El Gran Premio de Europa 2016

No salimos de un Bernie que nos metemos en otro y de suyo, no me queda otra que multiplicarme para dar abasto con todo el material que me anima a escribir sobre Fórmula 1, su entorno y sus cosillas.

No soy un tipo fácil. Mirad esta entrada por ejemplo: comienza con dos negaciones en sus dos primeros párrafos y así, dice el catecismo de los blogueros, no hay quien levante un texto. Pero es temprano —en mi vida siempre es temprano hasta que resulta demasiado tarde— y todo es posible, y además, qué demontres, prefiero coger el toro por los cuernos ahora que Gorliz despierta, que dejar para luego eso de continuar hablando del patrón, del individuo al que Putin, el otro día, quiso evitarle un resfriado mandando que le trajeran la chaqueta y se la pusieran sobre los hombros.

El zar de todas las rusias cuida del emperador de la Fórmula 1 y éste le devuelve el favor mientras se deja querer, afirmando que mientras él viva, siempre se celebrará una carrera del Mundial en Sochi. 

De aquí que la anécdota de la chaqueta cobre una relevancia insospechada, porque nos viene a demostrar que mi abuela llevaba razón cuando decía que Dios los cría y ellos se juntan. 

Vladímir sueña con que le den el Premio Nobel de la Paz, como a Obama, y mientras espera tan alta distinción, se promueve entre el gentío tirando de campechanismo y de un deporte que es sinónimo de poder y glamour, codeándose con el jefe de todo ante las cámaras, a la espera de que éste viva muchos años para que le dé tiempo a cumplir su promesa. Y Bernie igual, que no todo va a ser huir de las legislaciones occidentales...

¡Cuánto poder junto en una grada. Cuánta política alrededor del coño gesto de la chaqueta de marras!

En fin, que me distraigo. Bernie piensa en todo y no le gusta que nadie le toque las avellanas, y si está percibiendo que de un tiempo a esta parte la tropa pone ojitos a la Resistencia y concretamente a Le Mans, va y mata tres pájaros de un tiro colocando el Gran Premio de Europa el mismo fin de semana en que se celebran las 24 Horas.

Por un lado, Ecclestone evita cualquier tipo de comparaciones de su juguete con un espectáculo de los buenos, como es la mítica prueba gala. Muerto el perro, se acabó la rabia y tal. Ya sabéis.

Por otro, cierra el paso a las posibles deserciones en la parrilla, aunque sean momentáneas, con la vista puesta mayormente en las pellas que podrían hacer Fernando Alonso y Nico Hulkenberg, of course! Ya lo comenté cuando defendí aquí mismo que el alemán no era tan tonto renovando por Force India [Nico en tierra de Oz]. Había que cruzar los dedos pero se ve que no bastaba con eso.

Y por último, Bernie nos recuerda con todo esto quién manda y cómo se maneja el negocio. Azerbayán no es Europa aunque al británico no le importe o no lo sepa, que también podría ser. Pero Bakú será la sede donde se celebrará el Gran Premio de Europa 2016 solapándose con las 24 Horas de Le Mans. El impacto mediático está casi asegurado.

No, no soy un tipo fácil. Miradme, los lunes parece incluso que gozo de mucho sentido del humor cuando intervengo en SafetyCast, y tan solo dos días después, ya estoy desayunando mi brebaje de leche agria y vinagre.

Os leo.