martes, 19 de abril de 2016

El torpedo de Ufá


Más allá de que en la antesala del podio Sebastian Vettel recriminara a Daniil Kvyat que venía como un torpedo en la curva 1 del primer giro al Gran Premio de China, cosa enteramente cierta, el asunto del alias encontrado como quien dice a la vuelta de cualquier esquina tiene su miga, y todos los ingredientes para quedar grabado en la historia de nuestro deporte.

La cosa ha dado para memes en las redes sociales y por supuesto, para chistes más o menos acertados; incluso para emular a Chiquito de la Calzada: ¡eres un fistro de tooorpedor, jorl!

Ante el calentón de tetracampeón del mundo, la cara del ruso resultaba todo un poema. No se sabía muy bien si no daba crédito a las tonterías que estaba escuchando, si era supina su perplejidad ante la catarata de chorradas que vertía el serio Sebastian, o si estaba poseído por esa alegría temblona y floja e infantil que embarga a quien encuentra un billete de 500 Euros que ni recordaba que había perdido, una foto que se echa en falta para certificar determinado recuerdo, un poema escrito en una noche de amor fugaz pero irremplazable, quién sabe si la llave de un tesoro.

Simbad habita entre nosotros. La aventura nos debe una y siempre paga. Daniil disputaba una carrera pero se encontraba con un sobrenombre como Flying Jim se topó con el suyo, por pura casualidad, la misma que bautizó Kaiser a Michael Schumacher o Iceman a Kimi Raikkonen.

Esto de los apodos tiene su tela. A Fernando Alonso lo llamaron Spaniard Hidalgo durante 2007 y 2008, pero como es de sobra conocido, el asunto se quedó en que sólo servía para rellenar empastes en la Pérfida Albión. Vamos, que no cuajó.

Vettel no tiene mote reconocido a pesar de haber ganado cuatro campeonatos consecutivos, por ejemplo. A Nico le llaman Britney, pero sólo ha prendido en España. A Lewis le llamé El Llavero durante una temporada pero tuve tan mala fortuna como los british con lo de Hidalgo Español... El mote es un arte, coño, y cuando se acierta, aunque sea de rondón, como es el caso que nos ocupa, hay que plegarse a las evidencias... El Torpedo de Ufá suena de puta madre, tanto que en manos de un mánager medianito, puede ofrecer grandes réditos.

—Hola, soy Vyacheslav Kvyat, padre del Torpedo de Ufá, el piloto que asustó a Sebastian Vettel.

¿Qué patrocinador podría rechazar esa llamada?

Daniil es de ese tipo de pilotos que siempre parecen necesitar un empujoncito. Como buen eslavo nos resulta feo, y si además es desgarbado y tiene largos los miembros y los dedos de las manos, como que tira un poquito para atrás por mucho que chapurree el español o baile con Ricciardo en Austin. Me lo presentó Gring —para esto también sirve este blog—. No me hacía fú ni fá, aunque a partir de ese momento confieso que le he tomado incluso cariño.

Pero a lo que vamos. Un individuo que parece del montón, cuyo asiento en Red Bull pende de un hilo porque Max Verstappen viene apretando —que apriete Carlos no es relevante, ya me entendéis—, y tiene los santos cojonazos de recordarle a todo un Sebastian Vettel que esto son carreras, me gana como sospecho que os ha ganado a muchos de vosotros.

Y se relanza en su carrera, que es lo que llevamos entre manos, porque las oportunidades se miden en milímetros cúbicos de suerte y Kvyat cogió por los cuernos la porción que le correspondía el pasado domingo.

¡Sí, sí, lo que tú digas, pero yo soy El torpedo de Ufá y te he metido el miedo en el cuerpo por hacer lo que tiene que hacer un buen piloto: ver la oportunidad y saber aprovecharla!

Os leo.

3 comentarios:

  1. Comentaban, y es verdad, que el mayor fracaso periodistico en la etapa de Lobato en la F1 ha sido no ser capaz de encontrar un mote a Alonso.

    El mote es un arte, y efectivamente, el buen mote te encuentra a ti. Yo recuerdo el colegio, jugando un partido de futbol y gritar el entrenador a uno "corre a por el balon que no estas paralitico" y quedarse el chaval como el "para" para toda la vida. De parecida manera ganaron sus motes el tacaño, el chacal, el yemadegüevo o el calvo (que tenia pelo).

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  2. Hay que ver lo que escuece Vettel...

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  3. Que ya tiene mote. Es el Samurai de la F1. Prácticamente el único que respeta un código. Viperino, lo sabemos todos, pero legal como ninguno.

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