Andante assai

Aquí arriba, Prostvuelve soteniendo un vaso de ponche en la mano y yo, asomando nariz y bigote por el espacio que deja libre la celada en el yelmo. No me preguntéis por la cebra que aparece reflejada en el espejo que así, bote pronto, me ha dado por imaginar que nos estaba observando Adrian Newey y me ha dado repelús y todo.

En fin, que quería charlar esta tarde sobre eso de que la vida es un perderse las bragas de la Pedroche para despertar un mes después, con Monedero haciendo las paces con Hacienda. 

Un sinvivir en todo caso en el que cabe asimilar que la filial del Deutsche Bank en Bruselas —que responde al nombre de BCE y no se mete en política pues solo se encarga de vigilar la inflación y tal y eso y fin de la cita—, haya cortado el paso a las aspiraciones por buscar una salida de una Grecia en mitad de sus conversaciones con aliados y enemigos frontales al que dicho sea de paso, es un país al que solo le queda vender los partes pudendas de los griegos para que sueñen siquiera con soñar salir de la crisis, valga la obligada redundancia.

Todo ello, con una diligencia y velocidad tan pasmosa, que ya la hubiésemos agradecido el resto de europeos mediterráneos a la hora de que la egregia institución dirigida por don Mario Draghi a quien Dios confunda, decidiera comprar bonos o actuar como la Reserva Federal norteamericana, un suponer.

En fin de nuevo. Prostvuelve y yo debatimos bajo la atenta mirada de la coño cebra cuyo reflejo se percibe en el espejo del decorado, sobre la última jugada maestra de Bernie, por la cual, la culpa de que Marussia y Caterham no participen en el Mundial 2015, no la tiene la penuria económica que asuela a las escuderías ni el desigual reparto de los dividendos que afloran de la actividad, ni por supuesto, la dejación de funciones de la que hace tiempo lleva haciendo gala la FIA, sino Force India, un equipo que las está pasando tan putas económicamente hablando, que no atisba a concretar si despegará en Melbourne.

Mantienes a los perros tan famélicos que sabes casi puntualmente, que si les tiras un trozo de pan acabarán depedazándose por llevárselo a la boca sin mojarte haciendo política...

Y aquí el trozo de pan son los dólares del reparto de derechos, y puesto que Caterham no contaba de inicio, no importa. Y puesto que Manor (Marussia) pretendía correr con el coche de 2014, por razones de seguridad y de equidad deportiva, lo que la correspondía por los 2 puntos que consiguió Jules Bianchi en Mónaco y alguna que otra gabela, se reparte entre el resto de implicados.

Habéis entendido bien, Marussia ni sus herederos cobran ni siquiera para pagar a sus acreedores. Cobran lo que le correspondería a la rusa, el resto de participantes de un espectáculo que cada vez produce más náuseas. Cobra Mercedes AMG, McLaren, Red Bull, Ferrari y Williams, y a los parias de la parrilla, Force India, Sauber, Lotus y acaso Toro Rosso, les llega algo de calderilla extra y así y tal y fin de la cita, sencillamente porque esto es capitalismo del bueno y porque de tanto en tanto, a Bernie le siguen riendo las gracias ya que resulta imprescindible, o eso dicen.

Andante assai. Segundo movimiento del concerto nº 2 en sol menor para violín y orquesta de Serguéi Prokofiev; Op. 63.

Os leo.