Williams nos sorprendió el domingo pasado y nos llevó en volandas a aquel territorio donde carerra sí y carrera también, Pat Symonds naufragaba en sus propuestas de estrategia para Renault.
Publiqué entonces No tiene quien le escriba. Iba sobre el ingeniero británico y era una texto que trataba en el fondo, sobre la enorme dificultad que tienen las escuderías en eso de acertar en las decisiones que afectan a sus pilotos cuando la meteorología anda por medio.
Que Pat milite ahora en Williams parece una pequeña broma del destino. No lo es tanto que lo que hizo Grove con Valtteri Bottas en el Gran Premio de los USA, pueda pasar a los anales de lo nuestro como una de esas situaciones chuscas que siempre encontrarán hueco en la memoria de los aficionados, y todo porque había tres tipos de compuestos para utilizar durante la prueba, y a la hora de elegir cartas, Williams (también Sauber) no supieron hacerlo adecuadamente.
Parece una tontería, pero con dos alternativas —duros y blandos, que diría Antonio Lobato—, las probabilidades de acertar son siempre del 50% mientras que con tres, se reducen al 33,3% y ahí es donde se abre un campo de posibilidades que es lo que realmente me atrae de toda esta historia, ya que mientras la Fórmula 1 busca mejorar el espectáculo tirando de ideas más o menos barrocas —soy contrario a la vuelta de los repostajes—, visto lo visto en Austin, bastaría para complicar la vida a los ingenieros encargados de las estrategias, que en cada cita del calendario, en vez de contar con dos tipos de compuestos diferentes se abriera la mano y se permitieran tres.
La FIA y los equipos no son muy dados a reparar los desperfectos con soluciones sencillas, prefieren tirar los muebles que supuestamente no sirven y comprar nuevos. Pero repito lo que decía el lunes: uno de los ingredientes que hicieron de la carrera en el COTA una de las más interesantes de la temporada, si no la que más, fue que las primeras vueltas se completaron con intermedios y posteriormente se hizo necesario sustituirlos por los dos tipos de gomas elegidos por Pirelli...
Me dicen que sería caro y engorroso, logísticamente hablando, llevar más ruedas de seco a cada trazado, aunque juraría que lo realmente oneroso y arriesgado, es continuar con un formato que está llevando a que las gradas, las televisiones y pantallas de ordenador, se estén quedando medio vacías o vacías por entero.
Os leo.
Que Pat milite ahora en Williams parece una pequeña broma del destino. No lo es tanto que lo que hizo Grove con Valtteri Bottas en el Gran Premio de los USA, pueda pasar a los anales de lo nuestro como una de esas situaciones chuscas que siempre encontrarán hueco en la memoria de los aficionados, y todo porque había tres tipos de compuestos para utilizar durante la prueba, y a la hora de elegir cartas, Williams (también Sauber) no supieron hacerlo adecuadamente.
Parece una tontería, pero con dos alternativas —duros y blandos, que diría Antonio Lobato—, las probabilidades de acertar son siempre del 50% mientras que con tres, se reducen al 33,3% y ahí es donde se abre un campo de posibilidades que es lo que realmente me atrae de toda esta historia, ya que mientras la Fórmula 1 busca mejorar el espectáculo tirando de ideas más o menos barrocas —soy contrario a la vuelta de los repostajes—, visto lo visto en Austin, bastaría para complicar la vida a los ingenieros encargados de las estrategias, que en cada cita del calendario, en vez de contar con dos tipos de compuestos diferentes se abriera la mano y se permitieran tres.
La FIA y los equipos no son muy dados a reparar los desperfectos con soluciones sencillas, prefieren tirar los muebles que supuestamente no sirven y comprar nuevos. Pero repito lo que decía el lunes: uno de los ingredientes que hicieron de la carrera en el COTA una de las más interesantes de la temporada, si no la que más, fue que las primeras vueltas se completaron con intermedios y posteriormente se hizo necesario sustituirlos por los dos tipos de gomas elegidos por Pirelli...
Me dicen que sería caro y engorroso, logísticamente hablando, llevar más ruedas de seco a cada trazado, aunque juraría que lo realmente oneroso y arriesgado, es continuar con un formato que está llevando a que las gradas, las televisiones y pantallas de ordenador, se estén quedando medio vacías o vacías por entero.
Os leo.
Y si a la complicación que supone elegir entre distintas opciones, cuanto más opciones, más complicación, añadimos la supresión de la radio y cualquier comunicación con el muro excepto la pizarra en la recta, y en consecuencia reducimos el número de ingenieros que analizan todos los parámetros en carrera para teledirigir al piloto, sorteamos los neumáticos para que no vengan asignados de fábrica y permitimos que los motoristas evolucionen su motor hasta llegar a su límite y eliminamos el DRS para volver a ver batallas alucinantes en el lance más complicado en el pilotaje, las frenadas, tendríamos una F1 digna de ser vista sin sentir un tufo a competición adulterada y artificial, una F1 de verdad, no esta pressing catch F1 que nos ha tocado sufrir.
ResponderEliminarSaludos!!
Buenos días, Gring ;)
ResponderEliminarEs curioso, y mira que llevamos años charlando juntos, que sigamos añorando la coño libertad. Sería el mejor camino, pero Bernie y su tropa la tienen auténtico pánico.
Controlar hasta el último suspiro de los integrantes del Circo... una birria :P
Un abrazote ;)
Jose