En un abrir y cerrar de ojos nos ponemos en Monza. Parece que fue ayer cuando comenzó a rodar todo esto, pero el caso es que ya han transcurrido un buen puñado de meses y con ellos, los entrenamientos de pretemporada, doce carreras oficiales y algunos entrenamientos entre pruebas.
Con el Gran Premio de Italia, que se celebrará en semana y media, más o menos, llegamos a la decimotercera cita del calendario con la sensación de que a pesar del aparente dominio de Mercedes AMG, hay vida más allá de la muerte. Y es que entre que Brackley lleva un verano encima como para hacérselo mirar; que por muy regulado que esté, el obligado parón estival de nuevo no ha parecido afectar a Red Bull; y que a muchas escuderías se les está acabando el saldo, la actualidad de nuestro deporte atraviesa en la actualidad unos momentos vibrantes que honestamente desearía que no pasasen jamás.
Pero pasarán, sin duda. Es ley de vida.
En fin. Mientras tanto y como suelo hacer todos los años por estas fechas, más o menos también, voy a entretener la tarde hablando de Ferrari, escudería que a pesar de la torpeza mostrada en Bélgica, mantiene todavía posibilidades de hacer algo por la gloria de su madre, que diría Chiquito.
Y es que sí, el pelotón de cabeza se ha comprimido hasta el punto de que entre el primer clasificado, a la sazón Nico Rosberg, y el cuarto, el Nano, solo hay 99 puntos de distancia cuando tendría que haber alguno más, con el agravante de que el alemán de Mercedes AMG tiene demasiado cerca a su compañero y también al piloto australiano de Red Bull.
Me dirán ustedes que qué maneras son estas de hacer las valoraciones y sacar las cuentas, pero me temo que mis añorados Nahs y Von Neumann vuelven a ponerse de parte del asturiano, al menos nominalmente, y me explico:
Como quiera que Nico y Lewis no están a partir un piñón que digamos, resulta teóricamente aceptable decir, que el británico necesita recortar su distancia con el alemán de manera imperiosa, lo que a su vez nos pone en que las posibilidades de este último, en la honesta pretensión de ser mantenidas hasta Abu Dhabi, pasan inevitablemente por librar batalla en tres frentes distintos: sobrevivir lo que queda; luchar con Lewis por evitar que sea él quien se lleve el título; y controlar a esa débil amenaza que supone en la actualidad Daniel Ricciardo pero que a día de hoy, es el mayor beneficiado del mal ambiente que reina en Brackley.
Este extraño escenario de tres pretendientes para una misma novia, sitúa a Fernando y a Valtteri en una posición envidiable, ya que sin la presión que soportan los tres primeros clasificados pueden maniobrar con mejores márgenes al menos hasta que arriba se caiga alguien.
También hay que contar con Sebastian, mi más firme candidato para uno de los tres cajones de Monza ya que visto lo visto en Spa-Francorchamps, Milton Keynes tiene serias opciones de hacer un pleno en el Templo de la Velocidad...
Me dejo de hacer dibujos en el aire. Mercedes AMG ha desperdiciado una bonita cantidad de oportunidades para haber llegado a esta etapa del calendario con una mayor cuota de comodidad, y me temo que puede pagarlo muy caro. Es cierto que Williams parece algo desinflada sobre las estimaciones pero Red Bull viene muy crecidita, como venimos diciendo, con lo cual, ambas podrían comprometer perfectamente las expectativas de la anglo-germana y sus pilotos. Así que Ferrari, a pesar del tropiezo belga, estaría en una estupenda posición para beneficiarse de todo lo que suceda entre sus rivales en las dos próximas carreras.
Ya dije que el F14-T no es tan malo como lo pintan [En serio, ¿tan malo es?]. Fernando ha entrado en puntos en las 12 carreras disputadas. En Hungría y Bélgica hemos podido visualizarlo de una manera distinta a lo visto hasta Alemania, sobre todo en lo tocante a Kimi. Y tenemos a Marco Mattiacci, de quien se dice en el paddock que si pronuncias su apellido al revés y por tres veces consecutivas, hace que se te aparezca Helmut Marko en sueños para recriminarte que hayas estorbado a Seb...
Piano piano si va lontano... A Monza, concretamente. Luego, si yerro en mis estimaciones y eso, ya lo hablamos después de Sochi, donde calculo sin saber muy bien por qué, que la distancia entre Rosberg y Alonso se habrá reducido a 56 puntos.
Os leo.
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