Sami y las obsesiones de la FIA

Todo indica que el equipo Manor podría estar presente en el Gran Premio de Australia haciendo uso de los restos de Marussia, con lo cual, el último vestigio de aquello que se dio en llamar Fórmula 1 Low Cost, seguiría agonizando una temporada más.

No sé si es una mala o buena noticia. Haas F1 Team desembarcará en 2016 pero a decir verdad, es una historia diferente a aquella que protagonizaron en 2010 la Lotus de Fernandes, la Virgin de Brandson y la Hispania de Carabante, porque el deporte en la actualidad ni precisa de presupuestos reducidos ni busca en la economía de medios su salida más inmediata.

Tampoco vamos a mortificarnos pensando en qué ha sucedido porque en realidad, de 2010 a esta parte, la FIA y los equipos, y sobre todo Bernie, no han cejado un instante en demostrar con machacona insistencia que la Fórmula 1 Low Cost estaba muerta antes de echar a andar. Tanto es así, que ya desde su implementación en la parrilla, el modelo comenzó a sufrir los rigores de un deporte que a pesar de las apariencias solo parece tener sentido en la escalada de costes y la búsqueda de la exclusividad, escenario que conviene no olvidar, está poniendo en riesgo proyectos a priori más solventes, como Lotus, Force India, o la propia Sauber.

Sea como fuere, estamos a menos de un mes de que se estrene oficialmente el Campeonato Mundial 2015 con una serie de condicionantes que mal que queramos, persisten en seguir arriesgando el futuro de la Fórmula 1.

Pasando por alto que Manor muy bien podría ser incapaz de aguantar en pie toda la temporada, como ya ocurriera en 2014 con Caterham y Marussia, la parrilla de este año que abriremos en breve es de las más delicadas que recuerdo, si no la más frágil en sentido neto.

La penuria económica sigue dando aldabonazos en las puertas de Enstone, Hinwil y Silverstone mientras los revitalizados fantasmas de la unidad de potencia de Renault, sitúan en el alero los resultados de Toro Rosso y la propia Red Bull. Todo ello en un entorno marcado por la obsesión por encontrar un espectáculo que lo único que ha conseguido ha sido agudizar la sangría de espectadores de las gradas, las pantallas de ordenador y los televisores, y en general, tiznarlo todo de un profundo desencanto que ha calado entre los aficionados, que podría agudizar el cuadro clínico antes de que El Circo desembarque en Europa tras su paso por la llamada primera gira asiática, serie de pruebas que como hemos visto en otras ocasiones, tampoco es que suponga la octava maravilla ni un lugar común donde cupiera echar cohetes.

Sin duda la cosa está achuchada. Quizás demasiado. Y si bien es verdad que todavía parece haber alicientes, como la presencia de Sebastian Vettel en Ferrari o la recién estrenada alianza entre McLaren y Honda, lo cierto es que la sensación más extendida en estos momentos es que Mercedes AMG y sus chicos, volverán a darse un paseo.

¿Seremos capaces de aguantarlo? O mejor dicho, ¿serán capaces la Fórmula 1 y sus integrantes, de aguantar otra sesión tan previsible como la de 2014?

No las tengo todas conmigo, lo confieso.

Os leo.