Banzai!

Vale, sí, muchos imaginaban que la aparición de McLaren Honda en el Gran Premio de Australia iba a ser poco más o menos como la irrupción de los Zero sobre las inmediaciones de la base de Pearl Harbor en Hawai, poco después del amanecer y a pocos metros del suelo y tal. En plan apartaisus que voy, para que nos entendamos. Vale, sí, yo también he tenido sueños húmedos imaginando algo parecido...

Sí, desde luego. Ron Dennis nos cae a la mayoría como el culo, pero hay un tipo a estas horas que se está dejando lo que no tiene por llegar entero a Malasia. Da lo mismo si recibió una descarga o se le fue la pinza antes de perder el control de su coche en Montmeló. El golpazo contra las protecciones le hizo daño y se está tomando la molestia de ponerse al 100% porque cree en un proyecto que a día de hoy ofrece más sombras que luces. 

Jenson ha ido muy racanito en Melbourne y Kevin no ha podido hacer gran cosa porque seamos sinceros, estrenaba MP4/30 y no llevaba la L de novato en el alerón trasero, porque la FIA tiene menos sentido del humor del que imaginamos.

Pero hay otro tipo por ahí, Arai jauna, que sí lo tiene, quien al conocer que Honda solo dispone de 9 tokens para desarrollar su unidad de potencia durante 2015 cuando los demás han gastado al menos 20 en las evoluciones para este año, ha dicho (lo he leído así), que a la nipona le basta con 1, o lo que sería lo mismo: «meteros 8 por donde os quepan.»

Esto es muy de mi tierra, joder. Eso de ir con la cabeza bien alta cuando más llueve es muy de Bilbao o muy de Portugalete, que como sabéis, vale dos veces lo que ir de bilbaino por la vida. Pero es lo que hay colegas. Esto es deporte o así lo llaman, y escribir estas líneas mañana por la mañana, después de los terceros entrenamientos libres o con posterioridad a la calificación, no tendría ni la mitad de gracia que escribirlas ahora.

Además, si no lo hiciera ¿de qué iban a hablar mis detractores dentro de unas horas, o el domingo, o el lunes? Hace falta alimentar a la fiera, mirarla a los ojos y decirle que nada ni nadie te borrará la sonrisa, porque entiendes todo esto como una pasión que no atiende a razones, mientras haces el salto del ángel sin saber si hay agua o no en la piscina.

Se lo comentaba a mi hermano Julián pocas horas antes de que el muy ladrón me dejara como cabeza de familia y más solo que la una: «no es normal, pero con el tema de los tokens por medio, no me extrañaría que los japos estuvieran ocultando algo...»

Sí, obviamente. Mañana comenzaremos a salir de dudas y el domingo sabremos cuánto o cuán poco hemos acertado. ¿Pero y hoy?

Hoy el cuerpo me pide gritar Banzai!, para qué coño os lo voy a ocultar si no quiero.

Os leo.