Pedir a estas alturas de la película que alguien me entienda es poco menos que clamar en el desierto. Nos han contado la historia ésa de que para ser tifoso pata negra hay que tragar con lo que te echen, que hay demasiados que diciendo entender que La Scuderia está por encima de los hombres que la integran, no saben salir del catecismo que asimila una cultura legendaria a un nombre que al parecer estaba por encima de todos los nombres, incluso el de Ferrari: Michael Shumacher, y que por falta de alimento, ve ahora en Sebastian Vettel su réplica más exacta.
He odiado al Kaiser y aquí mismo lo he confesado, y también os he dicho que lo descubrí mucho después de sus éxitos desde el rencor más enconado.
Admiro al de Kerpen desde el lado oscuro de la vida, dejémoslo ahí. Tuvo los santos cojones de ser el tipo más guarro que he visto, pero también los tuvo para ceder su protagonismo robado a mi Rubinho en Austria 2002, a pesar de de que esa bicha que hoy dirige la FIA, mostrara su cobardía más arraigada obligando al brasileño a ceder a su compañero, una victoria perfectamente trabajada que tenía en el bolsillo.
Los números nos dicen que Schumacher ganó aquella carrera, pero somos adultos y todos sabemos lo que pasó. Incluso Michael y Todt lo saben, que es lo que importa.
No somos idiotas aunque nos traten como tales. Hay quien necesita caciques que expliquen su mundo aunque ya os indico que a mí, me sobran este tipo de figuras.
Así que yo, hijo de Julián y Matilde, padre de Josu y conquistador del reino de Dinamarca, os digo que esta cosa hueca que manejan a su antojo Marchionne, Arrivabene y el Bernie que ha sido capaz de haber respondido así a esta entrevista de SpeedWeek, no forma parte de mi universo, ni de esa cultura que me ha hecho crecer a la sombra de una Ferrari que jamás se habría sentido satisfecha con ser una segundona a la espera de que el maestro de marionetas decida que ha llegado el momento de que sea primera.
Me consta que Il Commendatore habría vomitado al leerla, y puesto que él no está entre nosotros, me arrogo unilateralmente el derecho a resarcir su memoria tal día que hoy, 8 de septiembre de 2015.
¡Forza, Ferrari. Forza!
Grande Michael por siempre!!!
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