Honestamente os lo digo: no sé por qué os alteráis tanto cuando sale alguna noticia sobre la posible, irremediable, recomendable o deseada retirada de Fernando Alonso, cuando las mismas fuentes callan como rameras al respecto de qué coño hace mi Felipe conduciendo para una escudería que sin su prensencia, ganaría muchísimo más punch del que tiene ahora mismo.
Yo a Felipe le quiero, bien lo sabéis, pero eso no me ciega. Hace años que el brasileño sobra en la parrilla. Tras su desmesurado y prolongado pasapalabra en Ferrari, el volante en Grove pareció servirle de revulsivo, aunque dos temporadas después (tres con ésta, que se dice pronto), el paulista parece cualquier cosa menos un piloto motivado.
No he podido charlar con Johnny Herbert para saber qué opina al respecto, aunque lo imagino por mucho que lo calle. Felipe es interesante al negocio porque Brasil es uno de los mercados más golosos para los motoristas de la parrilla, y debido a que Nasr no parece despuntar como se aventuraba en su estreno, Massa se queda y no se hable más.
El sobrino de Senna también nos resultó un bluf, un sobrevalorado, que se dice ahora, y puesto que mi Felipe no encuentra recambio ni natural ni artificial, la duda que me asalta es si Brasil vale tanto en la Fórmula 1 como para hacer de tapón a tantas y tan buenas promesas a las que Fernando, Jenson o Kimi, impiden acceder a un asiento.
Tampoco es que me martirice este pensamiento, mucho menos me quita el sueño, entendámonos. El español, el británico y el finlandés suman cuatro títulos mundiales y Massa... bueno, estuvo a punto de obtener el suyo en 2008, hace nada más y nada menos que siete temporadas...
Por todo esto y porque aquí, en la F1, vales lo que tu última carrera, creo que existe una evidente ceguera selectiva o un palpable doble rasero en esto de que la corriente british y sus mamporreros españoles, nos indiquen quién sobra en el grid pero siempre se olviden de Felipe Massa.
Voy más lejos: entiendo el calado del asunto, cómo no iba a hacerlo. Los perros siempre sirven a sus amos y ya sabemos quién manda en Fórmula 1 y qué intereses imperan en el paddock y en los medios de comunicación. Así que no me he alterado lo más mínimo ni este fin de semana con lo ocurrido entre Herbert y Alonso, ni con las noticias que han ido surgiendo hoy acerca de la posible retirada del Nano.
Cuando tenga que ser, será, y no hay más vueltas que darle.
Por cierto, también adoro a los perros, no os creáis, y como comentaba hace unas horas en la entrada sobre Vandoorne, creo sinceramente que hay demasiada tela que cortar antes de ponerse a hablar de qué piloto debe jubilarse para dejar su habitáculo libre. Massa es ramploncete para los estándares de nuestro deporte, pero si con él amarramos a Brasil y Mercedes-Benz, Ferrari, Honda y Renault están contentas, pues oye, hasta que Felipe decida colgar los guantes...
Os leo.
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