Mientras extramuros de la Fórmula 1 se desarrolla una tragedia italiana en la cual, los defensores de la llama ferrarista siguen poniendo palos en las ruedas de La Scuderia —por ver si se descalabra del todo, pienso—, el mundo se empecina en seguir rodando a su ritmo, imponiendo sus propias exigencias muy por encima de las nuestras.
Ahí sigue Nico Rosberg, por ejemplo, dominando el Mundial de 2014 con mano de hierro, a pesar de estar ampliamente cuestionado tanto dentro como fuera de su equipo, hasta el punto de que Alain Prost piensa que poco menos han echado al alemán a los pies de los caballos, viendo sumamente raruno que tras los sucesos de Spa, Mercedes AMG no lavara la ropa sucia en casa.
Sin embargo o a pesar de los pesares, como queráis verlo, es Nico quien de momento tiene más posibilidades de calzarse el título, por mucho que Lewis se haya arropado con esos especialistas de la pluma que promueve el amarillismo más rancio y británico y por mucho, también, que a este humilde servidor le haga más tilín el campeón del mundo de 2008.
También es cierto que en todas partes cuecen habas y que en nuestra amada España disponemos de dignos ejemplares del turrinismo más patético, corriente de pensamiento, por llamarlo de alguna manera, que es como lo de Hamilton en Gran Bretaña pero en plan defiendo lo nuestro destruyéndolo antes y hasta sus cimientos desde cuanto púltpito encuantran a su paso, para que no quepan dudas de que a libre pensadores y ecuánimes no nos gana nadie —bueno, no les gana nadie a ellos—, que debe su denominación a un manús que él solito se ha cargado ha hecho tambalearse a Ferrari interpretando el Ice Bucket Challenge pero en versión yo los tengo más grandes, con afilados pedruscos lanzados sobre el propio tejado y tal.
Sea como fuere y como acabo de insinuar hace unas líneas y he dejado escrito en otras partes de este mismo blog, soy de la opinión de que salvo error u omisión, Lewis firmará la renovación con la anglo germana solo cuando tenga el título en la mano, o en su caso, cuando cometa los suficientes errores como para que no le defiendan ni en la pérfida Albión.
Sin duda, en el fondo todo esto es una cuestión de intereses que deberán confluir tarde o temprano, o divergir, quién sabe. En todo caso, a la espera de que llegue ese instante de epifanía conviene que sigamos considerando, como decimos por aquí, que hasta el rabo, todo es toro, lo que nos pone en que a poco que nos esforcemos vamos a poder disfrutar de lo lindo entreviendo lo sucias que están las enaguas de la Fórmula 1.
De momento, la FIA se está pensando si aplicar o no la norma que ya está definida para el uso de la radio entre los conductores y su wall. De momento, Bernie Ecclestone se ha posicionado jugando al poli malo, con aquellos que consideramos desde hace tiempo que el espectáculo ganaría mucho dejando solos a los pilotos en el desempeño de su trabajo. De momento, Lewis aprieta pero no ahoga y de momento, ya termino, Nico es quien tiene más bazas para triunfar en 2014 cuando el Gran Premio de Singapur está a punto de abrir sus puertas.
Os leo.
Sin embargo o a pesar de los pesares, como queráis verlo, es Nico quien de momento tiene más posibilidades de calzarse el título, por mucho que Lewis se haya arropado con esos especialistas de la pluma que promueve el amarillismo más rancio y británico y por mucho, también, que a este humilde servidor le haga más tilín el campeón del mundo de 2008.
También es cierto que en todas partes cuecen habas y que en nuestra amada España disponemos de dignos ejemplares del turrinismo más patético, corriente de pensamiento, por llamarlo de alguna manera, que es como lo de Hamilton en Gran Bretaña pero en plan defiendo lo nuestro destruyéndolo antes y hasta sus cimientos desde cuanto púltpito encuantran a su paso, para que no quepan dudas de que a libre pensadores y ecuánimes no nos gana nadie —bueno, no les gana nadie a ellos—, que debe su denominación a un manús que él solito se ha cargado ha hecho tambalearse a Ferrari interpretando el Ice Bucket Challenge pero en versión yo los tengo más grandes, con afilados pedruscos lanzados sobre el propio tejado y tal.
Sea como fuere y como acabo de insinuar hace unas líneas y he dejado escrito en otras partes de este mismo blog, soy de la opinión de que salvo error u omisión, Lewis firmará la renovación con la anglo germana solo cuando tenga el título en la mano, o en su caso, cuando cometa los suficientes errores como para que no le defiendan ni en la pérfida Albión.
Sin duda, en el fondo todo esto es una cuestión de intereses que deberán confluir tarde o temprano, o divergir, quién sabe. En todo caso, a la espera de que llegue ese instante de epifanía conviene que sigamos considerando, como decimos por aquí, que hasta el rabo, todo es toro, lo que nos pone en que a poco que nos esforcemos vamos a poder disfrutar de lo lindo entreviendo lo sucias que están las enaguas de la Fórmula 1.
De momento, la FIA se está pensando si aplicar o no la norma que ya está definida para el uso de la radio entre los conductores y su wall. De momento, Bernie Ecclestone se ha posicionado jugando al poli malo, con aquellos que consideramos desde hace tiempo que el espectáculo ganaría mucho dejando solos a los pilotos en el desempeño de su trabajo. De momento, Lewis aprieta pero no ahoga y de momento, ya termino, Nico es quien tiene más bazas para triunfar en 2014 cuando el Gran Premio de Singapur está a punto de abrir sus puertas.
Os leo.
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