En esta inagotable sucesión de visitas al pasado que estamos sufriendo a cuenta de que un piloto cuyo nombre no recuerdo, ha decidido recientemente abandonar Ferrari, a poco que sepamos sumar dos y dos, las cuentas nunca salen.
Si es verdad —no hay por qué ponerlo en duda— que solo el malvado Alain Prost y ese al que me acabo de referir en el párrafo de inicio, se atrevieron a dejar Maranello sin que les invitaran a hacerlo, el saldo que queda es sencillísimo de comprender, porque el resto de pilotos que contribuyeron a enaltecer la historia de la rossa, o bien murieron en acto de servicio, o no fueron renovados o simplemente se les señaló la puerta, como se hiciera con el mismísimo Michael Schumacher a quien tanto se recuerda en estos desagradecidos momentos.
Entendedme, La Scuderia es una empresa y si los resultados no llegan, es lógico entender que como tal tome las decisiones que estime correctas más allá incluso, de ese sentimiento de famiglia con que la italiana acostumbra a vestirse para los entierros.
Niki, a Lauda me refiero, también cogió el portante en su momento, y eso que Mauro Forghieri militaba en la de Il Cavallino Rampante. Incluso ya puestos, cabe recordar que el propio doctor en ingeniería por Bolonia, hizo lo propio cuando en 1987 decidió cambiar de colores pasándose a Lamborghini, rival directa de Ferrari en cuanto a deportivos de alta gama, para participar posteriormente en el motor de Fórmula 1 que propulsó a la propia Lamborghini, la francesa Ligier, Lola, Lotus y algunos otros equipos hasta 1993, entre los que se encuentra Minardi.
Quiero decir con todo esto que eso de los amores y lealtades eternas queda muy florido y tal, pero conviene apartarlo un poco a la hora de entender nuestro deporte y por supuesto, la historia de Maranello. Está bien referirse al entrañable Jean Alesi, a quien por mucho cariño que se le tenga, flaco favor se le haría si no se reconociera que también a él le dieron el paseillo porque llegaban Jean Todt, Michael Schumacher, su troupe y los nuevos tiempos.
Pero antes que el francés militó en Maranello un piloto que respondía al nombre de Michele Alboreto, el antepenúltimo italiano que ha conducido para La Scuderia ya que Luca Badoer sustituyó brevemente a Felipe Massa durante 2009 y posteriormente, Giancarlo Fisichella sustituiría a este.
Alboreto condujo para Ferrari de 1984 a 1988, y en 1985 estuvo a punto de coronarse campeón del mundo. No lo consiguió porque el 156/85 diseñado por Forghieri y Postlethwaite, resultó un puñetero desastre en la última parte de la temporada, cosa que Il Commendatore no se perdonó nunca.
Así y todo, asumido el mal trago que supuso un 1982 que solo se sentenció a medias porque fallecía Gilles Villeneuve y Didier Pironi sufría un terrible accidente que impediría a la rossa contestar a Keke Rosberg y su Williams, tras un 1983 en que de nuevo, La Scuderia tenía que contentarse con lograr solo el Mundial de Constructores, la llegada de Alboreto a Maranello al año siguiente, supuso un completo revulsivo.
El viejo Enzo sintonizaba con Michele casi como había hecho con Villeneuve.
1984 fue un año duro pero 1985 parecía compensar lo sufrido hasta que todo terminó en el Gran Premio de Italia. Alboreto fue fiel a la de Il Cavallino hasta finalizar la sesión en que moría il dracco. Cinco temporadas en total conduciendo para Ferrari con el dorsal 27 que hiciera famoso Gilles, para terminar iniciando 1989 a bordo de un Tyrrell.
Os leo.
¿Fue así como "señalaron la puerta" a Michael?:
ResponderEliminarhttp://www.forocompeticion.com/foro/formula-1/163-michael-schumacher-la-extrana-historia-de-su-retirada.html
El original fue publicado en la revista BusinessF1 por Tom Rubython.
Un saludo.
Muy interesante ese artículo, J-Car.
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