Nos acercamos a Spa a velocidad de crucero y es hora de hacer repasos y análisis, siquiera por demostrar que sabemos de lo que hablamos.
Cuando sufrimos etapas como la que nos asuela en estos momentos, el personal suele ponerse rancio. No es malo en sí. Hay que alimentar los portales de información y ante la evidente carencia de material fungible, lo propio pasa por hablar de historia, aerodinámica o unidades de potencia para salir del paso, porque estos tres decorados quedan lo suficientemente alejados del gran público como para que quien los esgrime, saque pecho y se barnice de una cierta aureola de exclusividad que lamentablemente, rara vez se corresponde con la realidad.
Ya digo que no es malo. Yo mismo he profesado esta religión y sería tonto por mi parte tirar piedras sobre el que fuera mi tejado, aunque en mi descargo debo decir que cuando me atreví a desvelar secretos inconfesables, lo más que conseguí fue que me mandaran a pintar neumáticos.
Los que estáis a mi lado desde hace años sabéis de lo que hablo. Estuvo fetén, fue divertido, pero hace tiempo comprendí que mi actitud no llevaba a ninguna parte, buena, se entiende. Está bien visto que los de ciencias se adornen con filias artísticas, que un ingeniero pinte o que un científico escriba o haga música, o pase por ser un melómano, por ejemplo, pero la peña lleva fatal que un tipo de letras se atreva a meterse en campo aparentemente vedado, ya me entendéis, así que ni por todo el oro del mundo se os ocurra cometer el pecado que cometí yo... Dejadlo estar, es más productivo.
Dicho lo cual, os animo a que discriminéis lo que os rodea.
Ayer conocíamos que Sauber estrenará en Bélgica las novedades que implementó Ferrari en su motor de Canadá y funcionaron en aquella carrera, en la de Austria, en la de Silverstone y en la de Hungría y ya os hago yo la cuenta: la suiza ha competido un 20% de la temporada sin las mismas armas que el hermano mayor.
Ahora, repasad todo lo que se ha dicho desde junio sobre el C34 de Hinwil, sobre lo quejica que ha podido resultar Monisha, sobre lo malos o buenos que han podido parecer Felipe Nasr y Marcus Ericsson en pista, y entended en qué mundo nos movemos. Y sobre todo, el año que viene, cuando alguien quiera venderos alguna milonga empaquetada en papel de regalo, atended a que sin suficiente motor la aerodinámica es difícil que funcione, y que en este escenario, las gomas suelen sufrir más de lo aconsejable y los pilotos pueden parecer peores de lo que son.
Si eso, atinad a ver que la Fórmula 1 actual está pensada para los grandes fabricantes, y que esa puede ser una buena razón para que Renault haya decidido dar luz verde a su propio equipo, y para que McLaren siga sufriendo lo indecible con tal de no ser cola de león.
Y ya puestos, buscad a esa gente buena que sigue compartiendo sus conocimientos sin esperar nada a cambio. Existen, yo los leo cada día.
Os leo.
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