Hay un cierto encanto en ver esto de los coches de colorines desde la barrera, con el corazón sobrecogido porque dos y dos rara vez dan cuatro.
Hace unos días mencionaba de pasada, que supone un indigesto sindiós que Bernie solucione el contrato de proveedor único de compuestos para la F1 a partir de 2017, reunido a solas con Pirelli y Michelin, dejando en el tintero que Christian Horner, vocal de la escudería que más sapos y culebras ha vertido sobre el actual reglamento, no consideraba pertinente la figura de un asesor externo a la hora de parir normativas...
Elijo el tema de las entradas que escribo según asoman las noticias, y hay momentos en que piensas que con eso basta, pero luego viene Arrivabene y relata un escenario autocrítico en Ferrari que da la razón a ese hombre que todo el mundo sabe que no corría para La Scuderia, y aparece Lauda babeando por la MotoGP tras su estancia en Brno, afirmando de paso que el mundo de las dos ruedas es mucho más espectacular que la Fórmula 1.
Y renueva Kimi entre carantoñas, y a la gente se le olvida que el finlandés fue llamado por Montezemolo para poner en apuros a su compañero asturiano, lo que sirvió de detonante a una de las etapas más convulsas que ha vivido la rossa en los últimos tiempos. Y sólo soy capaz de coger con la mano un par de ideas ¡loco!
Y cuando creo que todo está perdido, cuando el Gran Premio de Bélgica ha abierto sus puertas y yo estoy con estos pelos, resulta que la mayor parte de la parrilla se encuentra en un sí es no es con eso de que se han acabado las ayudas por radio en la arrancada, cuando ha sido precisamente la plana mayor de la parrilla la que admitió a trámite el asunto, dando el parabién a la FIA, obviamente.
Bien es verdad que lo de don Maurizio, Kimi y Lauda, se ajusta como guante de gamuza al Star Wars canon de Disney, como la respuesta de Red Bull ante la posibilidad de que alguien ajeno al invento meta mano en el cocido, idea que sea dicho de paso, coincide milímetro a milímetro con la postura federativa y se presupone que también con la de Ecclestone. Y mal que nos pese, lo de la bruja de Blancanieves que os contaba hace un par de párrafos y lo de las arrancadas de hace nada, of course!; vamos, que del primero al último participante conviene en que será lo que dios quiera en una cosa tan importante como los compuestos y las salidas, y así, gira, gira carrusel, que cantaba Ana Belén.
Hace unos días mencionaba de pasada, que supone un indigesto sindiós que Bernie solucione el contrato de proveedor único de compuestos para la F1 a partir de 2017, reunido a solas con Pirelli y Michelin, dejando en el tintero que Christian Horner, vocal de la escudería que más sapos y culebras ha vertido sobre el actual reglamento, no consideraba pertinente la figura de un asesor externo a la hora de parir normativas...
Elijo el tema de las entradas que escribo según asoman las noticias, y hay momentos en que piensas que con eso basta, pero luego viene Arrivabene y relata un escenario autocrítico en Ferrari que da la razón a ese hombre que todo el mundo sabe que no corría para La Scuderia, y aparece Lauda babeando por la MotoGP tras su estancia en Brno, afirmando de paso que el mundo de las dos ruedas es mucho más espectacular que la Fórmula 1.
Y renueva Kimi entre carantoñas, y a la gente se le olvida que el finlandés fue llamado por Montezemolo para poner en apuros a su compañero asturiano, lo que sirvió de detonante a una de las etapas más convulsas que ha vivido la rossa en los últimos tiempos. Y sólo soy capaz de coger con la mano un par de ideas ¡loco!
Y cuando creo que todo está perdido, cuando el Gran Premio de Bélgica ha abierto sus puertas y yo estoy con estos pelos, resulta que la mayor parte de la parrilla se encuentra en un sí es no es con eso de que se han acabado las ayudas por radio en la arrancada, cuando ha sido precisamente la plana mayor de la parrilla la que admitió a trámite el asunto, dando el parabién a la FIA, obviamente.
Bien es verdad que lo de don Maurizio, Kimi y Lauda, se ajusta como guante de gamuza al Star Wars canon de Disney, como la respuesta de Red Bull ante la posibilidad de que alguien ajeno al invento meta mano en el cocido, idea que sea dicho de paso, coincide milímetro a milímetro con la postura federativa y se presupone que también con la de Ecclestone. Y mal que nos pese, lo de la bruja de Blancanieves que os contaba hace un par de párrafos y lo de las arrancadas de hace nada, of course!; vamos, que del primero al último participante conviene en que será lo que dios quiera en una cosa tan importante como los compuestos y las salidas, y así, gira, gira carrusel, que cantaba Ana Belén.
Pero tanta endogamia y autocomplacencia estaría bien si a la hora del reparto, asumiera su responsabilidad el capitán de donde manda capitán no manda marinero, en vez de pasársela al respetable que no ha pinchado ni cortado en el proceso, como es costumbre.
Y es cuando pienso que lo tengo de nuevo, que surgen entonces las voces de doc Hartstein recordándonos que siempre hay responsables, también allí, en Suzuka 2014, y del indio bueno Maldonado, cuando desvela que estos coches no están preparados para salir así.
Y con el recuerdo de Jules todavía tibio, recalo en aquel tremendo accidente en que murió Riccardo Paletti porque el coche de Didier Pironi se caló en la primera línea de salida y él venía desde la última en el instante en que el semáforo se puso en verde. Ciego por los demás vehículos, aumentando marchas, velocidad e inercia, concentrado, soñando con tomar bien la primera curva con su Osella, ajeno en todo caso a que existía sobre la pista un muro de hormigón rojo a cuyos pies acabaría dejando la vida.
Y es entonces cuando cruzo los dedos y pregunto tímidamente: ¿quién fregará los platos?
Os leo.
Efectivamente, Jose. Y enlaza con la entrada anterior: nos deslumbran los fuegos de artificio y nos pasa por encima el "Africa Corps". Creo que lo dije alguna vez: ¿son galgos o podencos?... Y así nos va.
ResponderEliminarUn saludo a Jose y a todos,
ABB