Ha estado bien esto de disfrutar de las 24 Horas como hemos hecho estos últimos días, pero toca ir aterrizando, que diría aquél, porque se nos echa encima la octava prueba del Mundial y a lo peor se nos olvida qué clase de terreno pisamos.
Dicho lo cual, Vijay Mallya tiene que estar en estos momentos más feliz que unas pascuas y de él sí se podría decir, que anda todavía paseando por las nubes, y sin ganas de perderlas de vista, apostillo. A ver, es comprensible, Sahara Force India tiene en nómina a Checo Pérez el año en que el Gran Premio de México vuelve al calendario del Mundial, y a Nico Hulkenberg, flamante ganador de las 24 Horas de le Mans junto a Nick Tandy y Earl Bamber a bordo de un Porsche 919 Hybrid. Y todo esto, desengañémonos, significa pasta. Mucha pasta.
También podría significar que Bernie haya comenzado a poner ojitos de cordero degollado a la india, y muy posiblemente, que los revólveres de uno y otro bando hayan desistido de dispararse balas para que sus cañones alojen cravos portugueses, como aquellos que entonaban el Grândola, Vila Morena un lejano 25 de abril de 1974 —¡joder, qué tonto. Se me acaba de poner el vello de punta escuchando a Amélia Rodrigues interpretando la canción que compuso Afonso!—.
I want to believe! Quiero creer que hay espacio para las revoluciones pácificas entre guerras totalmente artificiales que nunca llevan a nada. Como esa que se ha desatado entre banderizos en Twitter, por gentes que jamás pensaron en llegar al poder y por quienes denostando durante años a la reina de la red de redes, abrevan hoy en ella libando despropósitos.
Es una pena. Como nación seríamos aún más grandes si entendiésemos de una puñetera vez que Twitter no nos refleja, como no lo hacen las diferencias impostadas. Que lo que nos devuelve el reflejo es el cansancio y hastío que nos produce seguir a pie juntillas los dictados de una institución que tiene a sus tres últimas cabezas visibles incursas en procesos legales a cuál de mayor calado, y los de un Gobernador del Banco Central Europeo que formó parte activa (vicepresidente en Europa) de Goldman Sachs, entidad acusada por los USA de fraude, por aquello de las hipotecas subprime...
No tenemos la suerte de contar con Sergio y Nico...
Tampoco la hemos disfrutado con Luis de Guindos como ministro de economía —don Luis, a quien Dios confunda, fue miembro del Consejo Asesor de Lehman Brothers a nivel europeo y su director en España y Portugal hasta su quiebra en 2008. Un lince perteneciente a una cultura que debería haberse extinguido, vamos—; ni mostrándonos incapaces de evitar que JP Morgan Chase, Citigroup, Barclays, Royal Bank of Scotland, Bank of America y la suiza UBS, hayan sido sancionadas hace nada (mayo pasado), por manipular el tipo de cambio de divisas. Ellos, que parecían tan serios...
Estamos en manos de una banda de trileros como Force India en las de Bernie, pero repito, no tenemos la fortuna de contar con un mexicano para encarar el Gran Premio de Mexico, ni de un Hulk que nos devuelva la alegría. Lo nuestro es negrura, avanzar a tientas, cruzar los dedos mientras sufrimos unas consecuencias que no nos corresponden. Somos Force India: ayer quejándose de todo y hoy, paseando entre las nubes por miedo a tocar suelo.
Que nadie nos borre la sonrisa. Os leo.
Dicho lo cual, Vijay Mallya tiene que estar en estos momentos más feliz que unas pascuas y de él sí se podría decir, que anda todavía paseando por las nubes, y sin ganas de perderlas de vista, apostillo. A ver, es comprensible, Sahara Force India tiene en nómina a Checo Pérez el año en que el Gran Premio de México vuelve al calendario del Mundial, y a Nico Hulkenberg, flamante ganador de las 24 Horas de le Mans junto a Nick Tandy y Earl Bamber a bordo de un Porsche 919 Hybrid. Y todo esto, desengañémonos, significa pasta. Mucha pasta.
También podría significar que Bernie haya comenzado a poner ojitos de cordero degollado a la india, y muy posiblemente, que los revólveres de uno y otro bando hayan desistido de dispararse balas para que sus cañones alojen cravos portugueses, como aquellos que entonaban el Grândola, Vila Morena un lejano 25 de abril de 1974 —¡joder, qué tonto. Se me acaba de poner el vello de punta escuchando a Amélia Rodrigues interpretando la canción que compuso Afonso!—.
I want to believe! Quiero creer que hay espacio para las revoluciones pácificas entre guerras totalmente artificiales que nunca llevan a nada. Como esa que se ha desatado entre banderizos en Twitter, por gentes que jamás pensaron en llegar al poder y por quienes denostando durante años a la reina de la red de redes, abrevan hoy en ella libando despropósitos.
Es una pena. Como nación seríamos aún más grandes si entendiésemos de una puñetera vez que Twitter no nos refleja, como no lo hacen las diferencias impostadas. Que lo que nos devuelve el reflejo es el cansancio y hastío que nos produce seguir a pie juntillas los dictados de una institución que tiene a sus tres últimas cabezas visibles incursas en procesos legales a cuál de mayor calado, y los de un Gobernador del Banco Central Europeo que formó parte activa (vicepresidente en Europa) de Goldman Sachs, entidad acusada por los USA de fraude, por aquello de las hipotecas subprime...
No tenemos la suerte de contar con Sergio y Nico...
Tampoco la hemos disfrutado con Luis de Guindos como ministro de economía —don Luis, a quien Dios confunda, fue miembro del Consejo Asesor de Lehman Brothers a nivel europeo y su director en España y Portugal hasta su quiebra en 2008. Un lince perteneciente a una cultura que debería haberse extinguido, vamos—; ni mostrándonos incapaces de evitar que JP Morgan Chase, Citigroup, Barclays, Royal Bank of Scotland, Bank of America y la suiza UBS, hayan sido sancionadas hace nada (mayo pasado), por manipular el tipo de cambio de divisas. Ellos, que parecían tan serios...
Estamos en manos de una banda de trileros como Force India en las de Bernie, pero repito, no tenemos la fortuna de contar con un mexicano para encarar el Gran Premio de Mexico, ni de un Hulk que nos devuelva la alegría. Lo nuestro es negrura, avanzar a tientas, cruzar los dedos mientras sufrimos unas consecuencias que no nos corresponden. Somos Force India: ayer quejándose de todo y hoy, paseando entre las nubes por miedo a tocar suelo.
Que nadie nos borre la sonrisa. Os leo.
https://youtu.be/VWZuQ0g6Uoo
ResponderEliminar¡Saludote, campeón! #25TLM15