Two steps from hell

Remansan las aguas que se extrañaban el año pasado por estas fechas, de que hubiera por ahí quien echaba de menos una Fórmula 1 mejor porque la que nos estaban sirviendo, resultaba un perfecto truño. La mayoría de aquellos ha vuelto a los cuarteles de invierno porque afuera hace frío. La noche es oscura como boca de lobo, el enemigo acecha y el muro permanece helado...

Hoy me he reído por partida doble. Por un lado he localizado por azar una pirámide de Maslow que sitúa a los blogueros en su vértice superior y por otro, el periodista Will Buxton ha venido a certificar que Giorgio Piola jamás acertará a saber cuándo dejé de llevar pantalones cortos, salvo que lea mi libro.

En líneas generales la jornada no ha sido de las de quejarse, aunque haya originado momentos estelares como los aportados por alguno que a cuenta de la caída del Gran Premio de Alemania del calendario del Mundial, no ha tenido mejor ocurrencia que afirmar, que como la F1 es de Bernie, se la folla como le da la gana...

Pues no, colega. La explotación del negocio podrá ser suya y se la trajinará como le plazca, no voy a poner un pero a eso, pero el deporte es mío y de los muchos que persisitimos en defenderlo de gilipolleces como estas.

Y es que el capitalismo es más sencillo que el mecanismo de un chupete. Depende de la demanda y ahí, precisamente ahí, es donde nosotros, el vulgo que no calza todavía los setenta ni compra Rolex, tenemos agarrado por los pelendengues al Big Boss y si me apuras, a los acuñadores de frases como la que he mencionado arriba, quienes a poco que las lecturas de sus artículos flaqueen tanto así, verán lo radicalotes y capitalistas que se ponen los que les pagan por escribirlos.

Así que entendemos que hay que construir en vez de merendar Nocilla, o lo llevamos chungo.

De momento los alemanes han dicho basta y en el alero andan los italianos con su catedral Monza. En nada, la cuna de la Fórmula 1 será historia, pero no porque Bernie la pueda poner mirando a Cuenca cuando le dé la gana, sino porque Europa se ha posicionado frontalmente contra las triquiñuelas y tejemanejes de la bruja de Blancanieves y esta ya no interesa a éste como mercado.

Entre esto y que el banco Bayern LB y la justicia valenciana le están buscando las vueltas al tipo imprescindible, lo normal es lo que está sucediendo, no lo que cuentan los del revolcón entre las sábanas o en el suelo de la cocina.

Estamos a dos pasos del infierno. Pero como siempre, los gilipollas no moverán un dedo por evitarlo o denunciarlo con puntos y comas. Nos tocará a nosotros —los culpables de que todo vaya tan mal—, reclamar el mínimo respeto que se debe a una historia longeva que sobrevivirá lo que la echen encima, precisamente porque aquí seguimos.

Hubo una Fórmula 1 mejor, ¡nos ha jodido! Éramos una panda de inconscientes y ahora la echamos de menos. Pero hemos crecido a pesar de los abonados al porno y sabemos lo que queremos. Y también conocemos de sobra que tenemos a Bernie cogido por donde más duele. ¡Al tiempo!

Os leo.