Celebro que existan gurúes que habiendo apostado porque la Fórmula 1 siempre ha sido así y así hay que entenderla, hayan decidido inclinarse por explorar el aspecto crítico de la cosa, hasta el punto de que nadie diría en la actualidad, que cuando hacía falta señalar con el dedo no estuvieron allí, fuera de la trinchera, jugándose el crédito, los lectores y seguidores. A pecho descubierto y pistola en mano, como en las películas.
Asistí a aquellos episodios nacionales que nadie parece querer recordar ahora. Bernie sabía lo que hacía, era y es imprescindible porque esto es un negocio y no una ONG. La reducción de costes y la figura del proveedor único de neumáticos, fueron ideas totalmente necesarias porque si no, la desigualdad podría imperar en la parrilla. El DRS fue aplaudido como positivo para el espectáculo. La radio, las estrategias... todo era bueno en aquel séptimo día, ya que salvo por algunos matices, la labor de equipo siempre ha estado por encima de la del conductor en Fórmula 1, desde tiempo inmemorial, y eso es así y tal...
Obviamente, quienes se expusieron entonces a perder crédito, lectores y seguidores, fuimos los pocos que nos atrevimos a decir que nos estábamos metiendo en una ratonera.
Basta situar nuestro dial en 2009 o 2010 sobre cualquier blog o portal, o tirar de hemeroteca, para comprobar que mayoritariamente, la culpa ha sido de los pilotos porque a ver, ¿de quién iba a ser si no? Son unos tipos que cobran un pastizal, que viven como princesas pero se quejan de todo porque para bravos los de antes, y con dos cojones ahí.
Obviamente, quienes se expusieron entonces a perder crédito, lectores y seguidores, fuimos los pocos que nos atrevimos a decir que nos estábamos metiendo en una ratonera.
Basta situar nuestro dial en 2009 o 2010 sobre cualquier blog o portal, o tirar de hemeroteca, para comprobar que mayoritariamente, la culpa ha sido de los pilotos porque a ver, ¿de quién iba a ser si no? Son unos tipos que cobran un pastizal, que viven como princesas pero se quejan de todo porque para bravos los de antes, y con dos cojones ahí.
El reglamento les castiga por adelantar o por intentarlo, poniendo en riesgo su propio vehículo y el de sus rivales. Dirección de carrera les amonesta —a ver si terminamos con la moñada de «reprimenda»—, o les quita puntos en el carnet por cualquier pijada. No les dejan fumar, ni llevar el casco que les apetezca ni ser ellos mismos. Las escapatorias les permiten cometer errores de novato y reincorporarse después al asfalto para que el circo continúe. Los frenos no son lo que eran. Hay que tratarlos con mimo, y cuidadín con pasarse en eso de ir como un tiro, consumir gasofa o maltratar los delicados neumáticos. Y ojito también con el currelo que tienen gestionando el coche desde el habitáculo y atendiendo al ingeniero de pista, y haciendo caso a lo que indica la escudería, respondiendo en definitiva, como el perro de Paulov a cuantas señales reciben por radio.
Ahora de pie, ahora agachado, ahora sentado... ¡toma una galletita!
El piloto ha perdido peso específico en la competición y aquí lo hemos narrado mientras estaba sucediendo. Pero no importa, actualmente son una banda de yogurines de chichinabo a los cuales se ensalza por actitudes tan viriles como tratar adecuadamente a la prensa, llevarse bien con el compañero o regalar sonrisas a diestro y siniestro...
Ahora le ha tocado el turno a Valtteri Bottas, otro sobrevalorado que no tiene lo que hay que tener. Aunque obedece, cosa de agradecer con los tiempos que corren, donde si manda capitán no manda marinero pero si hay que repartir estopa, se le doma la espalda a este último, como se ha hecho siempre.
Y así vamos y así os lo cuento. Os leo.
Ahora le ha tocado el turno a Valtteri Bottas, otro sobrevalorado que no tiene lo que hay que tener. Aunque obedece, cosa de agradecer con los tiempos que corren, donde si manda capitán no manda marinero pero si hay que repartir estopa, se le doma la espalda a este último, como se ha hecho siempre.
Y así vamos y así os lo cuento. Os leo.
Buenas a todos:
ResponderEliminarHoy estoy "desatao" y voy a comentar también esta entrada en la que Jose nos brinda la posibilidad de poner el dedo sobre la llaga.
Que grandisima verdad... "yogurines de chichinabo" Orroe dixit.
Como se puede pensar que un chavalin como Verstapen, sea tan bueno como para pilotar los coches más avanzados del planeta (no me mires así Orroe que ya se que el WEC esta a la altura de la F1 o más...). Esto está desnaturalizado totalmente. Las limitaciones en cuanto a ruedas, frenos, consumos, y esa absoluta obsesión con ralentizar los coches, que cada vez les cueste más correr, me pone enfermo. Da libertad a los motoristas, fabricantes de chasis suspensiones y gomas, y limita la aerodinámica a un plano delante y uno detras, con unas medidas e inclinaciones reguladas, y listo. Ya tienes un campeonato en el que todos van a ser competitivos, mas o menos, porque todos van a poder buscar las soluciones de forma particular y ajustada a sus necesidad y conocimientos. Lo que tenemos ahora es un sindios de tecnología que no entienden ni los que la fabrican (ej: Honda, Renault, Ferrari) y que requiere del piloto más atención en cuanto a los prámetros de funcionamiento que el propio pilotaje del bólido. Cuando uno recuerda aquellas carreras en las que se adelantaba por rebufo y no por DRS se da cuenta de como hemos ido para atras. Hemos conseguido que tener un buen rebufo sea malo (flipante).
Un abrazo a todos y en especial a Jose, que cada vez me mola más cuando le escucho y leo... esa acidez, como un buen Txacoli y una buena sidrina, no la pierdas nunca.
Buenas a todos:
ResponderEliminarNo puedo entender y nunca lo entenderé còmo una persona puede perder crédito, lectores y/o seguidores por exponer una opinión diferente sobre un tema, sea de la índole que sea. Todos los días leo artículos o entradas con las que no estoy de acuerdo o estoy parcialmente en desacuerdo, pero de muchos de ellos (como Jose Tellaetxe) disfruto leyéndoles por su particular forma de expresarse escribiendo, algo que para mí es un valor importante y me asegura futuras lecturas.
En cuanto a los pilotos para mí no hay duda que han perdido peso en la competición. En mi humilde opinión los que gestionan este tinglado los han convertido en yogurines, aunque yo no le echaría la culpa a la tecnología sino a quienes deciden cómo usarla y establecen las reglas. Quizás a los que menean este cotarro, les interesa que tenga más peso la tecnología y los equipos que el piloto. No vaya a ser que pasen de meras herramientas a auténticos protagonistas, hagan piña y se les ocurra salirse del tiesto estropeándoles el negocio. Ya se sabe lo que ocurre cuando alguien intenta salirse del tiesto...ni más ni menos, que un tipo te señale con el dedo desde lo alto de una garita.
Saludos.
Yo después de ver la actuación de Bottas en este último GP de Gran Bretaña y como se desinfló con las condiciones de agua , no lo veo como piloto campeón del mundo,le faltan huevos veo más a los jovenzuelos desvergonzados de Toro Rosso que a él. El tiempo lo dirá.
ResponderEliminarMatices, gustos,... la verdad es que acaba de morir Jules por CULPA de tanto desalmado zopenco y avaricioso como hay dirigiendo este negocio.
ResponderEliminarLo siento por su familia.
Un saludo,
ABB
Habrán aprendido bien de la industria de la música. O de lo que queda de ella.
ResponderEliminarCon el advenimiento del mp3 y la muerte del soporte físico a manos de la piratería, había que reinventarse. La sangría de las legendarias bandas míticas hacia sus propios sellos, obligó a los Warners, Sonys y afines a cambiar el juego.
Compraron toda radio y los espacios de tv disponibles, e inventaron esto de los Triunfitos. Estrellitas descartables de usar y tirar. Fáciles de hinchar, muy baratos. Leales, e incondicionales. Cuestionablemente talentosos, para qué negarlo.
En los 40, escuchas uno bueno, otro mejor, un triunfito. Un talentoso, una portentosa, un friki de éstos. Y así. Porque calidad, es lo que nosotros te señalemos como tal. Y la masa sucumbe. Compra.
Que la gente se ha cansado? Pues a elevar al próximo descubrimiento. Que además, canta dos o tres de las de Sinatra. La biblia y el calefón.
Ni Hamilton es Senna, porque no tiene un Prost con quién medirse. Ni Vettel ha demostrado lo suficiente aún para ser considerado el segundo advenimiento del Kaiser. Y el Nano, pues... Ahí está, iniciando su propio sello con unos amiguetes.
Lo demás, cartón pintado.