastian, y al cruzar la meta, admitámoslo, ha dicho por radio lo que tantas veces hemos soñado con decir nosotros... si tuviésemos cojones para hacerlo.

Y es que detrás de Charlie y sus hazañosos logros hay mucha cobardía acumulada. Viene de años atrás y quien lo niegue debería hacérselo mirar. Temporadas riéndole las gracias a este contumaz conspirador (él si lo es) porque beneficiaba a nuestro piloto, y, mira, si te quejas es porque eres un mal perdedor y tal, que esta noche la nave se le ha ido de las manos a pesar de que ha sabido corregir a tiempo, aunque a su manera.

Sus tres niños bonitos han entrado en conflicto sobre el asfalto mexicano y ha tenido que elegir como ha hecho siempre, pero esta fatal circunstancia le ha llevado a meterse, no con un piloto cualquiera, del montón, uno de los culpables habituales, sino con una de las estrellas del firmamento de héroes que él, y sólo él, ha creado con la ayuda estimable del silencio, la coartada y algunas otras actitudes de difícil calificación, de una prensa excesivamente mansa, mamporrera y pesebrista, si me permitís la matización, y de una afición que ha preferido llamar a los demás: malos, fanfarrones, broncas o estúpidos, antes que ver qué estaba sucediendo realmente con su ídolo. 

El globo ha estallado. Hamilton se ha ido de rositas tras obtener ventaja en su asalto a la curva número 1. Verstappen pensaba que hoy le iban a consentir lo que le han consentido otras veces, porque se lo han consentido. Y Vettel, ha caído, de nuevo, en la trampa donde caían antes sus rivales más molestos: en la exposición pública. 

Y Charlie, como buen piloto (RAE. Persona que guía u orienta en cualquier asunto), ha bregado con lo que tocaba pero en modo joderos que me voy a la guerra. Lewis, como decía antes, se ha librado. A Max le ha caído la del pulpo y, además, a la velocidad del rayo. Y a Sebastian le ha tocado la peor parte, quedando significado ante aficionados y prensa como un personaje que todavía no ha aterrizado en el suelo que pisan los mortales.

Repito: el alemán ha firmado una excelente carrera, pero de eso hablarán poco los creadores de contenidos, hablarán de lo otro, de las formas inaceptables del alemán, de su soberbia, de la falta de respeto hacia un tipo que no se merece ninguno... ¡Joder qué recuerdos me trae todo esto! Y nuestro Juez de la Horca, se irá a dormir con la sensación de haber cumplido arbitrariamente con su deber, y la seguridad de que nadie le dirá mañana lo que le ha dicho hoy Vettel, lo que nos pone en que a lo peor ni piensa en jubilarse cuando acabe su contrato.

Si esto no merece un premio, ¿qué lo merece?

Os leo.