El problema de las profecías autocumplidas es que se cumplen; si no fuese así, se llamarían autoengaños, como se ha hecho toda la vida. El 80% de los libros de autoayuda que hay en el mercado consisten en generar autoengaños con inercia positiva y la esperanza puesta en que algún día se hagan realidad. El 20% restante... bueno, siempre servirán para calzar alguna mesa o un mueble cojo.
Y en esto estamos. Se palpa un pesimismo creciente alrededor de Williams que, honestamente pienso, no se corresponde con la realidad porque tiene demasiado que ver con nuestra percepción de lo que sucede en Grove, y concretamente con la importancia que ha dado la afición a la figura de Toto Wolff.
Marido de la tercer piloto, vinculado a Valtteri Bottas, inversor y medio colega, contacto principal con el proveedor de Stuttgart, el jefe de Brackley parecía una pieza indispensable en el florecer de la británica con la nueva normativa.
Sin discutir este aspecto pues es indudable que alguna relevancia ha tenido en todo ello el expiloto austriaco, lo cierto es que la renuncia de Susie en 2015 para continuar en 2016, que Didier Coton sugiriese que Valtteri podía recalar en Ferrari y que Wolff empezaba a vender sus acciones en Williams (terminaba de hacerlo en marzo de este año), nos ha llevado a pensar esta temporada que la de sir Frank comenzaba a parecer una sombra de sí misma...
Marido de la tercer piloto, vinculado a Valtteri Bottas, inversor y medio colega, contacto principal con el proveedor de Stuttgart, el jefe de Brackley parecía una pieza indispensable en el florecer de la británica con la nueva normativa.
Sin discutir este aspecto pues es indudable que alguna relevancia ha tenido en todo ello el expiloto austriaco, lo cierto es que la renuncia de Susie en 2015 para continuar en 2016, que Didier Coton sugiriese que Valtteri podía recalar en Ferrari y que Wolff empezaba a vender sus acciones en Williams (terminaba de hacerlo en marzo de este año), nos ha llevado a pensar esta temporada que la de sir Frank comenzaba a parecer una sombra de sí misma...
Pero bajo mi humilde punto de vista, lo cierto es que el autoengaño no tiene pies ni cabeza, pues la escudería que dirige Claire Williams se mantiene dentro de los márgenes a que nos tiene acostumbrados de 2014 a esta parte. Y me explico:
Hace dos años y a la salida del Gran Premio de Mónaco, Grove acumulaba 52 puntos y tenía por delante a Force India, Ferrari, Red Bull y Mercedes AMG. Tras la sexta carrera del calendario 2015, Williams sumaba 81 puntos pero iba tercera en el Mundial, Force India y Red Bull iban detrás. En 2016 y en las mismas condiciones de valoración, la británica va cuarta con 66 pero con Milton Keynes en la tercera plaza y rebañando puntos a diestra y siniestra.
A tenor de lo expuesto, podemos aceptar que la británica va peor que en 2015 pero mucho mejor que en 2014, y por ello creo que puede resultar evidente que el papel de Williams se subordina demasiado a cómo se desenvuelve su entorno inmediato. En este sentido, las sensaciones que ofrece al aficionado en la actualidad dependen mucho de si hay presencia o no de otras escuderías en la cabeza de la montonera, su territorio natural, si se puede llamar así. Por delante siempre están Maranello y Brackley, eso no cambia.
Pero como decía hace dos párrafos, este año está Red Bull y mostrando, además, una pujanza que no se puede desdeñar, lo que me lleva a pensar que Grove sigue haciendo lo que ha hecho siempre desde que está en manos de Claire: aprovechar las oportunidades en la medida de sus posibilidades.
Bien, por no enredarnos. Williams navega cómoda en la cuarta posición de este Mundial. El grupo de cabeza queda demasiado lejos y embarcado en una guerra en la que Grove ni puede ni quiere intervenir por la cuenta que la trae. Por detrás viene Force India, pero como mencionaba hace unas horas, la de Silverstone está relativamente lejos y no hay razones para pensar que la situación cambie en el corto plazo.
Felipe Massa y Valtteri Bottas son perfectamente capaces de controlar este escenario durante el verano y más allá si hiciera falta, incluso sobre un FW38 que aparentemente ha sido sacrificado para comenzar a centrarse en el proyecto de la temporada que viene.
No nos engañemos, no hay profecía autocumplida que valga, es el estilo de la hija de Frank: cautela extrema.
Si no se puede, no se pelea, como sucedió en 2012 y 2013. La marca, su viabilidad y sostenibilidad, ante todo. Y si llega McLaren para disputarnos la más que segura cuarta plaza de esta sesión, ya veremos qué sucede durante el otoño, qué se saca Pat Symonds de la manga y cómo responde entonces el equipo.
Os leo.
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